El tenista español sancionado por apostar… después de haber perdido sus apuestas

“Me han sancionado por un conjunto de 28 apuestas que hice en 2013. Casi todas las realicé al Open de Australia (es decir, a tenistas que todos conocemos de verlos en la televisión). Lógicamente no tenía ninguna información privilegiada ni ningún soplo porque estamos hablando de profesionales que dedican su esfuerzo a un deporte muy sano como creo que es el tenis. Al no ser partidos en los que jugaba yo ni contar con información alguna de los mismos, pensé que era lícito “jugar” a las apuestas. No tenía ningún motivo de especulación, era un entretenimiento y nada más. Como resultado de todo esto, fue que perdí en el cómputo global de estas 28 apuestas un total de 80 euros”, comenta Samuel Ribeiro, extenista de Valencia, en su cuenta de Facebook después de haber sido multado por el TIU (Tennis Integrity Union) con 1.000 dólares y ocho meses de suspensión por delitos relacionados con apuestas.

Samuel, de 24 años en la actualidad, ya no tiene su carrera enfocada al tenis profesional y ha acogido esta noticia con sorpresa porque desconocía que no pudiera realizar ningún tipo de apuesta en su deporte. “A raíz de un partido que jugué en un Future en 2015, y en el cual mi contrario parece ser que amañó el partido apostando en su contra, se registraron una gran cantidad de apuestas y el encuentro estuvo bajo la lupa del TIU. Se nos informó de que los dos seríamos investigados y fue entonces cuando descubrieron esta cuenta que tuve en 2013 y las 28 apuestas que hice, con un saldo negativo”, señala Ribeiro a 'Punto de Break'.

“Es muy cierto que el deporte está siendo manchado por las apuestas y por la gente que amaña y el tenis está dando mucho de qué hablar últimamente, pero yo nunca he cometido ningún acto así, tuve el error de 'apostar' a tenistas muy conocidos y aún así, torpemente por mí parte, perder la apuesta. Hace ya más de un año que me retiré del tenis por eso me cuesta entender que saquen esto de un 'modesto' extenista, que está concluyendo sus estudios universitarios. Lo lamento”, indica en su red social.

Sin mala fe, Samuel cometió el fallo de no saberse unas reglas que, en el caso del español, han sido duras y cerradas a la interpretación.