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Garbiñe Muguruza quiere conquistar Nueva York aunque no sea "una chica de ciudad"
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Garbiñe Muguruza quiere conquistar Nueva York aunque no sea "una chica de ciudad"

La española, que dice no sentirse muy cómoda jugando en Nueva York, afronta el US Open donde nunca ha pasado de segunda ronda. Se ha preparado a conciencia con un buen torneo en Cincinnati

Foto: Garbiñe Muguruza, en el Cincinnati (Reuters)
Garbiñe Muguruza, en el Cincinnati (Reuters)
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Las luces de la Gran Manazana ciegan a Garbiñe Muguruza. Este lunes empieza su participación en el US Open, cuarto y último Grand Slam del año, un torneo en que, por el momento, solo han visto el mister Hyde que esconde la tenista. Sus participaciones en Nueva York se cuentan por derrotas prematuras contra rivales muy inferiores a ella. Nunca pasó de la segunda ronda. Días en los que Garbiñe no supo gestionarse. Lo cual tampoco es exactamente nuevo, le pasa mucho. Demasiado. Ella se excusa, de una manera un poco peregrina, diciendo, como Paco Martínez Soria, que la ciudad no es para ella. "Siempre hay tráfico, ruido, gente. No sé, todo lleva mucha energía y por la razón que sea, es más complicado, sólo porque es una enorme ciudad y yo no soy una chica de ciudad", comenta la tenista. Como si Londres o París fuesen pequeños villorrios.

Foto: Garbiñe Muguruza posa con su trofeo en la fuente de la Plaza de la Concordia, de París. (EFE)

Garbiñe Muguruza acaba de salir de unos decepcionantes Juegos Olímpicos que encadena con un decepcionante torneo de Wimbledon. No está lejos en la memoria Roland Garros, pero corre el riesgo de que ese Roland Garros se quede solo, como un grand slam ganado, pero también como el recuerdo de lo que pudo ser y no fue. No es un exceso de confianza, ni la típica españolada que tiende a inflar a lo propio hasta límites inmodestos. No, la prensa internacional, incluso sus rivales, también comenzaron a mirarla como la sucesora natural al trono del tenis mundial después de su soltura en París, a la que hay que sumar la muy notable final de Wimbledon, testimonio de que puede ser mucho más que una terrícola.

Después, es sabido, se fue a jugar una pachanga a Mallorca, se descentró en Wimbledon y naufragó en los Juegos. Ahora, al menos en ese frente, parece que hay buenas noticias. Garbiñe jugó un sólido torneo de Cincinnati, llegó a semifinales donde perdió contra Pliskova, una rival de nivel, de esas que en una buena tarde pueden llegar al nivel de la española.

Foto: Garbiñe besa el trofeo de Roland Garros (EFE)
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Esto es fundamental, porque la gloria se juega en Nueva York (y en París, Londres y Melbourne) pero solo se alcanza con una preparación concienzuda, bien trabajada. Para ser la mejor en la pista Artur Ashe, la central que estrena techo este año, hay que haber pasado por el asfalto de otros torneos. No fue ni a Wimbledon ni a los Juegos bien preparada. Dijo estar cansada, una falta de aguante que se relaciona directamente con una preparación deficitaria que ahora parece haber subsanado.

Garbiñe manda con frecuencia imágenes de sus entrenamientos, en ese Gran Hermano constante que se ha convertido la vida de los deportistas, pegados a Instagram y a contar su existencia bocado a bocado. Esta semana demostró, además, que hay seriedad en sus prácticas. Tenía al otro lado de la red a Cibulkova, una muy buena jugadora que, además, supone un reto para Garbiñe y para las carencias de la hispanovenezolana. Porque tiene un juego muy variado y, sobre todo, es muy capaz de alargar los puntos hasta el infinito. Y eso, al menos en tiempos recientes, está siendo uno de los problemas de la española. La impaciencia, la necesidad desmedida de acortar puntos que se convierte, en muchas ocasiones, en un festival de pelotas demasiado ambiciosas que se marchan lejos de la línea.

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THM02. Mason (United States), 20 08 2016.- Garbine Muguruza of Spain hits a return shot to Karolina Pliskova of the Czech Republic during their semifinal match in the Western & Southern Open tennis championships at the Linder Family Tennis Center in Mason, near Cincinnati, Ohio, USA, 20 August 2016. (España, Tenis, Estados Unidos) EFE EPA TANNEN MAURY

La forma física

Ella misma asume, aunque sin mostrarse, que en otros momentos falló la preparación. "Creo que estoy mejorando mucho mi forma física, haciéndome más fuerte y adquiriendo más experiencia", decía en los días previos a este último grande del año. La condición física fue una de las claves en el buen momento de primavera de Garbiñe Muguruza, que hizo una buena pretemporada para ganar movilidad en la pista.

Foto: Garbiñe Muguruza, en una imagen de Adidas

Eran cambios necesarios para meterse en la carrera por ser la sucesora de Serena Williams, un extremo que ahora parece más cerca que nunca. La estadounidense, fortísima como es, ha mostrado algunas debilidades. La edad no perdona y se hacen planes buscando a la nueva reina. "Hay un par de jugadores que pueden alcanzar el número uno y eso crea un poco más de comentarios", dice la española, que compite con Kerber, Radwanska por ser la nueva número 1. Con calma, por supuesto, porque vivimos en la época del partido a partido. "Sólo pienso en qué tengo que hacer para ganar mis rondas y llegar al último partido y ganarlo, pero creo que sería increíble ser número 1. Ni siquiera sé lo que tengo que hacer, no estoy realmente pensando en ello", dice la caraqueña.

Las derrotas recientes -solo seis victorias desde que ganó Roland Garros- no han hecho que pierda el atractivo que tiene para las marcas. La última en fijarse en ella es una de las más selectivas y atractivas, la marca de relojes Rolex. La relación de la firma suiza con el tenis es muy estrecha, y entre sus clientes está la china Li Na, Caroline Wozniacki, Ana Ivanovic y Tsonga. Tiene, además, un interés especial por la elegancia en el juego, lo que explica que entre sus nombres estén Grigor Dimitrov, Justine Henin y, por supuesto, Roger Federer.

Foto: Vista panorámica del Arthur Ashe Stadium (Reuters) Opinión
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