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Conchita enseña a Garbiñe Muguruza que las estrellas también deben ser ordenadas
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compartirán los cuatro próximos torneos

Conchita enseña a Garbiñe Muguruza que las estrellas también deben ser ordenadas

La victoria contra Caroline Garcia y la retirada de Simona Halep la llevan a la final de Doha. El primer torneo del año junto a la excapitana es también el primero en el que está rindiendo a su nivel

Foto: Garbiñe Muguruza, en Qatar. (EFE)
Garbiñe Muguruza, en Qatar. (EFE)

El torneo de Doha es importante, y eso hace que Garbiñe Muguruza esté más activa de lo habitual. A la jugadora española le gustan los retos de peso, y aunque a veces incluso en esas ocasiones se despista, como le pasó en Australia, lo normal es que su versión mejore a medida que el campeonato es de más enjundia. Muguruza es de esas, de las que en sus buenas semanas es un torbellino y en las que se levanta cruzada no parece la tenista que ha sido número 1 y es dos veces campeona de grand slam. En Qatar ya está en la final, y a pocos le extrañaría que se llevase el gato al agua.

El inicio de la temporada no estaba siendo muy brillante para Garbiñe, lastrada por las lesiones y la inconsistencia. En este torneo ha aparecido en el banquillo, por primera vez desde Wimbledon, Conchita Martínez. La de Monzón ejerce de consejera y aunque es Muguruza la que juega, la que pierde y la que gana, es evidente que cuando la excapitana de la Copa Federación está presente ella encuentra un plus de tranquilidad y regularidad.

Foto: Conchita y Garbiñe, en Wimbledon 2017. (Reuters)

"Marca tú el ritmo, que no sea ella la que lo marque", le decía la entrenadora en el partido contra Caroline Garcia, que se le había puesto en contra después de perder el primer set. Y eso hizo, metió los pies en la pista, tomó un poco más de agresividad y se llevó por delante a la francesa, una muy buena tenista, una jugadora también que no está a la altura de Garbiñe si esta juega a su nivel. "Ha sido muy interesante, un partido duro contra una jugadora del top-10, estoy contenta", comentaba Garbiñe aún en caliente tras su victoria.

"Está llamada al éxito, no cabe ninguna duda, es una de la favoritas para llevarse el torneo", reflexionaba antes de que comenzase Salah Thlak, director del Abierto de Dubai que se disputará la próxima semana. Tampoco es que llegase a una conclusión disparatada, al fin y al cabo, con Serena Williams fuera, en el tenis femenino ha dejado de haber solo un nombre para abrirse paso un ramillete cuatro o cinco jugadoras entre las que está la hispanovenezolana.

"Quiero seguir jugando grandes finales y pelear por el número uno. No hay nada de lo que tenga miedo ni por lo que tenga que esconderme. Quiero tener los objetivos más duros, porque ya he estado ahí y eso me ayuda a pensar que puedo estar de nuevo en eso", comentaba estos días en Doha la jugadora de origen vasco. Para llegar a esas metas necesita regularidad, pero también requiere del físico, otro de los problemas que tiene Muguruza. Es un jugadora muy alta y fuerte, pero sus pies y tobillos son algo frágiles, lo que le ha costado ya algún disgusto.

El inicio de año ha sido malo y, por eso, necesita más que nadie ponerse al día. Sin ritmo de competición no hay modo de sacarlo adelante. "Sí, es muy importante para mí estar en semis después de un inicio de año no muy bueno. Es por eso que vine aquí buscando jugar tantos partidos como sea posible y enfrentarme a las mejores jugadoras, y especialmente de mi inicio de año. Ahora puedo cambiar las cosas y sentirme mejor", decía tras el partido de cuartos de final.

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QTR02. DOHA (CATAR), 16 02 2018.- La tenista hispanovenezolana Garbiñe Muguruza sirve la bola a la francesa Caroline Garcia, durante el partido de cuartos de final del torneo de Doha que se disputa en el International Khalifa Tennis Complex de Doha, Catar, 16 de febrero del 2018. EFE Noushad Thekkayil

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"Su gracia y estilo tanto dentro como fuera de la pista la hacen un valor seguro para cualquier torneo, estamos encantados con ella", remarcaba estos días el director general del torneo. Muguruza es una de las mejores tenistas y, también, una de las de mejor imagen. En los posters del torneo su figura aparece en el centro, rodeada del resto de caras conocidas, Adidas la viste de Stella McCartney a diferencia de la mayor parte de las jugadoras contratadas por la marca y aparece regularmente en los anuncios de la firma deportiva codeándose con las otras grandes estrellas que visten equipamiento de la empresa alemana.

"Me gusta la vida de tenista, es saludable ser un atleta profesional y me gusta estar en estas situaciones, aunque a veces sea un poco raro, pero me gusta estar en el filo, estar nerviosa, excitada o, incluso, un poco asustada", expone Garbiñe, cuyo éxito está ligado, sin duda, al momento en el que empezó a creer en su potencial. Siendo más joven la acusaron de cierta falta de compromiso, pero desde hace mucho tiempo no expone otra cosa que no sea profesionalidad. Aunque a veces falle, aunque tenga que asumir que hay semanas desastrosas, peores que las de otras tenistas del mismo modo que las mejores suele estar por encima de su competencia.

Foto: Garbiñe Muguruza, en Singapur. (EFE)

Además, para que engañarse, la vida del tenista profesional tiene su aquel. "La mejor parte es que conoces lugares increíbles y puedes jugar delante de miles de personas en estadios muy grandes", confiesa Garbiñe, que es de esas deportistas que sonríen y hablan con naturalidad, algo que parece lógico en principio, pero no es tan común como debería ser.

En las semifinales iba a encontrarse con Simona Halep, una vieja conocida que está entre las mejores tenistas del circuito, pero la retirada de la rumana tras ganar a Cici Bellis le da un puesto en la final del domingo. Su rival por el título será Petra Kvitova, que venció en semifinales a Caroline Wozniacki.

El torneo de Doha es importante, y eso hace que Garbiñe Muguruza esté más activa de lo habitual. A la jugadora española le gustan los retos de peso, y aunque a veces incluso en esas ocasiones se despista, como le pasó en Australia, lo normal es que su versión mejore a medida que el campeonato es de más enjundia. Muguruza es de esas, de las que en sus buenas semanas es un torbellino y en las que se levanta cruzada no parece la tenista que ha sido número 1 y es dos veces campeona de grand slam. En Qatar ya está en la final, y a pocos le extrañaría que se llevase el gato al agua.