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Garbiñe Muguruza vuelve a Wimbledon para sacarse la espina de no competir bien
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Garbiñe Muguruza vuelve a Wimbledon para sacarse la espina de no competir bien

La tenista hispanovenezolana perdió el año pasado en la final contra Serena y, raro en ella, falló porque no supo competir. Ha competido poco en hierba, pero se adapta bien

Foto: Garbiñe, en la rueda de prensa (pool)
Garbiñe, en la rueda de prensa (pool)

Garbiñe Muguruza lleva la antorcha del tenis español. En ausencia de Rafa Nadal, una coyuntura dolorosa que en este Wimbledon vuelve a ocurrir, queda la esperanza de que la tenista española siga demostrando por qué la señalan como una de las estrellas rutilantes del circuito. Los expertos la ven como la segunda favorita, solo después de Serena Williams. Las apuestas la ponen en la misma posición. Es natural, viene de ganar Roland Garros y el año pasado se abrió un hueco grande en el mundo del tenis consiguiendo llegar a la final en el torneo londinense.

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La tenista se ha convertido en una estrella y no rehúye su posición. Más bien al contrario. Aparece con una camiseta de la selección española, con la que comparte marca deportiva, en la sala de prensa del torneo. Garbiñe se siente cómoda siendo el centro de atención y no duda en hacerle un guiño al equipo nacional en un sitio tan serio y estirado como el All England Tennis, el club donde la historia se respira.

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"Sobre el papel parece que soy favorita, pero luego hay que jugar y demostrarlo. He jugado un partido en hierba, pero estoy preparada", dice sonriente Garbiñe. Lo de su preparación siempre es un misterio. Le pasa una cosa, que no parece conectar con los días en los que no está la gloria en juego. En los torneos menores, y en hierba todos menos Wimbledon lo son, es una jugadora vulgar, poco centrada. Fue el centro de atención en Mallorca, el nuevo torneo que busca un hueco en el circuito. Un solo partido tardó en salir del cuadro.

Ella, de todos modos, ha demostrado en varias ocasiones ser capaz de adaptarse bien a los cambios. Es una jugadora con capacidad de jugar en todas las superficies, de juego muy profundo y que físicamente ha dado un salto más esta temporada, necesario para entrar con más constancia entre las mejores. Se la ve con mejores piernas, una mayor capacidad para llegar a bolas a las que antes no llegaba. "Pasar de la tierra batida a la hierba es uno de los cambios de superficie más complicados que hay. Terminé muy tarde en Roland Garros y llegué casi sin tiempo a Mallorca, sin prepararme apenas", dice para justificar su mal resultado en la isla.

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Aquella semana, de todos modos, le sirvió para descansar y, también, para darse cuenta de lo que había conseguido. Nada mejor que volver a casa después de una gran batalla ganada. "Fue un poco raro jugar en hierba en España, pero estoy muy feliz de que el primer torneo después de Roland Garros fuera en mi país", responde Garbiñe, que bromea cuando le preguntan por la selección. "He visto los partidos, creo que, en España, si no lo haces estás muerta, no tienes conversación. La sigo y quería mostrarle un poco mi apoyo", dice para justificar su atiendo. Como le pasa a los de Del Bosque, ella también entra de favorita en la competición.

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Garbiñe vuelve a Londres con poco que demostrar, ya todos saben de qué es capaz, pero con una espina clavada en el pasado. Perder una final, como le sucedió el pasado año, siempre es una piedra en la mochila. Más aún cuando, como le pasó en ese partido, se hace compitiendo mal. Porque Muguruza ha mostrado un tenis exuberante contra las mejores pero aquel día, justo aquel día, el brazo no se soltó con la alegría habitual en ella. "Fue algo que me sirvió de aprendizaje. Este año he venido con otra mentalidad y sé que es la raqueta la que tiene que hablar en los partidos. Tengo que jugar bien para ganar", dice ahora, un año después.

La pregunta sobre Serena Williams es todo un clásico en el tenis. Es el referente absoluto en el deporte de la raqueta y no hay rueda de prensa en la que no salga a colación. Garbiñe, en este caso, lo tiene fácil. Como va por el otro lado del cuadro, ver a la americana sería hacerlo en la final, así que le parece perfecto. "Si veo a Serena será porque llegamos nuevamente a la final. Siempre es bueno jugar con la mejor de la historia, es lo máximo", expresa.

Garbiñe Muguruza lleva la antorcha del tenis español. En ausencia de Rafa Nadal, una coyuntura dolorosa que en este Wimbledon vuelve a ocurrir, queda la esperanza de que la tenista española siga demostrando por qué la señalan como una de las estrellas rutilantes del circuito. Los expertos la ven como la segunda favorita, solo después de Serena Williams. Las apuestas la ponen en la misma posición. Es natural, viene de ganar Roland Garros y el año pasado se abrió un hueco grande en el mundo del tenis consiguiendo llegar a la final en el torneo londinense.

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