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Garbiñe coge su versión huracanada para meterse en la final de Roland Garros
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se impuso a stosur por 6-2 y 6-4

Garbiñe coge su versión huracanada para meterse en la final de Roland Garros

Muguruza demostró que tiene un tenis maravilloso y es capaz de pasar por encima de una rival incluso en un día en el que no le entre el primer servicio.

Foto: Torneo de roland garros
Torneo de roland garros

Garbiñe Muguruza es una jugadora venida del futuro. Cuando está a su máximo nivel, y contra Stosuren semifinales de Roland Garros lo estuvo, es una deportista imparable, que busca las líneas constantemente y manda a su rival muy lejos de la línea de fondo. Es potencia, pero también es talento. No le falta casi nada para dominar el circuito. Efectivamente, en ocasiones se le han detectados lagunar normales, flaquear en días menores. Pero cuando está bien es un huracán. Y por eso está en la final del torneo parisino.

[La garrapata que cambió la vida de Stosur]

Tiene solo 22 años y en París jugará su segunda final de Grand Slam después de que lo consiguiera ya el año pasado en la hierba de Londres. Ese dato por sí mismo es elocuente del potencial de la tenista hispanovenezolana. Porque la mayoría de jugadores primero se muestran en las pistas que les son más propicias y después, con la madurez, aprenden a competir igual en cualquier superficie. Con Muguruza no ha sido así, su tenis es tan puro que lo mismo vale para jugar en Londres que en París. Ellá está muy por encima de todo eso.

[Así ven sus rivales a Garbiñe Muguruza]

Samantha Stosur no fue un compromiso real para la tenista caraqueña. La jugadora australiana tiene un pasado glorioso y estaba jugando muy bien en la gira de tierra, pero no fue capaz de responder al bombardeo que se encontró al otro lado de la red. Punto tras punto Garbiñe se metía en la pista y dominaba, entraba en la línea de saque y subía a la red. Movía a Stosur de un lado a otro. Terminó confundida la australiana ante tal despliegue. En su guión las cosas no salían así.

Errores en el servicio

Lo curioso es que la exhibición de Garbiñe llegó sin necesidad siquiera de sacar bien. Es una de las asignaturas pendientes de la española y, en su caso, el potencial es evidente. Hay otros tenistas que, por altura, nunca conseguirán dominar el servicio, pero Muguruza tiene las armas para que eso no sea así. Le falta meter más primeros. En general los tenistas pueden atacar con su primer servicio, pero la española aún es errática en esa faceta. En el primer set, a pesar de que lo dominó con mucha soltura, fue incapaz de llegar al 50% de primeros. Y le dio igual, porque con los segundos o, para el caso, con los servicios de Stosur, ella fue igualmente capaz de dominar los puntos, mover a su rival y subir a la red para concretar su victoria.

[Garbiñe y el coraje para pasar los malos momentos]

No había una española en la final de Roland Garros desde el año 2000. Fue Conchita Martínez, la actual capitana del equipo español de Fed Cup. Es, además, una persona importante para las tenistas españolas. Su entrada en la federación española de tenis consiguió la entrada de aire nuevo y ha servido de mucha ayuda a todas las jugadoras. Especialmente a Garbiñe, que era joven y necesitaba asesoramiento. La aragonesa lo hace desde la lejanía, con un tono muy pausado, pero se nota.

Desde Wimbledon hasta ahora ha pasado casi un año, pero ha sido casi una vida. Todo fue muy rápido: empezar a ser famosa, cambiar de entrenador, adaptarse a una nueva realidad, mudarse de ciudad... Ha ganado mucho y bien, también ha tenido derrotas importantes por el camino que la hicieron dudar a ella e hicieron dudar de ella. Todo eso está ahí, es cierto, pero al final se impone la lógica: quien tiene tenis termina ganando.

Garbiñe Muguruza es una jugadora venida del futuro. Cuando está a su máximo nivel, y contra Stosuren semifinales de Roland Garros lo estuvo, es una deportista imparable, que busca las líneas constantemente y manda a su rival muy lejos de la línea de fondo. Es potencia, pero también es talento. No le falta casi nada para dominar el circuito. Efectivamente, en ocasiones se le han detectados lagunar normales, flaquear en días menores. Pero cuando está bien es un huracán. Y por eso está en la final del torneo parisino.

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