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Nadal: "La gente no es libre de decir cualquier cosa estúpida en cualquier momento"
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El español rechaza ser favorito en madrid

Nadal: "La gente no es libre de decir cualquier cosa estúpida en cualquier momento"

El tenista arranca el Madrid Open con una rueda de prensa en la que se mostró mohino y combativo. Se centra en el día a día y cree haber recuperado un buen nivel

Foto: Nadal entrena en la Caja Mágica (EFE)
Nadal entrena en la Caja Mágica (EFE)

Cuando llega la inevitable pregunta sobre el dopaje y la demanda contra la exministra francesa de deporte Roselyn Bachelot, Rafa Nadal se embala a hablar en inglés -la pregunta era en ese idioma- y en el fondo de la sala se escucha una voz. "En español, Rafa". Es su jefe de prensa, que entiende que para un tema así es oportuno que el jugador se sienta cómodo respondiendo y lo haga en su idioma, que no tenga que detenerse a buscar palabras apropiadas en esta cuestión en concreto. Para eso ya están los traductores. Porque Rafa, además, parece algo crispado. Él, de todos modos, decide seguir en inglés y sale como puede del trance.

"Tengo plena confianza en la justicia francesa, ya dije que no voy a hablar más del tema. No necesito dinero, es algo de imagen, de que la gente no es libre de decir cualquier cosa estúpida en cualquier momento sin el conocimiento de las cosas. Si al final del día, como dije en mi comunicado, hay una indemnización, irá a una fundación francesa", comenta cuando es preguntado por la cantidad que restañaría su honor. Es sencillo, porque el dinero aquí no es problema: servirá con que le den la razón.

En el tema del dopaje, además, Nadal ha dado un paso más pidiendo que se publiquen sus test: "Mi filosofía es fácil de entender. Creo en mi deporte, creo que mis rivales están limpios, el deporte está limpio y en el programa antidopaje, que es independiente. El deporte tiene que ser limpio y parecer limpio. En eso se puede estar mejor, tener más transparencia. Sería más fácil para todo el mundo y, por supuesto, sería más fácil para los periodistas y para la gente, que no tiene que creer cosas sino tener las pruebas".

Nadal no parecía del mejor humor en su primera rueda de prensa del torneo. Así como el jueves, en una conferencia de prensa con una marca comercial, todo eran sonrisas, en esta ocasión se mostró más sombrío y empeñado en contarle a la prensa qué tiene que preguntar y cómo debe de hacerlo.

"Me preguntáis mucho por Djokovic, y estáis equivocados encarando el tema por él, es el mejor del mundo. En 2011 mi problema fue Djokovic, en 2015 no. Yo no he estado compitiendo por torneos importantes, estas semanas lo he hecho, veremos si será así en el futuro. Estoy feliz con el nivel de estas últimas tres semanas en las que he competido. Llevo tres torneos muy positivos, si juego con Djokovic sería una gran noticia, porque querría decir que estoy en la final", dice, por ejemplo, cuando es preguntado por el serbio. Se han enfrentado muchas veces y, si bien es cierto que Nadal ha pasado año y medio un poco fuera de nivel, tiene sentido que se le pregunte por el mejor jugador del mundo ahora mismo.

El favoritismo

Tampoco le gusta que lo consideren favorito. Ni siquiera el término favorito, aunque sea de uso común en el deporte. Esto no es nuevo, lleva años repitiendo una frase: "El favorito es el que juega mejor en esa semana". El diccionario recuerda que el favoritismo es una cosa previa al torneo, no posterior. Nadal prefiere acuñar un neologismo y equiparar campeón con favorito. Aunque se le diese a la palabra la definición que le da el diccionario, él tampoco estaría contento con ella. "Son cosas que os importan a vosotros, a mí menos, a mí me importa el día a día, mi entrenamiento de hoy y de mañana, mi partido del martes... Quien sea favorito o no… yo no tengo que escribir ninguna página, intento hacer lo posible para competir cada día", cuenta el balear.

Tampoco le gusta que le recuerden que en los dos últimos años no ha sido el mejor Nadal. Cuando le preguntan sobre si ahora es su mejor momento en este tiempo, él ataja rápido: "Acostumbráis a dramatizar". El discurso sigue recordando que hace dos años logró éxitos importantes. "Gané Roland Garros, y estaba número 1 del race. Jugué la final de Australia ese año. El año pasado tuve un momento malo, torneos malos, problemas de ansiedad, es cierto. Desde Montreal no los tengo, compito cada semana con lo que tengo, que a veces es mucho y otras no tanto. Llevo semanas que es bastante, de los tres. No sé con que me voy a encontrar aquí en Madrid, sé que estoy haciendo las cosas bien. Espero llegar bien preparado", manifiesta.

Ha dejado de molestarle la altura de Madrid, que antes era uno de sus principales caballos de batalla. Desde que intercambió el torneo su posición en el calendario con Roma es menos dramático, porque no está tan pegado a Roland Garros. Ahora, además, dice no sentirse incómodo con los casi 700 metros que tiene Madrid sobre el mar. "Me siento bien, he entrenado bien estos días y para mí es un torneo que se me ha dado bien históricamente, otra cosa es la altura, hay altura, pero a mí personalmente… la altura existe, afecta al juego, pero no me va especialmente mal. Me siento más cómodo al nivel del mar, pero la altura normalmente se me da bien", explica. Es más, asegura que en ningún otro torneo del mundo siente a la grada tan a su favor como en Madrid.

Cuando llega la inevitable pregunta sobre el dopaje y la demanda contra la exministra francesa de deporte Roselyn Bachelot, Rafa Nadal se embala a hablar en inglés -la pregunta era en ese idioma- y en el fondo de la sala se escucha una voz. "En español, Rafa". Es su jefe de prensa, que entiende que para un tema así es oportuno que el jugador se sienta cómodo respondiendo y lo haga en su idioma, que no tenga que detenerse a buscar palabras apropiadas en esta cuestión en concreto. Para eso ya están los traductores. Porque Rafa, además, parece algo crispado. Él, de todos modos, decide seguir en inglés y sale como puede del trance.

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