Nadal también arrasa a Bautista y ya está en cuartos de final de Roland Garros

Rafa Nadal está ganando con tanta naturalidad sus encuentros que casi podría parecer que no hay esfuerzo en él. Es mentira, por supuesto, nadie se pasea en un Grand Slam, cada victoria tiene mucha dedicación y trabajo. Es una cuestión de sensaciones, está tan bien, tan rápido, tan fuerte, que más parece estar en un curso recreativo que compitiendo por su décimo título en París.

Era favorito antes de empezar el torneo, solo él puede serlo en Roland Garros, pero el paso de los días lo único que está haciendo es incrementar la sensación de que este torneo está planteado para su victoria. Tendrá que jugar todo lo que le queda y ganarlo, evidentemente, pero es muy difícil pensar un escenario en el que el jugador balear no se lleve la copa de los mosqueteros a casa.

La última muestra, contra Roberto Bautista. Se podía argumentar que hasta el momento no se había cruzado contra ningún jugador de peso. Era cierto, alguno de sus rivales en rondas previas eran pesos moscas en comparación con Nadal. Pero eso mismo no puede decirse de Bautista. Lleva tiempo entre los 20 mejores del mundo, es un especialista en tierra, un jugador muy competitivo.

La teoría decía que iba a ser más complicado que en rondas anteriores, pero contra Nadal eso no funciona. El resultado final, 6-1, 6-2 y 6-2, demuestra que la distancia entre el cuarto cabeza de serie y sus iguales es enorme en esta primavera de tierra. Bautista no jugó mal, tuvo ratos de buen tenis, pero se vio completamente desbordado por un jugador en estado de gracia.

La clave del favoritismo es solo una: Nadal está inmenso. Es muy complicado encontrarle fallos en el juego, su derecha corre como en los mejores días y el revés abre todos los ángulos posibles. Más allá de eso, se le ve físicamente en un momento dulcísimo. Sus golpes están funcionando a la perfección porque es capaz de darlos en parado, siempre llega con tiempo suficiente a la siguiente bola para clavar los pies, pensar y responder. Un torbellino excesivo para cualquiera, también para un buen jugador como es Roberto Bautista.

"Es un jugador al que sabes que para ganar vas a tener que dar un nivel alto, es un partido que tienes que jugar bien. Se le puede presionar el revés, pero tiene una buena derecha y es muy rápido", explicaba Nadal tras el partido. "He ganado con un resultado muy positivo, ha habido momentos en los que podría haber apretado más, pero no se puede pedir mucho más", decía Rafa que, curiosamente, pensaba que la paliza podría haber sido aún mayor. Un inconformista.