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Una semana con los All Blacks: despertador a las 6, 'quick beer' y haka en La Alhambra
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Improvisaron una 'haka' en la Alhambra

Una semana con los All Blacks: despertador a las 6, 'quick beer' y haka en La Alhambra

Los All Blacks, la selección neozelandesa de rugby, pasaron por Granada para impartir un clínic especial. Cercanos, simpáticos y agradecidos. Los jugadores conquistaron el corazón de los presentes

Foto: Los All Blacks visitaron Granada para impartir un clínic junto a la empresa Kiwi Sports.
Los All Blacks visitaron Granada para impartir un clínic junto a la empresa Kiwi Sports.

Cuando el pelirrojo Abu al-Ahmar, conocido como Muhammad I, tomó la ciudad de Granada allá por 1238, aún no habían llegado los maoríes a Nueva Zelanda en sus canoas. Lo recordaba Peter Harold durante la visita de los All Blacks a la Alhambra. Pedro, como le conoce todo el mundo en el All Blacks Clinic, miraba absorto las bóvedas y las estancias de los palacios nazaríes. "Es increíble que hicieran esta maravilla hace tanto años con los medios que tenían", comentaba a María José Rienda el técnico neozelandés, que iba acompañado de un grupo de compatriotas entre los que destacaban el embajador Nigel Fyfe, los jugadores Anthony Tuitavake, Hosea Gear y Brad Linklater y el abogado de la New Zealand Rugby Union y entrenador Stuart Doig.

Poco podía imaginar el emir que 900 años después cuatro neozelandeses se plantarían en el patio de los Leones para realizar una emocionantísima haka como señal de respeto y agradecimiento por la acogida que le ha dispensado el pueblo granadino. Ese ha sido uno de los momentos cumbre de la estancia de los All Blacks en Granada para celebrar el clínic de rugby que organiza por segundo año en suelo español la empresa Kiwi House en colaboración con la federación neozelandesa. Una semana cargada de risas, esfuerzo, emoción, camaradería, admiración y respeto, mucho respeto.

Gear, Tuitavake, Harold y Doig han comandado un equipo de trabajo en el que también aparecían los jugadores neozelandeses Brad Linklater y Mana Williams; la preparadora física de la selección española de rugby, Mar Álvarez; el técnico campeón de Copa con Alcobendas; Tiki Inchausti; y la internacional de la Leonas Bimba Delgado. Un grupo que en cinco intensos días de trabajo se ha convertido en una familia dentro y especialmente fuera del campo.

placeholder Los All Blacks improvisaron una 'haka' en el Patio de los Leones de la Alhambra.
Los All Blacks improvisaron una 'haka' en el Patio de los Leones de la Alhambra.

Competitividad y carácter

Han sido días muy intensos que han pasado rápido. En el primero tocó aclimatarse a los 2.320 metros del Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sierra Nevada, una instalación de élite en la que los chicos han convivido con atletas de primer nivel mundial como Teresa Perales, han entablado amistad con la selección de tenis de mesa y han escuchado por boca de las nadadoras su durísimo día a día. Una experiencia vital para chavales de 12 a 18 años que hace tiempo que eligieron el rugby como modo de vida.

Son las seis de la mañana. El despertador del teléfono de Mana Williams suena de forma infernal hasta que el neozelandés acierta a desconectarlo después de lanzarle un par de mandobles sin puntería. El apertura neozelandés de Alcobendas aparece por el gimnasio, donde se encuentra con Gear, Tuitavake y Linklater. Es tiempo de pretemporada y nadie se deja llevar en el grupo. También se deja ver por allí Bimba Delgado, que en estos días anda atenta del teléfono pendiente de su futuro. La pilier jerezana de las Cocodrilas se ha ganado el cariño y el respeto de los chicos del campus con su competitividad y su carácter. Didáctica y ambiciosa, repite un mantra hasta la saciedad: "No dejéis que nadie os diga dónde está vuestro límite".

