Verdasco se hace grande en la adversidad

Fernando Verdasco (Madrid, 1983) es el tenista de moda pero no lo disfruta plenamente. Mañana disputará su primera semifinal de un Grand Slam. Se enfrentará al número uno del mundo, el también español Rafa Nadal, quien todavía no ha cedido ni un solo set en lo que va de Open de Australia. Por ello, es un duelo con un claro favorito, pero Verdasco va a intentar dar la sorpresa aplicando la nueva filosofía que le ha llevado hasta esta penúltima ronda. Esta nueva mentalidad ha conseguido que el tenista madrileño haya alcanzado, por primera vez y a sus 25 años, un puesto entre las diez mejores raquetas del mundo.

Pero más allá de encontrarse plenamente feliz, Verdasco vive también un momento delicado en lo personal. Hace pocas semanas, rompió su relación con la guapa tenista serbia Ana Ivanovic, y él mismo ha reconocido que le ha afectado mucho esta separación en su estado anímico. Además, tiene a un familiar cercano ingresado en el hospital desde hace días, lo que también le impide estar centrado 100% en la competición. Aunque esta distracción se ha demostrado que sólo le afecta mientras está fuera de la pista, porque desde que ha comenzado la temporada, su actitud dentro de la misma ha mejorado considerablemente.

Una vez que empuña la raqueta, le pesan más los consejos que le dio su ídolo Andre Agassi la pasada Navidad en Las Vegas que todos los contratiempos personales que le han surgido últimamente. Conoció al ex tenista estadounidense a través de Gil Reyes, preparador físico actual de ‘Fer’ y, durante muchos años, hombre de confianza de Agassi. Las sugerencias que le ha ‘regalado’ Agassi, uno de los tenistas más laureados de la historia, van encaminadas a forjarle una mentalidad ganadora. Y esto, unido a su victoria en la final de la Davis ante el argentino Acasuso y que supuso la tercera ‘Ensaladera’ para España, han ocasionado que, en este 2009, Verdasco haya dado un salto de calidad enorme en tan sólo un par de torneos.

Perdió la final de Brisbane el pasado día 11 ante el checo Radek Stepanek. Y ahora se jugará el pase a la final del Open Australia ante Nadal y tras infringirle la primera derrota de la temporada al británico Andy Murray, uno de los llamados a ocupar un lugar entre los grandes del tenis los próximos años. De seguir así, no tardará en aumentar su palmarés ATP, que se reduce al Torneo de Valencia de 2004 y al de Umag en 2008. Y es que Agassi le ha convencido de que a los torneos se va a ganar y no a jugar. Y que sólo se puede aceptar una derrota ante dos tenistas actualmente, Nadal y Federer. Ante el resto, si pierde, sólo hay un culpable: él mismo.

Seguir los pasos de Agassi

Llegar a interiorizar estas ideas hasta que refuercen la confianza es algo impagable en el deporte del tenis, donde la igualdad técnica es tan alta y las diferencias sólo las marcan los estados de ánimo y de confianza. De ahí, que es aún más loable que Verdasco haya tenido su particular ascenso a la cima del tenis mundial rodeado de malestares sentimentales. A sus 25 años, considera que hubiera preferido haber vivido este momento hace unas temporadas. Pero se pone como espejo donde mirarse la carrera de Agassi, quien logró la mayoría de sus títulos a partir de los 30, edad tardía para esta disciplina.

Sea como sea, Fernando Verdasco terminará el Abierto de Australia en el puesto número nueve de la lista de la ATP. Si sigue así de seguro y brillante en su juego, la ascensión durante 2009 está asegurada. Mañana, volverá a poner de manifiesto toda la confianza que siente en sí mismo, a la vez que tendrá que sacar de su cabeza a la guapa Ivanovic un partido más. Al menos así será hasta que sepa si optará o no, el próximo domingo, a convertirse en el primer español en ganar el prestigioso torneo australiano.