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"¿Pero qué le pasa a Nadal?": cuando la confianza sólo se recupera "pasito a pasito"
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EL ESPAÑOL YA ESTÁ EN LOS OCTAVOS DE MADRID

"¿Pero qué le pasa a Nadal?": cuando la confianza sólo se recupera "pasito a pasito"

Mucha gente sigue preguntándose por qué este Nadal está más apagado que su mejor versión, pero lo que el español sí sabe es como volver a ser el mismo: despacito, pero con buena letra

Foto: Rafael Nadal celebra uno de los puntos conseguidos frente a Steve Johnson.
Rafael Nadal celebra uno de los puntos conseguidos frente a Steve Johnson.

"¿Pero qué le pasa a Nadal? Es el primer partido en directo que le veo este año y no parece el mismo. No arriesga, no ataca, sólo quiere pasar la red y que sea el rival el que falle". Ésta era la lectura en alto que hacía consigo mismo un aficionado inglés presente en la Manolo Santana. Era incapaz de entender por qué el español era menos agresivo en pista que en otras ocasiones, pero la respuesta era clara: Nadal pasa por un momento en el que necesita hacer cosas sencillas para ir cogiendo confianza en pista. Y lo hizo a la perfección.

Rafa Nadal volvió a dar un "pasito adelante" en Madrid. El tenista español se llevó una inyección de moral en la Caja Mágica, después de conseguir una victoria inteligente ante Steve Johnson en su debut en la arcilla madrileña. Consciente de que ganar el torneo se antoja realmente complicado, Nadal no quiere mirar más allá del próximo partido: Simone Bolelli (15:15 horas) será su próximo rival este jueves, donde su objetivo es continuar recuperando el tenis que le hizo ser el mejor del mundo hace no mucho tiempo.

El principal problema desde que comenzara la temporada es la falta de continuidad que esta teniendo el español, pues mezcla partidos realmente meritorios con otros en los que su tenis no funciona y se convierte "en un jugador vulgar", como ha reconocido ya en un par de ocasiones. Por ello, el objetivo en Madrid es claro: sabedor de que debe defender los 1.000 puntos de campeón, el número cuatro quiere ir mejorando cada día para avanzar lo más lejos posible aprovechando la ausencia de Novak Djokovic, más la temprana eliminación de Roger Federer.

"Intento celebrar los avances poquito a poquito. Sobre todo cuando uno viene de perder un partido. Este miércoles jugué de menos a mas pero en los tres últimos juegos he conseguido que la bola intermedia haga daño. A veces, por nerviosismo, esa bola de crucero no la consigo y debo conseguir que no la puedan atacar. Eso me ha faltado en Barcelona, allí no hacía daño a mi rival y eso es vital para mi juego", confesaba tras el partido. Sin arriesgar, ganando confianza, consiguió sumar su primera victoria.

Despacito, pero con buena letra

La gran diferencia de este Nadal con el de hace unos años tiene que ver con su presencia en la pista. El español no puede intentar seguir mecanismos de juego de tiempos pasados hasta que su confianza le permita que se automaticen en pista. Por ello, es fundamental que cada día vaya sientiéndose más cómodo, con el objetivo de recuperar su mejor versión. "No se me ha olvidado jugar al tenis en estos meses", aseguraba el español y, poco a poco, va demostrando que sus palabras le dan la razón.

Este Nadal es mucho más consistente que el de hace unos meses. Desde luego, de la noche a la mañana no va a conseguir olvidar su calvario con las lesiones y volver a ser ese jugador imbatible, va a necesitar tiempo. Pero lo que sí es cierto es que va dejando sensaciones de que los progresos están ahí. Sus puños en alto celebrando los puntos le delatan cuando es consciente de que lo ha hecho realmente bien. Pero su autoexigencia la obliga siempre a más, no conformándose con los pequeños avances que va consiguiendo.

Este jueves, en octavos de final, tendrá ante Simone Bolelli una nueva prueba para demostrar que sus pasos siguen siendo hacia adelante. Físicamente se le ve cada vez más cómodo y, con el paso de los partidos, la bola le empieza a correr más. Nadal no tira las campanas al vuelo, y confiesa -seguramente convencido de ello- que ganar en Madrid se antoja difícil. Pero quizá sólo se trate de una coraza para evitar un duro golpe. Sólo su juego dira si puede demostrar que "pasito a pasito", está de vuelta el mejor Nadal.

"¿Pero qué le pasa a Nadal? Es el primer partido en directo que le veo este año y no parece el mismo. No arriesga, no ataca, sólo quiere pasar la red y que sea el rival el que falle". Ésta era la lectura en alto que hacía consigo mismo un aficionado inglés presente en la Manolo Santana. Era incapaz de entender por qué el español era menos agresivo en pista que en otras ocasiones, pero la respuesta era clara: Nadal pasa por un momento en el que necesita hacer cosas sencillas para ir cogiendo confianza en pista. Y lo hizo a la perfección.

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