El mejor Nadal aparece en Hamburgo o cuando el Dr Jekyll supera a Mr Hyde

Pablo Cuevas había levantado un 3-1 par poner el empate en el marcado y, en el momento de poner de su lado el partido, cometió dos dobles faltas. Su contrincante, Rafa Nadal, ganó 9 de los 11 juegos restantes del partido (6-3 y 6-2 final) para acceder a la semifinal del ATP 500 de Hamburgo. El balear mostró su mejor versión en un encuentro en el que se mostró más acertado y menos encendido que el día anterior. Dio un paso más para vencerse a sí mismo (“el rival soy yo”, declaró tras caer eliminado en Wimbledon). El jueves fue Mr Hyde, el viernes Dr Jekyll.

Frente a un contrincante de mayor entidad, Cuevas es el número 31 del Mundo y Vesely era el 45, Nadal sufrió menos este viernes para pasar de ronda. El jueves cometió 33 errores no forzados -entre ellas 7 dobles faltas- por los 10 ante el uruguayo (2 doble faltas). Ha reducido a un tercio sus imprecisiones en menos de 24 horas. Si bien los datos de cuartos de final entran dentro de la normalidad, lo de octavos bien le podía haber supuesto la eliminación en cualquier otro torneo de mayor prestigio a esas alturas. Afortunadamente para sus intereses en tierras germanas ha sabido superar ese episodio irregular. Pero de ahí a que no vuelva a aparecer por el asfalto norteamericano en el mes que arranca...

Otro aspecto que refuerza esta idea de sufrimiento del jueves fue que ganó sólo el 59% de los puntos con su primer servicio, lo que habla mal de éste, por un 76% del viernes. Su acierto en cada golpe reflejó un Nadal menos impetuoso que el día anterior a la hora de celebrar sus puntos.

En cuanto al partido, además de ese momento clave del primer set, fue importante para el campeón del torneo en 2008 la rotura de servicio en el primer juego del partido y el 2-0 arriba con el que comenzó el segundo set, momento en el que desplegó sus mejores derechas y revés paralelos para llevarse el duelo en una hora y doce minutos.

En el mejor de los casos, al número 10 del mundo le quedan dos partidos antes de coger un avión rumbo a Montreal para disputar la Rogers Cup, primero de los tres torneos más importantes en esta superficie (a continuación es Cincinnati y el US Open de Nueva York).