"A Nadal le duran poco las decepciones". Así es Rafa como paciente
Una lesión similar a la sufrida en Australia le ha obligado a renunciar a Acapulco, Indian Wells y Miami. Su médico, Ángel Ruiz Cotorro, explica cómo es el Rafa Nadal paciente
"A diferencia de muchas personas, a Rafa le duran muy poco las decepciones". Con un tono didáctico y una calma permanente en la palabra, Ángel Ruiz Cotorro describe desde su especialidad a una de las figuras más valoradas en el mundo del deporte: Rafael Nadal como paciente. El galeno, director de los servicios médicos de la Real Federación Española de Tenis y médico personal del campeón de 16 grandes, aborda en esta charla con El Confidencial el obstáculo encontrado por el balear en los albores de la temporada 2018. La enésima dificultad a superar en una carrera marcada por una constante: la voluntad por avanzar pese a los golpes.
La historia es bien conocida: cinco semanas después de abandonar en cuartos de final del Open de Australia, frenado por el psoas-ilíaco de su pierna derecha, el mallorquín sufrió un pinchazo muscular en la misma área de la articulación durante un entrenamiento en Acapulco. Por consiguiente, y abriendo un parón amplio en la primera mitad del curso, se vio obligado a renunciar al torneo mexicano, extendiendo la decisión a los Masters 1000 de Indian Wells y Miami, los grandes colosos de superficie duras previos a la llegada de la arcilla.
Los ejercicios de Nadal
En consecuencia, Nadal vive ahora en la sombra. Ese exilio forzoso que siempre dominó como ningún otro. Alejado de la pista al no poder forzar los apoyos, Rafa atraviesa su rutina con la disciplina de un reloj: tratamiento en la zona afectada, ejercicios donde no intervenga la pierna derecha y mantenimiento muscular en los hombros y el tronco superior. La prioridad es cuidar el trabajo aeróbico y mantener la condición física, fundamental para contar con una buena base cuando el cuerpo le permita volver a pista.
"Es un tío muy fuerte", asegura Cotorro, acostumbrado a presenciar en primera línea el desgaste de Nadal cuando nadie mira. Jugar sin competir, ese gran reto para la mente. Si somos lo que hacemos cuando nadie nos observa, pocas personas conocen la esencia de Rafa como Ángel. “Está acostumbrado a estas experiencias. Le han pasado muchas cosas durante su carrera, demasiadas situaciones en las que ha necesitado resistir para volver a levantarse. Pero volverá. Y volverá fuerte”, advierte el galeno.
"Un paciente excepcional"
“Es un luchador, una persona que siempre se ha crecido ante las adversidades. Y como paciente es excepcional. En un primer momento, como cualquier deportista, él se decepciona. Pero, al contrario que muchos, permanece poco tiempo en ese estado. Enseguida es positivo, comienza a animarse, busca las soluciones”, revela Cotorro, al que Rafa consulta activamente sobre el avance de los procesos. “De inmediato se pone a disposición de remontar el vuelo. Tras recibir un palo como este es lógico que tengas un período de bajón, pero Rafa se caracteriza por asimilarlo al instante”.
Modificado el calendario previsto, la mirada se dirige ahora a la gira de tierra batida. La misma que Nadal bordó en 2017 (24 victorias y una derrota) y que debe arrancar el próximo 14 de abril en Montecarlo. “Todo va por buen camino. Haremos controles semanales y decidiremos cuándo introducir más carga de entrenamiento”, explica Cotorro. “No es exactamente la misma lesión, porque hay una pequeña variante anatómica, pero se encuentra en el mismo área. Esto nos hace redoblar la precaución. También es una lesión muscular sin tendones afectados, y eso es bastante positivo”.
