Para Rafa Nadal sólo han pasado unos meses desde mayo de 2014

En la final de Roland Garros de hace un par de ediciones, mayo de 2014, Rafa Nadal se sobrepuso al tenis de Novak Djokovic, indiscutible número uno en la actualidad. Desde entonces, el balear se ha enfrentado en cuatro ocasiones al serbio con pleno de victorias para éste. La final de este sábado en Doha entre ambos es difícil equipararla a esos cuatro enfrentamientos de 2015 sabiendo que en esa temporada Nadal sufrió un bache del que está saliendo, todavía sin saber cuánto le queda o si logrará sacudirse del todo el polvo. El favorito sigue siendo Djokovic, pero las “buenas sensaciones” del balear reclaman un margen de opciones que hace unos meses no existía.

La campaña pasada Djokovic cerró sus enfrentamientos ante Rafa estableciendo un empate a 23. Fue en el torneo de Maestros y ganó por 6-3 y 6-3, empleándose más duro que la vez anterior, en Pekín (6-2 y 6-2). En cuartos de final de Roland Garros le derrotó por 7-5, 6-3 y 6-1, cuando la cabeza de Nadal se 'marchaba' de los partidos antes de que acabasen (se repitió en más ocasiones) y antes, en semifinales de Mónaco, el balcánico también le había derrotado por 6-3 y 6-3.

Previo a los comentados cuatro choques de 2015 vino la final en la que Rafa levantó su novena Copa de los Mosqueteros, ante Novak, cerrando una racha de cuatro victorias -en tantas finales- favorables a Djokovic, aunque estas vinieron con más resistencia que la actual, con un balance de 9 sets a 0 para el número 1.

“Sigo con muy buenas sensaciones y para mí es muy positivo la línea de continuidad en mi tenis”, aseguró la quinta raqueta mundial a pie de pista tras derrotar a Marchenko. Lleva un 2016 prácticamente inmaculado y en la pista y con la confianza suficiente como para haber aseverado en una entrevista: “Os sorprenderé”. Ahora ha llegado hasta las 99 finales, “¿99 finales? Un gran número, ¿no? Espero llegar a la número 100 pronto” y en su cabeza está implantado el mismo chip competitivo de mayo de 2014, como en aquella ocasión y al contrario que las dos primeras partes de 2015, ahora vuelve a “disfrutar en la pista”.

Este sábado frente a Djokovic (venció a Berdych 6-3 y 7-6) será una excelente piedra de toque para comprobar de qué ha forrado en estos meses su fortaleza mental y si le ha permitido mejorar tanto su tenis como para poner en aprieto a la mejor raqueta mundial, quien en 2015 ganase lo que ningún otro tenista en la historia ha logrado en un año: tres Grand Slams, seis Masters 1000 y el torneo de Maestros.