Rafa Nadal o cuando perder una final sería la mejor de las derrotas

Sergiy Stakhovsky, el número 60 del mundo, será la primera prueba para la mentalidad reforzada de Rafa Nadal tras su semana triunfal en la tierra de Hamburgo. La 'cabeza' fue el factor que mandó a la hora de elegir la arcilla de cara a preparar la temporada de asfalto: “La pelota se golpea de otra manera, pero sigue siendo tenis”, apuntó el balear antes de su debut en el Masters 1000 de Montreal que ganó la última vez que lo disputó, en 2013. Hace dos años salió invicto de la gira norteamericana -Montreal, Cincinnati y US Open-. Ahora, llegar simplemente a disputar alguna de las finales supondría un importante paso.

“Mentalmente he tenido estabilidad durante toda la semana, algo que no he podido tener a menudo esta temporada. Mi fortaleza mental subía y bajaba con frecuencia. Hamburgo no fue el caso... estoy trabajando bien”. El manacorense explicó esta semana la montaña rusa a la que se montaba cada vez que cogía la raqueta para disputar un torneo.

En Hamburgo, con tierra, Nadal construyó una armadura mental de madera que espera reforzar con cemento armado en la pista de la Rogers Cup. El camino no es sencillo ya que, de superar al ucraniano este miércoles, le esperaría Gilles Simon (noveno cabeza de serie) y se podría cruzar posteriormente con Keishi Nishikori (número 4 del mundo) en cuartos y Andy Murray en semifinales, siempre y cuando las expectativas se cumplan. Hasta la hipotética final no se las vería con el número 1 del mundo, Novak Djokovic. Cuentas de la lechera, en cualquier caso, aunque se pone de manifiesto que este torneo significa una prueba realmente dura (sólo faltan Federer y Ferrer), más que la del Masters 500 de Hamburgo.

Todo lo que haga será sumar puntos

El año pasado, una lesión de muñeca le impidió defender los 4.000 puntos conquistados en 2013 cuando hizo el triplete norteamericano. Ahora está en la situación contraria y todo lo que haga serán puntos a sumar para lograr uno de los objetivos de la temporada: disputar la Copa de Maestros, que la disputan los ocho primeros del mundo (Nadal actualmente ocupa la décima posición).

Con una especie de 'borrón y cuenta nueva' en su fortaleza mental, Nadal afronta el desafío de mejorar sus resultados de este año en pista dura: cayó en primera ronda de Doha (Berrer, 127 del mundo), cuartos en Australia (Berdych), cuartos en Indian Wells (Raonic) y tercera ronda de Miami (Verdasco). Por cierto, junto a su compatriota ya ha ganado su primer partido en Canadá, en dobles frente a Berdych y Sock. Más confianza (y Conchita tomando nota).

Hace justo diez años, Nadal sumó en Montreal su primera victoria de un torneo en pista dura, si en esta edición Rafa lograse una nueva, significaría prácticamente un renacimiento como tenista. Tan difícil fue aquello como esto.