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La imagen más dolorosa de Nadal: diez años después, se queda sin ganar un Grand Slam
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fognini cortó una racha de más de 150 partidos

La imagen más dolorosa de Nadal: diez años después, se queda sin ganar un Grand Slam

La derrota de Nadal ante Fognini ha traído consecuencias para el español pues, desde 2004, será la primera temporada en la que no sume a sus vitrinas ni un solo título de los cuatro grandes

Un frío 3 de septiembre de 2004, un joven de sólo 18 años se retiraba cabizbajo al vestuario tras perder ante Andy Roddick en segunda ronda del US Open. Era consciente de que había saltado demasiado atenazado a pista, una situación que aprovecho el bombardero norteamericano para endosarle un rosco en el primer set. Aunque reaccionó en los dos siguientes parciales, fue incapaz de meter el miedo en el cuerpo de un Roddick más experimentado y con un juego más fluído. Aquel joven se llamaba Rafa Nadal y este sábado, once años después, se ha repetido aquella misma imagen desoladora.

Nadal, después de un partido en el que fue incapaz de encontrar su mejor juego, caía eliminado del US Open a manos de un Fabio Fognini muy superior en todos los aspectos. El español era la imagen de la desolación más pura: cabeza al cielo con los ojos cerrados y los labios muy apretados, mientras un ligero suspiro se escapaba de su boca expresando 'vaya partido acabo de perder' para, a continuación, enfocar su vista perdida hacia el suelo hasta entrar en el vestuario. Y es que, once años después, el mejor tenista español de todos los tiempos acabará la temporada sin ganar un Grand Slam.

Es precisamente ahora, en uno de los momentos más bajos del español, donde quedan de manifiesto los increíbles números que ha conseguido a lo largo de su carrera deportiva, en especial en los grandes. No sólo por los nueve títulos de Roland Garros que suma en sus vitrinas -para un total de catorce Grand Slam- sino, sobre todo, por su capacidad constante para meterse en las rondas importantes de cada uno de los torneos que disputaba. Unos impresionantes méritos deportivos a los que nos tenía tan acostumbrados que, ahora que no llegan, permiten ver lo increíble de su gesta.

Después de diez años seguidos ganando, al menos, un grande en la temporada, Nadal acabará el año sin un solo Grand Slam. Tras un difícil comienzo de temporada, el Open de Australia devolvió las esperanzas al español, donde jugó varios partidos a gran nivel -en especial, un épico choque ante Tim Smyczek- hasta perder en cuartos de final con Tomas Berdych; más tarde, en Roland Garros, perdía por segunda vez en su carrera en París, al caer en la misma ronda con Novak Djokovic; el mayor tropiezo llegó en Wimbledon, al caer en segunda ronda con Dustin Brown... hasta caer en el US Open.

Pero no se trata del único registro negativo que cumplió este sábado ante Fognini. Después de ir ganando el partido dos sets arriba, el italiano reaccionó para, aprovechando el hundimiento al servicio de Nadal, dar la vuelta al partido y lograr la clasificación. O, lo que es lo mismo, es la segunda vez en más de 150 partidos en la que Nadal pierde un encuentro a cinco sets cuando dominaba el choque por 2 a 0... siendo la anterior en 2005 ante Roger Federer en Miami. Es decir, una década después, el español tampoco pudo mantener una racha histórica que le ha acompañado a lo largo de su carrera.

"Lo que he logrado es increíble"

A sus 29 años, Nadal es consciente de que ésta no ha sido su mejor temporada. Preguntado por los registros históricos que no conseguía mantener tras su derrota ante Fognini, su respuesta era más sincera que nunca: "Haber conseguido todo esto es algo increíble. No me puedo imaginar lo difícil que ha sido lograr que eso sucediese, por lo que aceptó que éste no esta siendo mi año, pero me he mantenido luchando hasta el final de la temporada de una manera positiva", confesaba. Pero el problema de Nadal va mucho más allá y es que luchar en pista ya no es suficiente para ganar partidos.

¿Pero qué es lo que le pasa a Nadal? Ése es la misma respuesta que el propio jugador trata de responder, en una temporada en la que no es capaz de encontrar ese juego que le llevó a lo más alto. Puede ser un problema de cabeza, de juego o una conjunción de ambas, pero nunca de actitud, pues sigue desempeñándose en la pista con todo el ahínco que puede. Pero la evidencia está sobre la mesa: sea por lo que fuere, parece que aquel Nadal triunfador queda, desgraciadamente, demasiado lejos. Su imagen desoladora abandonando la pista del US Open habla por sí sola.

Un frío 3 de septiembre de 2004, un joven de sólo 18 años se retiraba cabizbajo al vestuario tras perder ante Andy Roddick en segunda ronda del US Open. Era consciente de que había saltado demasiado atenazado a pista, una situación que aprovecho el bombardero norteamericano para endosarle un rosco en el primer set. Aunque reaccionó en los dos siguientes parciales, fue incapaz de meter el miedo en el cuerpo de un Roddick más experimentado y con un juego más fluído. Aquel joven se llamaba Rafa Nadal y este sábado, once años después, se ha repetido aquella misma imagen desoladora.

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