Nadal derrota a Ferrer en la final de Roland Garros y ya es el Rey de Reyes del tenis mundial

Rafa Nadal confirmó en París que es un jugador de otro planeta. El tenista balear no dio ninguna opción a su compatriota David Ferrer en la gran final de Roland Garros, en la que el número cuatro del mundo logró una victoria que le convierte en historia viva del tenis (6-3, 6-2 y 6-3). Nadal puede presumir de ser el único jugador de la 'era Open' capaz de levantar ocho títulos en el mismo Grand Slam, un logró sólo a la altura de los elegidos.

Nadal es el rey de la tierra batida. Ningún jugador en la historia del tenis ha sido capaz de demostrar la superioridad en una misma superficie que el balear ha conseguido dejar patente sobre la arcilla de la Philippe Chatrier. Ni las adversas condiciones de este domingo en París ni las ganas de David Ferrer por hacerse con el primer Grand Slam de su historia pudieron aplacar el buen hacer de Nadal en la gran final de Roland Garros.

Su gran victoria ante Ferrer le convierte en el verdadero rey de la tierra batida: Nadal puede presumir de tener en su haber ocho títulos en París, convirtiéndose en el primer tenista en la historia en conseguir tal número de triunfos en un mismo Grand Slam. Pero, además, la victoria la permite ser el jugador que más partidos ha ganado en toda la historia del torneo, sumando 59 y superando a mitos como Roger Federer o Guillermo Vilas.

Mención aparte merece David Ferrer. El tenista de Jávea estaba ante la gran oportunidad de su carrera de levantar por primera vez en toda su carrera un título de Grand Slam, pero la superioridad sobre la pista de Nadal lo impidió. El alicantino ha firmado un torneo perfecto, y sólo ha claudicado ante la cuarta raqueta del mundo, único tenista capaz de conseguir llevarse un set en todo el torneo ante un Ferrer que nada pudo hacer por frenar a Nadal.

Un partido que rozó la perfección

Desde los primeros compases del encuentro, Nadal salió a por todas. Con un juego muy agresivo, metido en la pista y profundizando, su objetivo pasaba por conseguir puntos rápidos, evitar que Ferrer conectara puntos largos que le hicieran entrar en el choque. Ya en el tercer juego, el balear conseguía su primer 'break', aunque 'Ferru' le devolvía la moneda un juego más tarde. Pero el vendaval de Manacor iba a conseguir dos nuevas roturas sin dar opciones al alicantino para conseguir hacerse con el primer set (6-3).

Ferrer trataba de mantener la concentración e intentaba imponer su juego. Pero a las primeras de cambio, Nadal volvía a romperle el servicio. A pesar de ello, tuvo la oportunidad de volver al partido, cuando con 3 a 1 para el insular y 40 a 40, el peloteo más largo del partido pudo ganarlo cualquiera, pero terminaría cayendo del lado de Nadal. Ese pequeño triunfo iba a ser definitivo, hundiendo a Ferrer y dando alas al cuarto tenista del mundo, que rompería de nuevo para hacerse también con la segunda manga (6-2).

En el tercer y definitivo parcial, la dinámica iba a ser la misma. Ferrer iba a aguantar los primeros juegos, pero pronto Nadal iba a imponer su mayor pegada para deshacerse las opciones del alicantino. A pesar de sus intentos por meterse en el choque, la superioridad del balear era patente, y un espectacular catálogo de golpes iba a servir para desarmar a un importante 'Ferru'. Con un gran golpe de derechas desde el fondo de la pista, Nadal se dejaba caer sobre la arcilla parisina, convirtiéndose en octacampeón de Roland Garros (6-3).

Nadal ha entrado por la puerta grande del tenis mundial. El propio Ferrer se arrodillaba ante el potencial de su rival: "Nadal es el mejor", decía nada más perder la final. El balear ya tiene ocho títulos en Roland Garros, un hito nunca antes conseguido por un tenista. A sus 27 años, el número cuatro del mundo ha derribado la puerta de entrada a la historia del tenis. Y aún tiene cuerda para rato para seguir llevando a España a lo más alto del deporte mundial.