Kyrgios, el talento díscolo al que solo un semejante como McEnroe entiende

La reciente Laver Cup no solo sirvió como aviso para la federación internacional y su Copa Davis. El evento de Praga (República Checa) fue una cumbre tenística de primer nivel que permitió disfrutar de Rafa Nadal y Roger Federer en el mismo lado de la pista en el equipo europeo. Enfrente, en el combinado del resto del mundo, también hubo una pareja extraña, en ese caso formada por jugador y entrenador: Nick Kyrgios y John McEnroe. La mezcla, con potencial para ser explosiva, funcionó como la seda. El australiano, rival de Nadal este domingo en la final del China Open (13:30 horas), acabó encantado con el estadounidense. "Realmente me entiende", dijo Kyrgios.

Antes de eso existían tiranteces entre ambos. McEnroe, en su papel de analista y leyenda del tenis, había criticado en varias ocasiones a Kyrgios, cuyo rendimiento solo ha igualado su potencial en contadas ocasiones. En enero, después de que el tenista perdiera en la segunda ronda del Abierto de Australia, el norteamericano se mostró decepcionado, pues decía que ni entendía y ni aceptaba que Kyrgios dejara de intentarlo.

Más duro fue en septiembre, tras la derrota en la primera ronda del US Open. "Será muy difícil ver a Kyrgios cambiar su mentalidad, mejorar y convertirse en el gran jugador que todo el mundo desea, porque tiene capacidad para ello. Partido a partido parece más improbable que suceda", dijo. "Estará acabado en cinco años si sigue así", vaticinó McEnroe, cuya lengua tiene tanta fama como su palmarés (ganó siete títulos de Grand Slam).

Solo unas semanas después coincidieron en la Laver Cup, y la conexión no pudo ser mejor si nos atenemos a las declaraciones de ambos. "Nos llevamos bastante bien. Me decía que lo diera todo y que, si perdía, lo haría ante un gran jugador. Fue bonito coincidir con él", dijo Kyrgios después de perder el partido decisivo del torneo ante Roger Federer. A diferencia de otras veces reaccionó con más madurez a esa derrota. Parte de culpa la tuvo McEnroe, que supo manejarlo. El extenista sabía lo que hacía: en cierto modo él fue Kyrgios antes que Kyrgios.

"Le dije: 'No tienes la personalidad que yo pensaba después de haber jugado al tenis'. Le pregunté: '¿Por qué jugabas?' Y me respondió: 'Por la misma razón por la que juegas tú. Porque somos mejores en esto que en todo lo demás que hacemos", relató Kyrgios. Creo que tenemos muchas cosas en común. Ha sido una gran ayuda para mí. Pienso que él me entiende, comprende de dónde vengo en muchos sentidos. Es muy refrescante tener a alguien que sabe de dónde vengo", continuó el australiano.

La buena sintonía entre ambos puede llevar a McEnroe a convertirse en entrenador del jugador de Camberra. "Para ser entrenador de alguien, ese alguien tiene que sentir la necesidad de ser entrenado por mí. Kyrgios es un gran tenista y he sido un afortunado al haber sido técnico suyo durante la Laver Cup, y si alguien como él me pide ser su entrenador, aceptaría. Para mí, Nick es el tenista con más talento del circuito en la actualidad", dijo días después el estadounidense en una entrevista a 'Efe'.

La carrera de Kyrgios aún está empezando, pero está llena de episodios desagradables. Todos coinciden en que solo su temperamento evita que se instale entre la élite del tenis. También lo piensa McEnroe, que está dispuesto a echarle una mano. De momento, tras su experiencia conjunta en Praga, el australiano no ha perdido. Ya se ha plantado en la final de Pekín, donde se medirá a Nadal, al que ha ganado en dos de los cuatro enfrentamientos entre ambos.