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De los Bardem a los Vunipola: el porqué de las estirpes en el rugby
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De los Bardem a los Vunipola: el porqué de las estirpes en el rugby

Carlos y Javier Bardem jugaron en los 80 en el Liceo y hoy se pueden encontrar casos a primer nivel como los Goia, las Erbina, los Barrett o los Vunipola, con nuevos miembros

Foto: Manu Vunipola con la camiseta de los Saracens. (@SaracensRugbyClub)
Manu Vunipola con la camiseta de los Saracens. (@SaracensRugbyClub)

El rugby es un deporte de estirpes. Un deporte que se transmite de generación en generación, de abuelos a padres y a nietos. Es habitual encontrarse parejas de hermanos defendiendo los colores de un colegio o el escudo de un club. En Madrid, a mediados de los 80, los Bardem eran una de esas estirpes rugbísticas que se dejaba ver por los campos de Madrid. Jugadores de El Carmen, del que pasaron al Covandonga y de allí al Liceo, Carlos, al que apodaban 'Mendrugo', era un delantero duro y leal que no se ahorraba un esfuerzo. Su hermano Javier, al que apodaron 'Mendruguito', era un delantero dinámico que se batía el cobre en la primera línea.

Javier llegó a debutar como juvenil con España el 15 de febrero de 1986 en Lisboa, ante Portugal, en un partido que los Leoncitos ganaron 9-10, pero su carrera de actor terminó creciendo hasta obligarle a dejar de aparecer por los campos con frecuencia. Jugó 14 años, hasta los 23, y aún hoy se calza las botas para volver a jugar con su cuadrilla de vez en cuando, además de dejarse ver por campos nacionales y por estadios del 6 Naciones y en los Mundiales con sus amigos.

placeholder Javier Bardem, durante su etapa como jugador del rugby antes de emprender la carrera de actor
Javier Bardem, durante su etapa como jugador del rugby antes de emprender la carrera de actor

Otro caso es el de Oier, Julen e Imanol. Son tres primos que además de haberse criado juntos haciendo las trastadas típicas de los niños de su edad, comparten campo y equipo de rugby. Y no uno cualquiera, los tres son jugadores del Ordizia Rugby Elkartea, uno de los equipos potentes de la División de Honor. Todo arrancó una tarde en la que la curiosidad picó a Oier, que se acercó a ver un partido que jugaban unos chicos y se enganchó. Poco después convenció a su primo Imanol y un par de años más tarde su hermano Julen cambió el fútbol por el rugby para bajar con ellos a entrenar.

En aquellos tiempos era normal ver a parejas de hermanos enrolarse en el rugby y junto a los Goia también se podía encontrar uno a las hermanas Erbina, Amaia y Lide, que como Julen y Oier defienden hoy la camiseta del XV del León. Pese a que todos arrancaron a jugar en Ordizia, los hermanos jugaron por primera vez juntos en un partido con la selección en Georgia en 2017. Meses más tarde coincidían además con su primo Imanol sobre el césped en un partido contra Gernika.

De los Barrett a los Vunipola

Las sagas también se mantienen activas en el panorama internacional y como ejemplo destaca la de los Barrett, Beauden, Scott y Jordie, trío de hermanos que juegan en los All Blacks. Hay un cuarto hermano que llegó a jugar en los Blues, pero sufrió un par de conmociones y tuvo que dejarlo para evitar males mayores. En el Viejo Continente destaca por encima de todas la estirpe de los Vunipola. Mako y Billy, que se han confirmado como dos referentes en el rugby inglés, siendo jugadores insustituibles para el seleccionador del XV de la Rosa, Eddie Jones.

Pero los Vunipola no están solos. Un primo suyo, Taulupe Faletau, luce galones como 8 de la melé de Gales cuando las lesiones le respetan. Lo cual desafortunadamente no ha ocurrido con frecuencia en los últimos tiempos. 'Toby' creció junto a los Vunipola cuando sus padres (Fe'ao Vunipola y Kuli Faletau) compartían vestuario en Gales. Pero los Vunipopla se mudaron a Inglaterra, concretamente a Thornbury, en Gloucestershire. Allí Mako y Billy fueron rápidamente reclutados para jugar con las categorías inferiores de la selección inglesa, mientras Faletau se fraguaba un prestigio en la tercera de los dragones.

