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El reto de Nadal: ser maestro cuando vuelve a ser un aprendiz
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ESTÁ SIENDO SU PEOR TEMPORADA DESDE 2004

El reto de Nadal: ser maestro cuando vuelve a ser un aprendiz

Reparadas las grietas de su mente, Nadal llega a Londres sin olvidar que ser maestro está en su debe. ¿Cómo serlo cuando estás volviendo a aprender? Wawrinka será el primero en ponerle a prueba

Foto: Rafa Nadal en París (Efe).
Rafa Nadal en París (Efe).

Se escuchan los últimos raquetazos de la temporada. El sonido llega desde el O2 Arena de Londres por mucho que Djokovic haya pedido un cambio de escenario. Los ocho mejores jugadores del circuito (Murray, Wawrinka, Ferrer, Federer, Berdych, Nishikori más el serbio y el mallorquín) se han dado cita en la ciudad británica para pelear por la Copa de Maestros. Se trata de uno de los títulos más importantes… que todavía no figura en el palmarés de Rafa Nadal. El de Manacor escribe las últimas líneas de una temporada gris, no por culpa de las lesiones sino porque su muro mental se resquebrajó más de la cuenta. Reparadas esas grietas, el quinto mejor jugador de la ATP llega a Londres remontando el vuelo, sin obsesionarse y sin olvidar que ser maestro está en su debe. ¿Cómo serlo cuando estás volviendo a aprender?

Su debut está previsto para este lunes a las 21:00; el rival será un viejo conocido con el que se ha cruzado varias veces en las últimas semanas: Stan Wawrinka. El suizo es el primer obstáculo en su caminar por Londres; Nadal sabe que la Copa de Maestros se antoja complicada -más aún cuando Djokovic se encuentra en estado de gracia y barrió a Nishikori (6-1 y 6-1)-, pero también es consciente de que sería el título que maquillase la temporada. Lo cierto es que este 2015 ha sido el peor año desde que Rafa aterrizó en el circuito hace once años: no ha conseguido levantar ninguno de los nueve Masters 1.000 que ha disputado y ni siquiera ha pisado las semifinales de los Grand Slam en los que ha participado. Hablando de Nadal, parece que los trofeos conquistados en Buenos Aires, Stuttgart y Hamburgo se le quedan pequeños.

Sea como sea, las razones para este año casi en blanco de Rafa no son físicas. Hay que buscarlas dentro de su cabeza. Lo que hace un tiempo era una de las claves de su impenetrable fortaleza, ahora se ha convertido en una de sus debilidades. Las dudas han atormentado al mallorquín hasta el punto de no saber cómo pegar a la bola; Nadal perdió su orden mental, no era dueño de sus emociones y tampoco controló sus nervios. En definitiva, su lesión era mental y cuando la cabeza no rema en la misma dirección que el físico… nada funciona dentro de la pista. A lo largo de esta temporada, Rafa ha acostumbrado a propios y ajenos a un cambio de costumbres: antes, lo normal era verle levantar un trofeo tras otro y ahora, éstos llegan a cuentagotas.

Así las cosas, Nadal se encuentra en plena remontada de su vuelo. Luchando, como siempre, en la recta final de un duro 2015 está más centrado en recuperar sensaciones y preparar la temporada que arrancará el próximo mes de enero que en ganar. Antes de hacer borrón y cuenta nueva, espera Londres. La Copa de Maestros es el escenario perfecto para continuar progresando, competir, recuperar la confianza y, sobre todo, disfrutar como ha vuelto a hacer. La que arranca este lunes, será su séptima participación y sólo en dos ocasiones (2010 y 2013) ha alcanzado la final bajo el techo del O2 Arena. Y es que, precisamente, las características de la cita -pista dura y cubierta- no son las que más favorecen al juego de Rafa.

A pesar de ello, Nadal llega a Londres “para seguir luchando y con la motivación de dar lo mejor. Este año no es una excepción a pesar de que no ha sido una gran temporada” y apuntó a que nunca tuvo dudas de su participación: “Siempre pensé que estaría en Londres al final de temporada, pero podía ser que no. Es una buena noticia estar aquí como el número cinco del mundo. Después de un año duro, si eres capaz de llegar con esa posición significa que el nivel está ahí todavía. Tengo que seguir jugando como he hecho durante el último mes y medio; en esa línea podré llegar lejos”.

Rafa tiene a su favor que ha regateado al grupo de la muerte -el de Djokovic y compañía- y ha caído en uno junto a Murray, Wawrinka y Ferrer. Reina la igualdad y el objetivo pasa por el segundo puesto que da acceso a las semifinales. Eso sí, Nadal no tiene “ninguna obsesión por ganar un Masters, ni mucho menos. He ganado más de lo que esperaba y evidentemente soy consciente de que, por las condiciones en las que se juega este torneo, es más complicado de lo habitual para mí”. Consciente de la realidad que le espera en el O2 Arena, el mallorquín se toma la Copa de Maestros como “una buena noticia, no estoy lejos de jugar a un gran nivel. He hecho dos finales (Pekín y Basilea) y una semifinal (Shanghái) en torneos muy complicados, en una superficie que no se me da muy bien. Además, en París estuve cerca de llegar a semifinales”. Que sigan las buenas nuevas.

Se escuchan los últimos raquetazos de la temporada. El sonido llega desde el O2 Arena de Londres por mucho que Djokovic haya pedido un cambio de escenario. Los ocho mejores jugadores del circuito (Murray, Wawrinka, Ferrer, Federer, Berdych, Nishikori más el serbio y el mallorquín) se han dado cita en la ciudad británica para pelear por la Copa de Maestros. Se trata de uno de los títulos más importantes… que todavía no figura en el palmarés de Rafa Nadal. El de Manacor escribe las últimas líneas de una temporada gris, no por culpa de las lesiones sino porque su muro mental se resquebrajó más de la cuenta. Reparadas esas grietas, el quinto mejor jugador de la ATP llega a Londres remontando el vuelo, sin obsesionarse y sin olvidar que ser maestro está en su debe. ¿Cómo serlo cuando estás volviendo a aprender?

Rafa Nadal
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