El martillo de Nadal se deshace de Dzumhur sin casi tener que competir

Rafa Nadal sigue con paso firme por Melbourne. Si tiene alguna dolencia física, la verdad, no se le nota. Es, probablemente, el jugador que más solvencia está demostrando en todos sus partidos. En las tres rondas disputadas no ha cedido un solo set y contra Dzumhur, vigésimo octavo cabeza de serie, volvió a demostrar que para hacerle daño hay que jugar muy buen tenis. No fue el caso del bosnio, que se vio superado en todo momento por un torbellino que mandaba desde el lado contrario de la pista.

Nadal empezó el encuentro con un set casi perfecto, ganando los cinco primeros juegos del partido. La derecha del español dictaba el ritmo del partido y su rival no podía más que intentar no salirse demasiado de la pista. Pero era casi imposible, la bola viajaba a una velocidad a la que Dzumhur no puede llegar y él, de pequeña estatura, estaba a merced de lo que iba saliendo de la raqueta de Nadal.

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Javier G. Nieto. Melbourne

Se suponía que esta era una piedra de toque seria, que enfrente iba a tener un jugador de élite, mejor de lo que se ha ido encontrando en Melbourne hasta ahora, pero la verdad es que el número 30 del mundo no supuso ningún estrés para el gran campeón. El resto del encuentro no fue más que una sucesión de golpes ganadores de nadal ante un rival que más parecía querer que terminase ese castigo que plantarle cara a Nadal. Tampoco se le puede reprochar demasiado, cuando el manacorí está a ese nivel el común de los mortales no pueden más que admirarlo.

El resultado final es contundente, 6-1, 6-3 y 6-1. El reflejo de una distancia casi sideral entre dos tenistas, uno que siempre aspira a la gloria y otro que se gana la vida muy honestamente jugando a este deporte, pero que está muy lejos de poder dar las prestaciones de su rival. La conclusión es que Rafa está bien, que las piernas funcionan de maravilla y que necesitarán mucho sus rivales si de verdad quieren quitárselo de su camino. A este nivel, es uno de los favoritos. Por el momento, no ha perdido un set.

Ahora espera Schwartzman, el argentino que se impuso a Dolgopolov en la tercera ronda y que, en principio, tampoco debería ser un rival a la altura del jugador español.