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Rafa Nadal rompe los huevos a Fabio Fognini en Hamburgo y refuerza su mentalidad
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GANÓ EL TORNEO CEDIENDO SÓLO UN SET

Rafa Nadal rompe los huevos a Fabio Fognini en Hamburgo y refuerza su mentalidad

Este Nadal no está todavía a la altura del que tenía acostumbrado al mundo de la raqueta hasta este 2015 pero en la final de Hamburgo batió a Fognini, quien le había ganado dos veces este año

Foto: Rafa Nadal celebrando su triunfo en Hamburgo.
Rafa Nadal celebrando su triunfo en Hamburgo.

Se arrodilló, miró al cielo y levantó los puños. En Hamburgo ganó algo más que 500 puntos de la ATP: una buena capa de barniz para reforzar y fortalecer la confianza en sí mismo. Este Rafa Nadal no está todavía a la altura del que tenía acostumbrado al mundo de la raqueta hasta este 2015 pero hoy se parece más que ayer. En la final batió a Fabio Fognini, a quien no hay que mirarle por ser el número 32 del mundo, sino por ser un rival que había ganado este año dos veces en tierra a Nadal. En Alemania no ocurrió lo mismo y, quizás, algo esté cambiando.

"Logré cambiar la dinámica del partido, algo con lo que he tenido dificultades últimamente. Es una victoria muy importante para mi mentalidad. Es importante haber acabado el partido con mejores sensaciones que con las que empecé”, reconoció tras su primera victoria en el torneo.

El título era un objetivo secundario englobado dentro del reto psicológico por el que el balear aceptó disputar el torneo. En Wimbledon, hace un mes, se marchó a las primeras de cambio tras caer con el 102 del mundo (Dustin Brown) y aquí ha superado a Verdasco, Vesely, Cuevas, Seppi y Fognini cediendo sólo un set en todo el torneo, el primero que disputó, ante el madrileño. "En el partido He tenido algunos momentos difíciles en la pista, he perdido oportunidades, pero me recuperé y seguí luchando con la mentalidad correcta. Estoy muy contento por la victoria. Es una victoria importante para mí", comentó este domingo el tenista.

Esta vez, no cedió ni ante una taquicardia

Para morder el trofeo, la hélice de un barco (Hamburgo es el segundo puerto más importante de Europa) Nadal ha debido sufrir un discreto primer servicio que le puso en apuros ante Vesely -sólo ganó el 59% de los puntos en su primer saque-, una taquicardia que dio un susto en los instantes finales ante Seppi y una acalorada discusión con Fognini que no le sacó de sus casillas. “¡No me rompas los huevos!”, espetó el italiano al español ante la rutina pausada que siempre lleva a cabo el balear antes de cada saque. Nadal respondió mandándole sentar con su dedo y ganándole.

"¿Qué quieres? ¡No me rompas los huevos!". Fognini a Nadal. pic.twitter.com/6xg6yQrmRP

Cerró todos los partidos y no titubeó como se le ha visto durante esta temporada en algunas ocasiones en las que el partido le sonreía como en los cuartos de Roma frente a Wawrinka, donde en el primer set dispuso de un 6-2 en el tie break e incomprensiblemente lo perdió (y le afectó a un segundo set en el que se dejó llevar, por 2-6) o en cuartos de Indian Wells, ante Raonic, cuando dispuso de hasta tres puntos de partido… el canadiense dio la vuelta a la tortilla y eliminó al de Manacor. Esta vez, su mente, como sus piernas, se quedaron hasta el golpeo de la última pelota.

Recogió el trofeo acalambrado

Su cara de felicidad tras finalizar el encuentro se topó en pista con unos calambres que protagonizaron el punto cómico de la final al recoger un trofeo que le ayuda a acercarse a su objetivo final del año: jugar la Copa de Maestros (apto para los ocho primeros del mundo, actualmente Rafa es el décimo del mundo). "Ayuda a estar más tranquilo. Ahora la temporada de pista dura es una historia diferente. Yo voy a seguir con la misma mentalidad y este título me ayuda a estar un poco más tranquilo y añadir algunos puntos a mi clasificación de la ATP para tratar de terminar el año en el Top 8 de nuevo".

Nadal cogió un avión con rumbo Hamburgo para tratar de llenar su mochila de moral y así hizo. Una vez que la mente ha cambiado de chip con respecto a Wimbledon, le toca una modificación a su cuerpo y estilo de juego para adaptarse lo mejor posible al asfalto de Montreal, donde iniciará su participación en una semana. De allí pasará a Cincinnati para posteriormente viajar hasta Nueva York, donde se cierra esta gira norteamericana con el US Open… a ver en qué condiciones.

Se arrodilló, miró al cielo y levantó los puños. En Hamburgo ganó algo más que 500 puntos de la ATP: una buena capa de barniz para reforzar y fortalecer la confianza en sí mismo. Este Rafa Nadal no está todavía a la altura del que tenía acostumbrado al mundo de la raqueta hasta este 2015 pero hoy se parece más que ayer. En la final batió a Fabio Fognini, a quien no hay que mirarle por ser el número 32 del mundo, sino por ser un rival que había ganado este año dos veces en tierra a Nadal. En Alemania no ocurrió lo mismo y, quizás, algo esté cambiando.

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