Nadal se lleva la fiesta del Sambódromo a la pista para desesperación de Bellucci

Rafa Nadal confirmó su firme intención de revalidar el título de campeón del Abierto de Río al imponerse a Thomaz Bellucci (6-4 y 6-1). En la primera manga, bajo la ligera lluvia que caía sobre la pista central del Jockey Center, se pudo ver un juego muy disputado con ambos tenistas desplegando un estilo similar, mezcla de potencia y técnica. Pese a que tanto el manacorí como el brasileño hacían la mayor parte de su juego en el fondo de la pista, tratando de devolver los potentes servicios que se dedicaban mutuamente, no era raro verlos subir a la red para dejar algún detalle de calidad en forma de sutil dejada.

El español se mostró satisfecho con el triunfo ya que "todas las victorias dan confianza". "Ganar partidos te ayuda a tener más confianza, a jugar con más tranquilidad y a recuperar sensaciones positivas", declaró. "Creo que he hecho un partido bueno, serio, sin buscar cosas muy complicadas porque sé que no era el día para hacerlo", afirmó el español, que recordó que apenas ha jugado unos pocos partidos en los últimos siete meses.

De hecho, en el sexto juego del primer set los seguidores pudieron disfrutar de un intercambio de dejadas y voleas que acabó llevándose Nadal para decepción de los aficionados brasileños, que por entonces ya apoyaban efusivamente a su jugador. Esta tónica comenzó a cambiar cuando Rafa logró romper el servicio de su rival en el quinto juego. Bellucci no pudo hacer lo propio hasta el octavo juego, pero la rápida reacción del balear, que le volvió a romper el servicio en el siguiente, acabó por desesperar al brasileño, quien terminó por estrellar su raqueta contra el suelo. El primer set finalizó con un 6-4 favorable a Nadal.

El segundo comenzó mejor para el español que, a las primeras de cambio y tras un primer juego muy intenso, volvió a romper el servicio a su rival dejando el marcador 2-0. Esto empezó a generar cierto nerviosismo en Bellucci que cometió entonces algunos errores forzados por el gran juego de Nadal. El brasileño, que en el primer set había hecho de su potente saque una de sus mejores armas, comenzó a fallar cuando servía y ese factor acabó por ponerle las cosas muy cuesta arriba viendo como Nadal se ponía 4-0 al inicio de la segunda manga.

El brasileño pareció recuperar la confianza en su saque en el quinto juego, pero no fue suficiente pues Nadal, intentando reservar sus energías, comenzó a jugar rápido y tuvo a Bellucci corriendo detrás de la bola. Rafa vio entonces su ocasión de finiquitar el partido por la vía rápida y no la desperdició terminando el set con un contundente 6-1.