El elegante baile de Muguruza con Conchita Martínez sobre la hierba de Wimbledon

Pasan los días y las rivales van quedado tumbadas en el camino. Una detrás de otra, todas caen rendidas ante el tremendo empuje de Garbiñe Muguruza. El talento, inmenso y de sobra conocido, ha aflorado en todo su esplendor en esta edición de Wimbledon. Que está más centrada que nunca, solo pensando en el tenis, en el juego, no en cuestiones superfluas que pasan alrededor, está fuera de toda duda. Muy bien agarrada a la mano de la pausada Conchita Martínez, su entrenadora durante este torneo, la tenista nacida en Caracas ha explotado en la hierba. Puede con todo lo que se le ponga por delante. Lista para levantar el preciado trofeo.

"Si juega como hoy, tiene todas las opciones para ganar el torneo", reconoció abiertamente Svetlana Kuznetsova, derrotada sin paliativos por Garbiñe en el partido de cuartos de final. Diferente al del día anterior, pero jugado por la española con la misma precisión y empaque. Si ante Kerber, la número uno del mundo, tuvo que arriesgar más, ante la rusa se mantuvo más tiempo en el fondo de la pista. Diseña los partidos de una manera determinada y luego ejecuta el plan elegido a la perfección. Seguramente tendrá mucho que ver la mano de Conchita Martínez, la única tenista española en alzar los brazos (1994) en Wimbledon.

Nunca decae

Vuela de un lado a otro de la pista, en ningún momento se la ve dar un punto por perdido de antemano. Cualquier rival, como bien sabe la última, tiene muy claro que a esta Garbiñe hay que rematarla con contundencia en cualquier punto en disputa. Si no es así, aparece cuando ya da la impresión de que está liquidada para voltear la situación. Sabe, además, aprovechar cualquier hueco que queda al descubierto, cualquier oportunidad que se le presenta para empezar a desnivelar el partido. Así se pudo comprobar en su encuentro frente a Svetlana. Dos 'breaks', uno en cada set, y a casa...

Un día más, no decayó cuando apareció algún obstáculo en su camino, en esta oportunidad menos que el día anterior ante Kerber. Nada más comenzar el encuentro de cuartos de final, la rusa se encontró en una excelente situación, con dos bolas de 'break'. Fue en el tercer juego, pero lejos de mostrar cualquier atisbo de debilidad o tensión, superó con temple el trance. En el juego siguiente fue Garbiñe la que selló la ruptura... y en blanco. Kuznetsova ya empezaba a tener claro que el día se nublaba claramente para ella en la pista.

El clic adecuado

Garbiñe llegaba a todas partes, de principio a fin, obligando a la rusa a trabajar a conciencia todos los puntos que sumaba. La superioridad de Muguruza fue absoluta de principio a fin, demostrando que es firme candidata a ganar el torneo. Muchos detalles invitan a pensar que está lista para firmar la hazaña. Los tenísticos son más que evidentes, pues su juego es siempre firme y vigoroso... y en todas las facetas. Todos sus golpes están cargados de solidez. Y frente a cualquier mínima adversidad, aparece con brillantez. Como en el último juego del partido. Los nervios aparecieron con 30 a cero, lanzando en dos ocasiones la bola al aire y sin impactarla a la primera a la hora de sacar. Anécdotas... A la siguiente, 'ace' y poco después punto sumado para ganar el partido.

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La ausencia en esta edición de Wimbledon de jugadoras como Serena Williams o Sharapova son un plus añadido. Sabe Garbiñe que se encuentra ante una oportunidad única para ganar el legendario torneo, más ahora, cuando solo está a dos pasos de sumar el que sería su segundo grande. Y ese pensamiento lo tiene perfectamente interiorizado, como se puede apreciar al verla cómo se mueve sobre la pista, con una seguridad que otras muchas veces no mostró. "Muchas cosas tienen que hacer clic para ganar un Grand Slam", reconoce. Y la realidad es que todos los mecanismos están perfectamente engrasados.

Centrada y concentrada

Muchas de sus afirmaciones tienen que ver con su buen estado psicológico. Se aprecia perfectamente en la pista que solo está pendiente de lo que sucede en el rectángulo, que no tuerce el gesto al primer contratiempo. Reconoce que está siendo vital "no estar muy ansiosa ni nerviosa, liberar la mente y concentrarse en el tenis". También mantener en todo momento la serenidad, una faceta, dice Garbiñe, que ha "trabajado mucho". Y también un juego consistente en todo momento. "Ser agresiva, no cometer muchos errores y estar bien físicamente", resume como hilos conductores de su sobresaliente caminar en Wimbledon.

Apunta Muguruza que ahora trata "de estar más calmada" en la pista, algo en lo que tiene mucho que ver Conchita Martínez, siempre pausada, transmitiendo tranquilidad y confianza. La entrenadora subraya de su pupila "la determinación y la confianza" con que juega. Y recalca que en un partido determinado "se puede defender", igual que ante Kerber "ganó subiendo a la red; y cuando la pasaba, Garbiñe seguía y seguía insistiendo. Supone una mejora que hay que destacar". "En fin, nos está enseñando una bonita cara en Wimbledon", resumió la entrenadora, resaltando que esta Garbiñe "está muy concentrada y centrada en todos los partidos, siendo siempre muy agresiva".