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Perdedor, vengador, traidor... el hombre de Inglaterra que destrozó a los All Blacks
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Perdedor, vengador, traidor... el hombre de Inglaterra que destrozó a los All Blacks

Mientras todos culpan a Eddie Jones del éxito inglés, detrás emerge la figura de John Mitchell, entrenador de defensa de Inglaterra y ex seleccionador neozelandés

Foto: Eddie Jones y John Mitchell conversando en un entrenamiento. (Reuters)
Eddie Jones y John Mitchell conversando en un entrenamiento. (Reuters)

El pasado sábado todos los focos apuntaban a Eddie Jones, el lenguaraz seleccionador inglés que había llevado al XV de la Rosa a ganar su partido ante Nueva Zelanda con una superioridad sorprendente. Jones -australiano- no escondió su felicidad. Sin embargo, había alguien mucho más satisfecho que se sentó discretamente con algunos de sus delanteros para disfrutar una cerveza que llevaba 16 años esperando beberse. Su nombre, John Eric Paul Mitchell y es quien está detrás de la exhibición defensiva de Inglaterra ante los All Blacks. Los neozelandeses se vieron arrasados por agresividad, por placajes ganadores, por un magnífico posicionamiento y por un timing minuciosamente calculado. Ahora, Inglaterra espera hacer lo mismo con Sudáfrica en la final del Mundial de rugby de este sábado (10:00 horas, peninsular española).

Del baloncesto kiwi al rugby

Detrás de esa ferocidad había un plan perfectamente diseñado por Mitchell, alguien al que conocen perfectamente en Nueva Zelanda. Mitchell llegó a representar a su país en baloncesto en edad júnior, pero finalmente dejó el deporte de la canasta para apostar por el rugby. Nunca tuvo el honor de vestir la camiseta de los All Blacks, pero logró construir una estable carrera como tercera línea en Waikato, con sus 100 kilos y su 1,90.

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Después de muchas idas y venidas como entrenador, que le llevaron a dirigir a clubes en Irlanda o Inglaterra, fue designado seleccionador de Nueva Zelanda. Mitchell se hizo cargo de los All Blacks sustituyendo a Wayne Smith, El Profesor, quien ha seguido vinculado al staff de la selección neozelandesa los últimos 16 años. Justo desde que salió Mitchell de él. John, que solo duró dos años en el cargo, heredó un equipo marcado por la derrota en la semifinal del 99 ante Francia. Con Mitchell en el cargo tuvieron el dudoso honor de perder la semifinal en el Mundial ante Australia.

De hecho, antes de caer el pasado sábado ante Inglaterra, los All Blacks no caían en una semifinal del Mundial desde que Mitchell les dirigía en 2003. Entonces él fue señalado como el culpable de aquel fiasco y en Nueva Zelanda le colgaron la etiqueta de 'perdedor'. Una espina que siempre ha llevado clavada. Después de aquello comenzó una larga travesía por franquicias y clubes ingleses, australianos o sudafricanos. Incluso se hizo cargo de la selección de Estados Unidos, los Eagles, que no lograron levantar el vuelo tampoco con Mitchell.

Las cuentas pendientes con los All Blacks

Pero llegó 2018 y Eddie Jones, por entonces seleccionador inglés reclutado para llevar a Inglaterra a lo más alto, se quedó sin entrenador de defensa. El hombre con el que trabajaba por entonces, Paul Gustard, aceptó el cargo de director de rugby de los aristocráticos Harlequins, en la Premier, y la plaza de entrenador de defensa quedó vacante. Y Jones, deslenguado pero sumamente inteligente, reclutó a Mitchell como entrenador de defensa. En él reunió dos cosas que le interesaban: un tipo que manejaba los códigos de la tercera línea por su pasado como flanker y 8, y alguien que tenía una cuenta pendiente con los All Blacks.

