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La oferta a España para tener un equipo de rugby jugando en Europa
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La oferta a España para tener un equipo de rugby jugando en Europa

La EPCR ha enviado una oferta para que un representante español participe el próximo año en la Challenge, segunda competición de clubes

Foto: El VRAc ha renunciado en los últimos años a jugar en competición europea. (EFE)
El VRAc ha renunciado en los últimos años a jugar en competición europea. (EFE)

La marea del rugby sigue subiendo en España. El crecimiento de este deporte tiene mucho que ver con el trabajo incalculable de los clubes, con el de la federación, pero sobre todo con el de muchos jugadores amateur que sacrifican mucho tiempo para mejorar y hacer crecer el oval en España. Y a todo eso se suma que España sigue siendo para el rugby un mercado virgen muy interesante para explotar al que se van acercando grandes instituciones como World Rugby.

Eso explica la celebración en nuestro país de eventos como las finales de Bilbao en 2018, con la disputa en San Mamés de la final de la Champions Cup y de la Challeng. La elección en 2016 del Camp Nou para la final del Top 14, el lleno en Zorrilla en la final de Copa de ese mismo año o el estreno en el Wanda Metropolitano del rugby en un partido que medirá a España y los Classic All Blacks el próximo 29 de mayo.

Toda esa visibilidad y el crecimiento exponencial en la base con la aparición de nuevos clubes y escuelas ha provocado que el rugby haya dejado de ser un deporte residual en nuestro país y comience a interesar a nuevos agentes que se acercan a él. Esta misma semana, concretamente el pasado día 7 de enero, la Federación Española de Rugby (FER) recibió un documento de la European Professional Club Rugby (EPCR), empresa organizadora de las competiciones europeas de rugby, que cursa una invitación a España para tener representación la próxima temporada en la Challenge Cup, segunda competición de clubes.

La FER ha trasladado el ofrecimiento a la Liga Nacional de Rugby, la asociación de clubes de División de Honor refundada hace un año, para que se pronuncie al respecto. Los clubes tienen hasta el próximo día 14 para enviar su respuesta y parece que esta vez hay interés por recuperar su presencia en la ventana internacional. España ha participado con intermitencia en los lustros pasados en competiciones europeas a través de los clubes ganadores de Liga como El Salvador, VRAC o el MARU. Incluso llegó a tomar parte con un combinado de jugadores de varios equipos llamado Olympus que ofreció un buen rendimiento ante equipos de referencia en Europa como el Montpellier.

Foto: Alvar Gimeno en acción durante el España-Bélgica jugado en marzo de 2019 en Madrid. (EFE)

Pero la crisis económica, traducida en la falta de patrocinadores y spónsors, y la falta de una estructura profesional en el rugby español han provocado que en los últimos años el VRAC, club que ha dominado la competición alzándose con cuatro de los últimos títulos, haya declinado participar en las competiciones europeas. Los queseros se han centrado en la liga doméstica y en la Copa, copando los títulos y evidenciando que la decisión era acertada en el escenario pseudoprofesional en el que sobrevive el rugby español.

Sin embargo, ahora llega esta oferta de la EPCR en un buen momento porque la federación ya se ha deshecho de la pesada losa que arrastraba en forma de deuda adquirida de la gestión del anterior presidente, Cancho. Y una vez saneadas las cuentas, desde Alfonso Feijoo debería sentarse con los clubes y tender puentes para intentar que el rugby español también gane visibilidad participando en Europa. El problema es que las relaciones entre la FER y el VRAC, en el caso de que fuera el equipo que participase (para lo que debe ganar la Liga en un año más igualado que otros anteriores), son inexistentes porque están en pleitos en los tribunales.

Esta es una buena oportunidad, necesaria incluso, para que el rugby español siga creciendo y no se debería dejar pasar ese tren. Pero no es menos cierto que jugar en Europa conlleva dimensionar convenientemente la plantilla y aprovisionarse para los viajes, "lo que dispararía el gasto alrededor de un tercio más del presupuesto actual" de un equipo puntero, según advirtió a El Confidencial el presidente de uno de los clubes de referencia de nuestro rugby.

placeholder La Challenge Cup es la segunda competición europea de clubes del rugby masculino. (Reuters)
La Challenge Cup es la segunda competición europea de clubes del rugby masculino. (Reuters)

La FER anunció en estos días que para 2020 se pone como objetivo alcanzar las 40.000 licencias, un número importante y redondo. El 2019 se ha cerrado, según fuentes federativas con 37.849 licencias (5.283 mujeres de ellas femeninas), manteniendo un crecimiento progresivo que ronda las 2.000 fichas. Además los clubes no dejan de crecer y ya hay documentados más de 330 equipos que trabajan desde la base con los miles de niños que se han acercado al rugby en los últimos meses.

Con este escenario, con los Leones en el puesto 16º del ránking (su mejor clasificación histórica), las Leonas coleccionando títulos en Europa y las selecciones de 7 jugando las World Series (aunque ni chicos ni chicas estarán en Tokio), parece una evolución natural que los clubes españoles regresen a Europa a competir y e incluso se estabilicen en esa ventana que es la Challenge para crecer compitiendo con equipos de ligas de primer nivel como la inglesa, francesa o equipos de la histórica liga celta.

En una semana se conocerá la respuesta de los clubes, que será tratada por la asociación. Y también se sabrá si la federación se involucra en esa aventura tratando de apoyarles, ya sea con una ayuda económica o brindando algún tipo de colaboración poniendo medios a su alcance para que llevar a buen puerto esta iniciativa. El rugby español está creciendo y este tren no deberíamos dejarlo pasar. El 14 tendremos la respuesta.

La marea del rugby sigue subiendo en España. El crecimiento de este deporte tiene mucho que ver con el trabajo incalculable de los clubes, con el de la federación, pero sobre todo con el de muchos jugadores amateur que sacrifican mucho tiempo para mejorar y hacer crecer el oval en España. Y a todo eso se suma que España sigue siendo para el rugby un mercado virgen muy interesante para explotar al que se van acercando grandes instituciones como World Rugby.

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