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La 'mala leche' del tenista multimillonario Gulbis
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HAY VIDA MÁS ALLÁ DE FEDERER Y NADAL EN MADRID OPEN

La 'mala leche' del tenista multimillonario Gulbis

Ernests Gulbis, número 34 del mundo, no está entre la lista de famosos del tenis pero no se descarta en un futuro próximo. Cuando lo haga

Foto: La 'mala leche' del tenista multimillonario Gulbis
La 'mala leche' del tenista multimillonario Gulbis

Ernests Gulbis, número 34 del mundo, no está entre la lista de famosos del tenis pero no se descarta en un futuro próximo. Cuando lo haga dará que hablar por su juego y sus maneras extradeportivas dentro de la pista. A sus 22 años, puede decir que ha ganado a Roger Federer (el pasado 27 de abril en Roma). Este martes doblegó a Albert Montañés (otro que también ha ganado este año a Federer) en Madrid y el público capitalino pudo ver en vivo cómo se las gasta el letón. Sus gestos, enfados y 'mala leche' son parte de un juego que envuelve con una clase y un saque de futuro ‘top ten’.

Concentrado en su juego y sin importar que la pista ‘Arantxa Sánchez’ animase mucho más al español que a él. Si tenía que gritar, gritaba, si tenía que mirar fijamente a un árbitro porque éste se había equivocado... lo hacía. Implicado en dar la vuelta a un partido que se le había puesto cuesta arriba nada más empezar -Montañés rompió su servicio en el primer juego-, no dudó en tirar su raqueta contra el suelo cuando consideró que debía descargarse. El público le pitó, Gulbis volvió a tirarla contra el suelo y volvieron a silbarle más.

A lo mejor sus aires de grandeza vienen así porque en su país es alguien ‘grande’, o dicho de otro modo, multimillonario. El jugador de 1.90m se desplaza a cada torneo con el jet privado de su padre y, fuera de las pistas, parece que su simpatía aflora a tenor del furor que despierta entre el público femenino. Su padre es uno de los empresarios más influyentes en Letonia y siempre ha sido un 'niño bien'.

Más raquetazos al suelo y pitada para el letón

Volviendo a la ‘Arantxa Sánchez’, tras ese encontronazo con la grada, Gulbis ganó un punto y los asistentes le aplaudieron, separando la mala educación con su buen juego. Avanzaba el primer set y, aunque no perdía comba, no le debía gustar demasiado porque volvió a repetir su enfado y tirar la raqueta contra el suelo… nueva pitada pero como si nada. Su mal humor y rabia saldría de nuevo con otro raquetazo a la arcilla antes de ganar el primer set del partido. Más silbidos pero tímidos; Gulbis también empezó a ganar al público. Si lo llega a perder, nadie sabe qué hubiera podido pasar.

Al final, derrotó al barcelonés con un contundente 6-1 en el segundo set y respiró. Aplaudió rápidamente y enfiló vestuarios. Su carácter le ‘decía’ que este partido lo tenía que ganar y así fue. Cuando Nadal le eliminó en Roma salió contento y crecido: “Si juego bien soy un problema para cualquiera. Tengo un buen servicio, juego golpes fuertes y sé que es duro jugar contra mí. Espero estar en forma para Roland Garros y para Wibledon". Por cierto que, en esa misma rueda de prensa, señaló que él se “esperaba más de Nadal”.

Durante esa misma mañana del martes, en el Madrid Open también se dieron estampas curiosas como que hubiera tanto público viendo entrenar a Roger Federer como en la central el partido entre Schnyder y Radwanska. Al suizo, que practicó junto a la pista donde también se ejercitaban Murray y Soderling, le acompañaron unos 600 aficionados abarrotando una grada que se quedó pequeña y ocasionó ‘atascos’ en un pasillo central de acceso a las pistas exteriores.

“Que se callen los niños”

Mientras tanto, en la ‘Manolo Santana’, competía su compatriota Schnyder ante la polaca Radwanska. Allí, la mayor preocupación del juez de silla era hacer silenciar a un público que empieza a ser normal en las mañanas de la Caja Mágica: a la voz de “que se callen los niños” pretendía atenuar el ruido y los gritos de unos colegiales de 12 años.

Y es que la organización sí que ha captado la atención de algunos colegios que ocupan un centenar de sillas cada jornada. Además, por las gradas también se pueden ver algunos jóvenes de instituto y mucha gente con corbata y tacones que se ‘apalanca’ en uno de los palcos VIP que le costó a su empresa entre 25.000 y 35.000 euros. Lo que no se ve es a universitarios; quizás uno de los sectores que más fácil tiene compatibilizar el tiempo de ocio con sus obligaciones durante las mañanas de un día laboral.

En cualquier caso, los menos de mil personas que estaban en el momento del choque entre Schnyder y Radwanska, escucharon las quejas de la polaca en su idioma; la gente, aguardó un par de segundos en silencio y luego rompió a reír. Para colmo suyo, el partido lo perdió por 3-6, 6-4 y 6-4.

Ver los resultados de la primera jornada.

Ernests Gulbis, número 34 del mundo, no está entre la lista de famosos del tenis pero no se descarta en un futuro próximo. Cuando lo haga dará que hablar por su juego y sus maneras extradeportivas dentro de la pista. A sus 22 años, puede decir que ha ganado a Roger Federer (el pasado 27 de abril en Roma). Este martes doblegó a Albert Montañés (otro que también ha ganado este año a Federer) en Madrid y el público capitalino pudo ver en vivo cómo se las gasta el letón. Sus gestos, enfados y 'mala leche' son parte de un juego que envuelve con una clase y un saque de futuro ‘top ten’.