Garbiñe Muguruza, junto a Federer y a una victoria de volver a medirse con Serena

En apenas cuatro días de competición, Garbiñe Muguruza se ha quedado sola en el Open de Australia. Es la única española que se mantiene en el cuadro individual femenino del primer 'grande' de la temporada. Tras ganar en la primera ronda a la neozelandesa Marina Erakovic (7-5, 6-0), superó en la segunda a la eslovaca Daniela Hantuchova en un partido en el que sufrió muchísimo.

“He comenzado muy bien, pero luego me he puesto nerviosa", explicó después. Tras ganar el primer set por un claro 6-1, la caraqueña se fue del partido y recibió su propia medicina: 1-6. Pero en el tercer set supo reaccionar y endosarle a su rival un 6-0. Tras el esfuerzo se fue al zoo, donde se encontró con su ídolo: Roger Federer. "Me he fijado mucho en él porque creo que es el mejor de todos los tiempos", confesó hace unas semanas.

Muguruza ya está en dieciseisavos de final, donde tendrá enfrente a la suiza Timea Bacsinszky. Si gana ese partido, igualará su mejor resultado en Australia, los octavos de final del año pasado. Y se enfrentará a la primera cabeza de serie y número uno del mundo, Serena Williams, a la que ganó hace ocho meses en la segunda roda de Roland Garros.

"Nunca he visto jugar así a Garbiñe y, si sigue así, creo que puede ganar el torneo", comentó Serena en París. No fue así, se cruzó Sharapova en su camino en cuartos de final, pero aquel partido aquel partido (6-2, 6-2) situó definitivamente a Muguruza en el mapa. En el resto de la temporada no estuvo al mismo nivel, pero le dio para acabar entre las 20 primeras del ranking de la WTA e irse a las vacaciones con los deberes hechos y un objetivo en mente: mejorar para que la entrada en el top 10 no se demore demasiado.

"Estoy en un buen momento, con motivación para mejorar mi juego, ganando experiencia en el circuito. Aún soy un poco joven. Necesito aprender y jugar más torneos, pero estoy motivada y tengo muchas cosas que mejorar, así esto es algo muy positivo", explicaba tras su estreno en el Open de Australia. Esa actitud es una de las claves de la evolución de la jugadora española, que poco a poco va incorando nuevas armas a su juego.

"A ella le costaba antes una barbaridad trabajar tres días seguidos y ahora lo ha hecho un mes. Ahí ya ha madurado. La veo mucho más jugadora porque está más constante en el partido, más regular, y además tiene más argumentos. Todas esas cosas le dan seguridad”, explica su entrenador, Alejo Mancisidor, a la web Tennistopic. Si gana a Bacsinszky, esa evolución tendrá el examen más complicado contra Serena Williams.