Por fin llega el partido esperado: Nadal y Djokovic se cruzan en Roma

No sin sufrir, el partido llegará por fin en los cuartos de final, alrededor de las 16.00 y emitido por Canal+Deportes. Habría que especificar de qué partido se habla, pero después de tanto oírlo en Madrid no es muy necesario decir que es un Djokovic-Nadal sobre tierra batida. El partido, el que todos esperaban, el que era pregunta obligada para Nadal en las últimas semanas. Porque para demostrar su vuelta, recordarle al mundo que él es la arcilla, necesita desafiar al número 1 del mundo, el caníbal Djokovic.

Es un poco anticlimático que el choque sea en cuartos de final, pero con el año pasado que hizo Nadal, que le empujó a la quinta plaza del mundo, hay que conformarse con esto. La suerte les puso por el mismo lado del cuadro y colocó como cuartos de final un duelo que ha sido la final de este mismo torneo, el de Roma, en cuatro ediciones. A los italianos que hayan comprado boletos para la sesión de viernes les ha tocado la lotería.

[Claves de la ascensión de Nadal en la tierra batida]

Llegó el partido, no sin sufrimiento. Nadal tenía un hueso muy duro de roer en los octavos de final. Nick Kyrgios es el abanderado de la próxima generación, el niño insolente que juega al tenis de maravilla y al que solo le falta consistencia para desafiar al top-10 mundial. El australiano, que por condiciones no debería ser muy bueno en tierra, ha demostrado tanto en Madrid como en Roma que tiene juego suficiente para también moverse con comodidad en terrenos que no le son propicios.

Empezó Kyrgios ganando el primer set, en el tie break, como es tradición en él. Lleva 15 esta temporada y se ha impuesto en 13 de ellos. Con el imponente servicio que muestra no es de extrañar. Nadal reaccionó rápido, porque él nunca da por perdido un encuentro. Entre todas sus virtudes, casi incontables, esa es una de las más llamativas. Es una muestra de pundonor detrás de otra. Y mucho tenis, porque a veces se olvida que Nadal está donde esta y ha sido lo que ha sido porque tiene una variedad de juego amplia y unas piernas que llegan a las bolas que otros ni sueñan.

Tuvo una ventaja añadida en forma de cansancio de Kyrgios. El joven australiano se empezó a mostrar más cauto, también por un problema en la pierna que le obligó a llamar a las asistencias. Nadal, cuando ve a su rival magullado, es como el león en los documentales de animales: sube el nivel y caza a la presa. Golpe a golpe fue moviendo más a Kyrgios, que cada vez tenía más problemas para desplazarse por la pista. Así hasta la victoria final. Porrque además Kyrgios bajó un poco el nivel de su servicio y Nadal se supo aprovechar de la oportunidad. El australiano necesita una vuelta de tuerca más, pero algún día estará ahí.

Djokovic sufrió contra Belucci

Peor fue lo de Djokovic, que sudó en demasía para derribar a Belucci. El brasileño no deja de ser un jornalero del tenis, de esos jugadores que hacen resultados discretos pero se ganan la vida con esmero y una raqueta en la mano. En su carrera hay cuatro títulos menores y, desde ayer, en el que quizá es su mayor éxito personal, un rosco al número 1 del mundo. El serbio empezó dormido, abotargado, dando la impresión de que no quería seguir mucho tiempo por las calles romanas. Un 6-0 es impropio de un jugador como él, y no parecía que fuese a mejorar después de salvar unas cuantas bolas de ruptura en el primer juego del segundo parcial.

[Djokovic se gana el respeto de Madrid]

Hasta ahí. Sacó adelante el juego, alzó los brazos como si hubiese ganado un torneo y empezó a jugar bien. Quizá no a su máximo nivel, pero sí lo suficiente para derrotar a un jugador inofensivo como es Belucci, Así sacó sin riesgo el segundo set y luego el tercero para terminar con un curioso 0-6, 6-3 y 6-2.

Aunque el camino haya sido pedregoso, ahora queda lo mejor, el partido. Quizá para Djokovic pueda ser uno más, él es el número 1 y del mismo modo que puede temer a Murray o a Federer tiene que pensar en Nadal. Pero para el español no puede ser lo mismo. Ya ganó a Murray en Montecarlo, ha ganado dos torneos sobre arcilla y sabe que si no consigue derrotar a Djokovic en esta superficie será muy complicado que lo haga en cualquier otra. En Indian Wells le hizo partido, pero la lógica, que hoy en día es que gane el serbio, se terminó imponiendo. Ahora está en manos de Nadal ser agresivo y leer bien el tenis de Djokovic, no dudar en las bolas de ruptura y tratar de jugar con primeros. La receta común para ganar siempre, que es especialmente importante cuando enfrente se tiene al mejor jugador del mundo.