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Rafa Nadal, mejor que Roger Federer cuando se ha puesto a 1.000
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venció a Kohlscrheiber y sigue vivo en miami

Rafa Nadal, mejor que Roger Federer cuando se ha puesto a 1.000

El español logró con una victoria pasar la histórica cifra y recordó que muchos no creían que con su físico eso pudiese ser posible. El éxito constante y la regularidad explican la marca

Foto: Nadal, tras su victoria en Miami. (EFE)
Nadal, tras su victoria en Miami. (EFE)

Rafa Nadal celebró sus 1.000 partidos como profesional con una anécdota: perder un set 6-0. Un rosco, que se llama en el argot. Una minucia, si se tiene en cuenta que después no solo recompuso su juego, sino que terminó remontando y ganando el partido a Kohlschreiber, uno de esos jugadores que tiene pesadillas frecuencia con el español (quince partidos, catorce derrotas). Ya está en octavos de final de Miami, un torneo que se le resiste, en una zona del cuadro sencilla, mucho más leve de la que se encontró, por ejemplo, la pasada semana en Indian Wells.

Lo que tiene poco de anecdótico es el millar de partidos disputados, solo diez jugadores llegaron antes a esas cantidades. Y eso que, con 30 años, aún no es de los mayores del circuito. Y que en un par de temporadas en su carrera ha pasado mucho tiempo en el dique seco por las lesiones. Es decir, que ha tenido menos tiempo de trabajo que otros muchos que no han llegado a esos números. Claro, que ellos no son tan buenos como Nadal.

Foto: Nadal ya está en California para jugar en Indian Wells (Paul Buck/EFE-EPA)

Porque la clave para llegar a esa cantidad de trabajo, en el tenis, está única y exclusivamente en eso. En este deporte no hay calendario que te asegure un número determinado de partidos, aquí siempre es a vida o muerte y solo juegas si vas deshaciéndote de rivales. La mitad de los jugadores que entra en un cuadro final sabe que el primer día, con un solo partido disputado se va para casa. En eso es en lo que Nadal siempre ha sobresalido, en ganar mucho, por obvio que parezca. Si no fuese así no hablaríamos de la leyenda que es.

Mallorca, el inicio de la leyenda

Todo empezó con una victoria contra Ramón Delgado, un jugador cuyo único motivo para pasar a la historia es precisamente ese, ser el rival del debut profesional de Nadal. "Es inolvidable, porque jugué mi primer partido en Mallorca. Estaba aún en el colegio, así que para mí fue una gran experiencia jugar en ATP por primera vez. Pude ganar el partido, lo cual para mí era increíble. En la siguiente ronda Rochus me arrasó. Fue una semana positiva, jugué delante de muchos amigos, fue una cosa muy especial", rememora hoy el jugador español.

822 de esos partidos terminaron con victoria para el balear. Cuando Federer jugó su partido 1.000 solo llevaba 812 victorias. Solo, vamos a decirlo así, porque igualmente es una burrada. Nadal es, entre todos los ilustres en romper la barrera de los 1.000 el que mejor porcentaje de victorias tiene. La traducción de eso está en 14 Grand Slam, decenas de otros títulos, el oro olímpico en individual y dobles...

"Mil partidos son muchos, había gente que decía que iba a tener una corta carrera", se congratula Nadal. Solo hay que verle jugar para entender a los agoreros. Nadal es un huracán de tenis, un jugador apasionado de los que nunca se dejan un esfuerzo en el vestuario. Con él, todo siempre parece una cuestión de vida o muerte. No hay tarde en la que su juego no sea agresivo y radical. Por eso había miedo a que su físico no sobreviviese a tanto esfuerzo.

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Foto: Roger Federer (d) saluda a Rafael Nadal después de vencerlo. (EFE)

No estaban del todo equivocados, hoy sabemos que sí, que esos esfuerzos se pagan. También que el dolor importa menos si la cabeza está bien asentada encima de los hombros. Nadal en todo este tiempo ha demostrado una capacidad enorme para volver sobre sus propios pasos. Las lesiones, que existieron, que fueron por lo común más duras que en la mayoría de sus compañeros, no eran más que piedras en el camino que él siempre pudo sortear. Esta temporada aún no ha ganado un torneo, ha perdido finales por el camino y, sin embargo, no hay preocupación por ello.

Se da por hecho que los títulos llegarán y eso es algo que solo es posible en una circunstancia como la de Rafa Nadal. A él siempre se le espera porque está testado, ha dado muestras más que suficientes de que nunca se da por vencido. Quizá algún día, cuando ya piense en la retirada. No parece que de momento eso esté en los planes. Nadal es hoy más calmado, se toma su carrera con distinta filosofía y, por eso, ha confeccionado un calendario algo distinto al que solía llevar otras temporadas. Pero todo esto no cambia el espíritu, ese fuego interior que le ha hecho una leyenda.

Rafa Nadal celebró sus 1.000 partidos como profesional con una anécdota: perder un set 6-0. Un rosco, que se llama en el argot. Una minucia, si se tiene en cuenta que después no solo recompuso su juego, sino que terminó remontando y ganando el partido a Kohlschreiber, uno de esos jugadores que tiene pesadillas frecuencia con el español (quince partidos, catorce derrotas). Ya está en octavos de final de Miami, un torneo que se le resiste, en una zona del cuadro sencilla, mucho más leve de la que se encontró, por ejemplo, la pasada semana en Indian Wells.

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