Un profesional fuera de pista
Con la misión de llegar en el mejor estado posible a la temporada de arcilla, entra en juego uno de los grandes cambios en la época actual de Nadal. Una implicación más activa en todos los planos de la preparación. Detalles orientados a optimizar su rendimiento con el cuerpo ya curtido por los años. “Rafa lleva un par de años haciendo cosas diferentes”, analiza Cotorro. “Ahora está controlando muchos detalles que en su juventud podía abordar de otra manera. Es muy disciplinado en términos de preparación y de dieta, por ejemplo. También se preocupa en conocer cómo tiene que entrenar, cómo debe ajustar sus prácticas durante la competición. Pequeños detalles marcan la diferencia cuando tienes una edad. Esto lo llevamos haciendo siempre pero más todavía en los últimos años".
El balear, que tiempo atrás dejó de consumir productos como chocolates o aceitunas en busca de un mayor orden alimentario, se empeña en pulir cualquier detalle en momentos de dificultad. “Esto no es fácil para un deportista”, resume Cotorro, por cuyas manos han pasado centenares de atletas de élite. “Cuesta cambiar hábitos y Rafa lleva tiempo haciéndolo. Sabe que las diferencias en la élite son mínimas y es capaz de modificar conductas muy asimiladas por hacer bien su trabajo”, explica sobre el balear, que ha bajado peso voluntariamente en busca de un mejor rendimiento. “Es uno de los objetivos que está cumpliendo. Son pequeños detalles que marcan la diferencia y son muy importantes cuando estás en la barrera de los 30 años”.
“Ahí están los resultados del año pasado. La lesión forma parte del deporte. Se puede intentar prevenir, pero no siempre salen las cosas como uno quiere. Eso Rafa lo tiene muy claro desde siempre”, explica sobre el balear, cuya ilusión se mantiene firme. “El año pasado Rafa jugó 18 torneos. Es una cifra absolutamente necesaria para ser número 1. Si juegas menos, no lo puedes ser. Rafa siempre quiere dar lo mejor de sí, y en la treintena mantiene esa disciplina para estar en la cima. Él cada vez está controlando más la competición".
La fuerza del entorno
Un deporte individual donde se compite desde el equipo. Una máxima que siempre ha estado presente en el esquema de Nadal, de las pocas figuras que ha mantenido inalterada la unidad del grupo de trabajo durante toda su carrera. Unos pilares sólidos que multiplican su importancia en fases de dificultad.
“No es un momento sencillo porque ha sido por sorpresa”, reconoce Cotorro. “Pero hay que asumir las cosas y poner los medios adecuados que todo funcione. Veo a Rafa en la línea positiva de coger rodaje, de saber lo que tiene que hacer. Él se preocupa en conocer el plan a seguir y tiene un grupo muy bueno a su alrededor para apoyarle”, indica el galeno, enumerando del primero al último a todos los miembros de su grupo de trabajo.
“Rafa siempre tiene como prioridad cuidar de su equipo y se siente bien rodeado en momentos como este. Se acompaña de personas de confianza de toda la vida. Cuando un deportista tiene una situación de este tipo, que se sienta arropado es muy importante. Rafa siempre ha sabido valorar el nivel humano y en momentos de dificultad se encuentra una respuesta muy positiva en su entorno”, añade. "Él nunca ha estado solo. Es una persona que siempre ha dado una alta importancia a mantener el núcleo, y eso siempre será positivo. Para una persona que se desvive por la competición, que hace lo que le ilusiona rodeado de tanta tensión y que se impone la responsabilidad de tener que ganar cada día, es un pilar fundamental”.
"A diferencia de muchas personas, a Rafa le duran muy poco las decepciones". Con un tono didáctico y una calma permanente en la palabra, Ángel Ruiz Cotorro describe desde su especialidad a una de las figuras más valoradas en el mundo del deporte: Rafael Nadal como paciente. El galeno, director de los servicios médicos de la Real Federación Española de Tenis y médico personal del campeón de 16 grandes, aborda en esta charla con El Confidencial el obstáculo encontrado por el balear en los albores de la temporada 2018. La enésima dificultad a superar en una carrera marcada por una constante: la voluntad por avanzar pese a los golpes.