Es noticia
Serena Williams, la revolución del tenis que ahora busca igualar a Steffi Graf
  1. Deportes
  2. Tenis
juega la final contra garbiñe muguruza

Serena Williams, la revolución del tenis que ahora busca igualar a Steffi Graf

Contra Garbiñe puede ganar su vigesimosegundo Grand Slam. La jugadora estadounidense, que empezó a jugar a los tres años, supone un antes y un después en el tenis mundial

Foto: Serena celebra su victoria contra Bertens (EFE)
Serena celebra su victoria contra Bertens (EFE)

Cuando Serena Williams no se apunta a algún torneo, algo cada vez más habitual, la pregunta es obligada a todas sus rivales: "¿Qué supone que no esté en el cuadro?". Las evasivas típicas de los deportistas aparecen como setas en otoño, pero las dos líneas de pensamiento son claras. Unas dicen que prefieren que estén las mejores, una constante en los tópicos del tenis, otras, quizá con la boca pequeña, reconocen que sin ella la vida es mucho más fácil. Este sábado disputará la final de Roland Garros contra Garbiñe Muguruza. Repiten, pues el año pasado ya se vieron las caras en la hierba de Wimbledon con el título como objetivo.

[Los siete cambios de Garbiñe desde que fue finalista de Wimbledon]

Serena Williams no es una más, nadie en su sano juicio afirmaría eso. La jugadora de Michigan es una máquina de jugar al tenis, una de las mejores de siempre que aspira en este Roland Garros a igualar los 22 grandes que decoran el historial de Steffi Graf. Solo le quedaría por encima Margaret Court, la leyenda, que tiene 24. Y, a pesar de que en septiembre Serena cumplirá 35 años, la mayoría creen que también superará a la australiana.

[Garbiñe: "Creo que a Serena no le hace gracia jugar conmigo"]

La jugadora norteamericana es la mejor de todas las tenistas del planeta, y lo es desde hace más de 15 años. Con 18 ya ganó el Abierto de Estados Unidos, el primero de muchos. Su regularidad en la excelencia es realmente asombrosa, en once de los últimos 14 años ha conseguido al menos un grande. En muchas ocasiones más de uno. Ha jugado 26 finales y solo ha perdido cinco, dos de ellas contra su hermana Venus, otra grande de la raqueta.

La obsesión de su padre

Serena es, como otros muchos grandes de la raqueta, el producto de una obsesión. Su padre, Richard Williams, es una figura trascendental en su vida y muy polémica en la realidad. Es uno de esos padres que pensaron que podían moldear una estrella y, en su caso, lo consiguió. Williams empezó a jugar con tres años y su padre decidió darle clases en casa mejor que llevarla a un colegio. Todo por el tenis, la familia decidió marcharse de su ciudad natal e instalarse en California. El siguiente cambió lo dictó el deporte: Florida.

[Todo sobre Garbiñe: así ven sus rivales a la española]

Ella, con un físico único en el deporte mundial, hizo buenos todos esos esfuerzos. Serena empezó a ganar y a ganar y a ganar hasta demostrar que es una de las mejores jugadoras de todos los tiempos. No hay torneo que no haya ganado, en el caso de los Grand Slam tiene en todos ellos al menos tres entorchados, contando solo individuales, claro, porque si se le suman las parejas los datos se disparan. Durante más de diez años la pareja que formaba con su hermana Venus era prácticamente invencible. A Serena le gustan también los Juegos Olímpicos donde tiene cuatro oros, dos en individuales y otras tantas en dobles.

Serena ha cambiado el tenis mundial. La última revolución es más que nada culpa suya. Cuando entró en el circuito aún se veían jugadoras finas, con más clase que físico. Así era Graf, Henin, Hingis o Clijsters. Todas magníficas, pero que se quedaron antiguas en cuanto Serena Williams alcanzó su máxima progresión. Ella ha cambiado la fisionomía de un deporte entero, ahora casi todas las tenistas juegan igual, intentan emular a la estadounidense. Los golpes fortísimos desde la línea de fondo, una buena movilidad lateral y un saque como una bola de demolición son ahora una constante en las pistas mundiales. Hoy las tenistas son más altas y pasan más tiempo en el gimnasio. El objetivo es seguir al ejemplo, a Serena, que lo cambió todo y ahora quiere igualar a Graf en el palmarés de la historia.

Cuando Serena Williams no se apunta a algún torneo, algo cada vez más habitual, la pregunta es obligada a todas sus rivales: "¿Qué supone que no esté en el cuadro?". Las evasivas típicas de los deportistas aparecen como setas en otoño, pero las dos líneas de pensamiento son claras. Unas dicen que prefieren que estén las mejores, una constante en los tópicos del tenis, otras, quizá con la boca pequeña, reconocen que sin ella la vida es mucho más fácil. Este sábado disputará la final de Roland Garros contra Garbiñe Muguruza. Repiten, pues el año pasado ya se vieron las caras en la hierba de Wimbledon con el título como objetivo.

Tenis - Roland Garros California Juegos Olímpicos
El redactor recomienda