Esta temporada la estirpe ha crecido notablemente con dos incorporaciones muy sonadas mediáticamente. Dos jóvenes perlas con el sello Vunipola han irrumpido en el rugby británico en esta temporada 2019/2020. Uno de ellos, Manu, comienza a hacerse un sitio a la sombra de sus primos Mako y Billy en su club. Manu es un joven de 19 años que ya ha demostrado en el primer equipo de los Saracens su enorme talento.

Apertura de apreciable técnica, buen pie y la explosividad clásica de la familia, Manu ha debutado ya en la Premier como 10 de los Sarries, aprovechando la ausencia de Owen Farrell durante el Mundial y el posterior descanso del internacional inglés. Hijo de Elisi, que como Fe'ao y su otro hermano Manu, fue internacional con Tonga, Manu ya ha debutado con las categorías inferiores de Inglaterra y hay quien ya le sitúa como el 10 del futuro en el equipo de la Rosa. Jugador de los Saracens desde los 10 años, Manu, según su primo Mako, "es el más talentoso de todos los primos. Es un jugador que ha tenido paciencia para ir creciendo y estoy seguro que vamos a compartir muchos partidos en el club y espero que también en la selección".

"Es un niño con un gran talento"

Pero Manu no es la única aparición. La otra irrupción, más mediática si cabe que la del 10 de los Saracens, es la de su joven primo Carwyn Tuipulotu. Bajo ese nombre tan galés y ese apellido tan polinesio se esconde la enorme humanidad de un chico de 17 años, 1,90 metros y 125 kilos que ha impresionado en las islas jugando en la Academia de Newcastle.

Hijo del ex internacional de Tonga, Kati Tuipulotu, un 8 que jugó 16 partidos para la selección del Pacífico, entre ellos la Copa Mundial de Rugby de 1999, Carwyn nació en Gwent justo antes de que Kati se mudara al norte de Inglaterra para seguir su carrera rugbístico. Allí fue educado en la escuela Sedbergh, en Cumbria, de donde proceden luminarias del rugby inglés como Will Carling y Will Greenwood, jugando después para la Academia de Falcons de Newcastle.

Pero su dominio físico en los partidos ha sido tan impresionante que Tuipulotu ha sido uno de los jugadores incluidos en el programa 'Welsh Exiles' de la Federación Galesa de Rugby, creado para identificar, monitorizar y rescatar jugadores nacidos en Gales que residen fuera del país. Hasta el punto que con 16 años Carwyn fue convocado por la selección Sub-18 para terminar de convencerle de atar su futuro a Gales, donde su primo 'Toby' es un referente. Inglaterra es la otra selección que lo tenía bajo el radar como futuro sucesor de otro primo suyo, Billy Vunipola, para cerrar la melé inglesa.

El director de desarrollo de rugby de la WRU, Geraint John, revelaba en declaraciones a WalesOnline que "Gareth Jenkins le ha visto en directo en muchos partidos. Le hemos estado siguiendo y hemos estado en contacto con él. Estuvo aquí en Navidad con su familia y conversamos. Es familiar de Taulupe Faletau, por lo que tiene un fuerte vínculo aquí. Es un niño con gran talento y está en una posición que debemos fortalecer en el futuro".

Tuipulotu continuará su progresión en la Academia de los Scarlets, una fructífera fábrica de internacionales galeses como Jonathan Davies, Ken Owens, Scott Williams, George North, Gareth Davies, Rob Evans, Samson Lee o Gareth Davies, entre los jugadores que han defendido la camiseta de los dragones recientemente. Más allá de su elección por Gales, parece que la estirpe de los Vunipola mantendrá el protagonismo en los próximos años en el rugby internacional con la aparición de Manu y de Carwyn. Una irrupción que les acerca en el imaginario rugbístico a la saga de los Tuilagi, que llegó a tener hasta a cinco hermanos jugando al máximo nivel.

El rugby es un deporte de estirpes. Un deporte que se transmite de generación en generación, de abuelos a padres y a nietos. Es habitual encontrarse parejas de hermanos defendiendo los colores de un colegio o el escudo de un club. En Madrid, a mediados de los 80, los Bardem eran una de esas estirpes rugbísticas que se dejaba ver por los campos de Madrid. Jugadores de El Carmen, del que pasaron al Covandonga y de allí al Liceo, Carlos, al que apodaban 'Mendrugo', era un delantero duro y leal que no se ahorraba un esfuerzo. Su hermano Javier, al que apodaron 'Mendruguito', era un delantero dinámico que se batía el cobre en la primera línea.

Javier Bardem Carlos Bardem Club de Rugby Liceo Francés
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