Mitchell trabajó con ahínco para conformar una tercera línea abrasiva que estuviera a la altura de la australiana con Hooper y Pocock o de la neozelandesa con Read, Cane o Ardie Savea. Inglaterra tenía un problema grave en esa posición y Mitchell trabajó especialmente con Eddie Jones en ese punto. Pusieron el foco en dos jóvenes que habían reclutado para la gira del XV de la rosa por Argentina en el verano de 2017. Un chico nacido en Estados Unidos que se marchó a Gales a buscarse la vida y un gemelo salido de la academia de los Sharks nieto de un talonador internacional inglés (John Olver) y primo de un apertura de los Saints. Sam Underhill y Tom Curry.

placeholder Yokohama (Japan), 26 10 2019.- New Zealand's Sevu Reece (back) tackles England's Henry Slade (front) during the Rugby World Cup 2019 semi final match between New Zealand and England at the International Stadium Yokohama in Yokohama City, Japan, 26 October 2019. (Japón, Nueva Zelanda) EFE EPA MARK R. CRISTINO EDITORIAL USE ONLY  NO COMMERCIAL SALES   NOT USED IN ASSOCATION WITH ANY COMMERCIAL ENTITY
Yokohama (Japan), 26 10 2019.- New Zealand's Sevu Reece (back) tackles England's Henry Slade (front) during the Rugby World Cup 2019 semi final match between New Zealand and England at the International Stadium Yokohama in Yokohama City, Japan, 26 October 2019. (Japón, Nueva Zelanda) EFE EPA MARK R. CRISTINO EDITORIAL USE ONLY NO COMMERCIAL SALES NOT USED IN ASSOCATION WITH ANY COMMERCIAL ENTITY

El nacimiento de los Kamikaze Kids

Los bautizados como 'Kamikaze Kids' por Eddie Jones han sido pulidos milimétricamente por Mitchell. Les ha enseñado a esperar a que el receptor capture la pelota para arrasarlo en lugar de pelear la bola, ha trabajado con ellos los agarres con llaves de artes marciales, ha bajado su punto de gravedad en el placaje, el calibrado su timing de llegada y ha alimentado esa despreocupación por su integridad física que les han convertido en dos kamikazes.

Mitchell, buen conocedor del instinto ofensivo de los All Blacks, ha sido capaz de secar a Nueva Zelanda. Eddie Jones solo quiso medirse en una ocasión a los kiwis en el intervalo entre Mundiales, para no dar pistas de sus planes. En ese partido, Nueva Zelanda solo anotó 16 puntos y un ensayo ante Inglaterra, lo cual le valió para ganarle por la mínima (15-16). En esta ocasión el bagaje de su sistema defensivo ha sido aún mejor. 7 puntos y un ensayo (fruto de un error grosero propio en el lanzamiento de una touch). 160 minutos, 23 puntos y dos ensayos encajados. Unas cifras sobresalientes.

Circula un estremecedor vídeo (justo encima de esta línea) con 40 segundos de las mejores acciones defensivas de los ingleses ante los All Blacks. Una embestida de Underhill a Read, un placaje ganador de Curry llevándose puesto a Jordie Barrett, Tuilagi cazando a Retallick, Itoje a Whitelock o Marler y Cole haciendo retroceder al mismísimo Sonny Bill Williams varios metros. Un resumen muy significativo de la esplendorosa labor de Mitchell para frenar a sus compatriotas. Timing, técnica y agresividad.

Eddie Jones dejó claro, sin nombrarle, el protagonismo de Mitchell en la rueda prensa posterior al triunfo inglés sobre los All Blacks: "Nuestra mejor forma de ataque es nuestra defensa. Creamos oportunidades a través de nuestra defensa para atacar". Mitchell lo escuchó sentado en el vestuario apretándose una cerveza helada con Underhill, Itoje y Curry desquitándose por fin de esos que le despidieron de los All Blacks llamándole perdedor. El rugby, como la vida, siempre te da una segunda oportunidad. Y Mitchell se la ha cobrado de forma feroz.

El pasado sábado todos los focos apuntaban a Eddie Jones, el lenguaraz seleccionador inglés que había llevado al XV de la Rosa a ganar su partido ante Nueva Zelanda con una superioridad sorprendente. Jones -australiano- no escondió su felicidad. Sin embargo, había alguien mucho más satisfecho que se sentó discretamente con algunos de sus delanteros para disfrutar una cerveza que llevaba 16 años esperando beberse. Su nombre, John Eric Paul Mitchell y es quien está detrás de la exhibición defensiva de Inglaterra ante los All Blacks. Los neozelandeses se vieron arrasados por agresividad, por placajes ganadores, por un magnífico posicionamiento y por un timing minuciosamente calculado. Ahora, Inglaterra espera hacer lo mismo con Sudáfrica en la final del Mundial de rugby de este sábado (10:00 horas, peninsular española).

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