"Yo soy rugby": La nueva vida de Jaime Nava, el MasterChef con una espina clavada

Jaime Nava no para. "Hay veces que no me dan las 24 horas para hacer todo lo que tengo que hacer", apunta. Es difícil cazarle en la misma ciudad durante más de dos días seguidos. Y conseguir un hueco en su agenda es más complicado que encontrar el intervalo en la defensa de esa Selección española de rugby que ha capitaneado en los últimos años. Pero al final, como siempre, el madrileño atiende a El Confidencial con su cordialidad habitual. Este sábado ha vivido una jornada especial. Antes del partido que ha medido a España con Hong Kong (29-7) en el campo Central de la Universidad Complutense, Jaime ha sido homenajeado por su extensa carrera como internacional y capitán de los Leones. "Si te digo la verdad, no me han contado nada de lo que va a pasar y algo de nervios sí que hay cuando pienso en ello", confiesa.

[El tortuoso camino de España de rugby]

Jaime comenzó a jugar en la élite del rugby hace 18 años. Fue en su querido Alcobendas La Moraleja y el deporte oval entonces era muy diferente. "El rugby que se jugaba cuando yo empecé no tiene nada que ver con el rugby de ahora. Ahora exige una adaptación constante y los jugadores de rugby son superatletas", puntualiza.

Han pasado muchos años pero él se sigue reconociendo en aquel joven que empezó a jugar al rugby en 2001. "De cuando empecé a ahora, se mantiene el chaval que empezó con la pasión y la ilusión que mantengo de entonces. Evidentemente, he evolucionado como persona, como jugador y como deportista. He aparcado comportamientos más propios de aquella edad y en estos últimos años he disfrutado mucho el rugby en el campo. La merma física lógica de la edad te penaliza, pero la experiencia hace que disfrutes más, que leas mejor el juego, que saborees mejor los partidos", advierte un Nava más reflexivo.

Hoy en día Jaime afronta muchos proyectos: "Mi trabajo es muy agradecido en cierto modo porque sigo trabajando relacionado con el rugby con la empresa All&Go, que trata de acercar muchas cosas de nuestro deporte al entorno empresarial. También ando con las clases de interpretación, echando una mano en Alcalá, hemos terminado un libro que ahora está en fase de negociación con las editoriales y además esperando varios proyectos que están abiertos".

Esta es la primera temporada en la que Nava no competirá al máximo nivel. "No tengo mucho tiempo para mirar atrás, pero al final sigo conectado siempre al mundo del rugby. Solo he salido del mundo de la alta competición. Y sé que en enero estaré tirándome de los pelos cuando vea jugar a la Selección. En la vida hay que ser consecuente. No puedo dedicar plenamente 5 o 6 días a la semana al rugby, tengo 36 años y hay que ser coherente con el momento que vivo. Además, para jugar en División de Honor, especialmente en estos últimos años, hay que cumplir unos mínimos de dedicación. Pero como he querido seguir relacionado, he vuelto a la base, al rugby amateur, para ayudar a Alcalá de la forma que pueda", advierte con tono nostálgico.

La espina clavada de Bruselas

Nava ha jugado en Inglaterra y en Francia, además de ganar la Liga y la Copa en España. Pero en los últimos tiempos Jaime se ha convertido en un personaje mediático después de aparecer en el programa MasterChef Celebrity. Pero al margen de eso, Jaime ha capitaneando a la selección española en una etapa brillante que, sin embargo, se quedó a metros de lograr un billete para el Mundial. Aquel partido de Bruselas... "Echo de menos algunas cosas porque soy inconformista y sé que hay cosas que no he logrado hacer en estos años. Confieso que durante un tiempo me remordía la conciencia que el último recuerdo que tenía de la selección fuese Bruselas. Me martirizaba. No quería acabar así mi etapa y he tratado de pasar página superando eso. Esa espina la tengo clavada, pero estoy muy orgulloso de lo que he vivido y he hecho con los Leones", declara Nava.

El Rey León, como fue bautizado en el mundo del rugby, tiene muchos recuerdos de estos 18 años de carrera. Pero todos tienen un denominador común: "Todos los momentos concretos que me vienen a la cabeza son con la camiseta de la selección. Mi primer recuerdo es el de mi debut con España. Luego está aquel partido en Japón, la increíble victoria sobre Rumanía, que vi desde la banda lesionado con mucha emoción, el partido ante Alemania con la visita de su majestad el Rey Felipe VI... E inevitablemente también el partido de Bruselas".

El 8 de los Leones es optimista porque cree que "el rugby como deporte está en un buen momento, independientemente de que se tomen o no las mejores decisiones en los estamentos para que nuestro deporte crezca". Y en este buen momento, él no esconde que "ahora me toca cambiar de rol. No me importaría que la gente me viera como una especie de embajador del rugby porque yo voy a seguir luchando por dar visibilidad a este deporte. Que cualquiera que lo necesite cuente con Jaime Nava para ayudar al rugby. Me he ido de la alta competición, pero no del rugby. No puedo irme. Yo soy rugby, está en mi ADN, lo llevo en la sangre".

Y concluye la conversación interpelando a Nava a responder una pregunta de la que ya hemos hablado otras veces. ¿Cómo le gustaría que le recuerden? Se lo piensa bien antes de responder y arranca: "Me gustaría que la gente me recordase como un tío que siempre puso toda la carne en el asador. Alguien para quien el deporte ha tenido siempre mucha relevancia. Alguien que dio todo lo que tenía por el rugby, por hacerlo crecer. Y alguien que ha puesto la camiseta del león por encima de todo, de ofertas, de proyectos diversos, de caprichos...". Palabra del Rey León.