Un par de horas más tarde se abren las puertas del comedor del CAR, donde Joaquín, el jefe de cocina, y su equipo comienzan a servir desayunos. "En estos días estamos un poco desbordados porque no solemos tener un grupo tan numeroso en estas fechas. Aquí estamos más acostumbrados a delegaciones pequeñas de atletas de mucho nivel. Tanta chavalería nos divierte a todos. A los atletas y a nosotros", apunta. Mar Álvarez, la preparadora física de la selección, aparece con su alegría contagiosa de la primeras a por su dosis de cafeina. "¡Un cortado doble, por favor!". Aún se tomará un par de ellos más a lo largo del día, tres incluso. Los chicos se mezclan con timidez con atletas ajenos al campus en las mesas mientras desayunan copiosamente.

Rienda, una más

placeholder Imágenes de la estancia de los All Blacks en el CAR de Sierra Nevada
Imágenes de la estancia de los All Blacks en el CAR de Sierra Nevada

A las 08:45 comienza la jornada de trabajo en la pista de atletismo. Arranca Peter Harold repasando el plan del día para luego comenzar la activación con Mar, que cada mañana prepara una divertida tabla de ejercicios diferente para comenzar. Ana, que repite en el campus, se ha operado hace unos días del cruzado de su rodilla y aún no puede ejercitarse con normalidad, lo que no ha sido obstáculo para que se apunte al clínic y apunte en su libreta todo lo que escucha de los monitores.

A medida que pasan los días la enfermería se va llenando. Una rodilla lastimada, una inoportuna gastritis, algún tobillo maltrecho... Nada serio. Pasadas las once de la mañana del martes aparece María José Rienda, presidenta del Consejo Superior de Deportes (CSD), acompañada de su asesora Jennifer Pareja y su directora del gabinete, Conchi Bellorín. No vienen a hacerse la foto, vienen a divertirse y saltan al césped con zapatillas y uniformadas con las camisetas del All Blacks Clinic. Rienda se anima rápido y pide el oval, mientras a Bellorín, como buena judoka, le atrae más el placaje. Pareja alucina cuando es levantada casi dos metros para saltar en la touch. Enfrente de la waterpolista se alinea un equipo que capitanea el mismísimo embajador de Nueva Zelanda, Nigel Fyfe. Una hora después concluye una divertida sesión de fotografía y se citan con los All Blacks en la recepción que el embajador kiwi ha organizado en el Parador ese mismo día.

La oficina de campaña que Kiwi House ha montado en el CAR vive mucho trasiego tras la visita de Rienda. Se dispara un email con la nota de prensa de la visita y una foto de Rienda formando una primera línea como talonadora entre los All Blacks Tuitavake y Hosea Gear. Desde el CSD piden imágenes del entrenamiento y minutos después Sara Rada, la jefa de prensa el CSD, envía a TVE el bruto del vídeo que termina cerrando el Telediario del mediodía. Se disparan los mensajes en redes sociales y #AllBlacksClinic se consolida como un canal de conversación fluida en el que no dejan de gotear vídeos e imágenes del clínic alimentadas por Kerry desde las oficinas de Mousee en la calle Serrano.

La sencillez de los campeones

En el campo llega la hora del 'break'. Sara, una pilier de Puertollano, aparece junto a Valeria con dos bandejas de fruta y zumos varios. Son las dos ángeles de la guarda del clínic. Mientras los chicos recuperan fuerzas, Hosea recoge conos y mete los balones en el saco sin que se le caigan los anillos. Los All Blacks se caracterizan por su humildad, por predicar con el ejemplo y todo lo hacen con una sonrisa en la boca. Una sonrisa que contagia su forma de hacer las cosas: mejor poco y bien que mucho y mal. La sencillez tiene un valor incalculable para ellos. Visitan las habitaciones cuando no están los chicos para ver si las tienen recogidas, charlan por los pasillos con todos y siempre están disponibles para quienes se acercan. Sin pretenderlo, se han convertido en los más vigilados en el CAR con sus espectaculares tatuajes tribales y sus espaldas enormes.

Termina la jornada y los chicos se dirigen a sus habitaciones para darse una ducha y bajar las pulsaciones después de una jornada dura con más de seis horas de trabajo que incluyen formación teórica, asimilación práctica, clases culturales y hasta charlas motivacionales en las que incluso participan deportistas de otras disciplinas del CAR como los nadadores de la selección española. A las siete y media de la tarde los monitores se reúnen en el apartamento que Paul Nicholson y Mirella Ruiz han alquilado a unos metros del CAR. Es hora de revisar el día y repasar el plan del siguiente. Cuando todo está cerrado, Mar reta a todos a una partida de Dobble y llega el momento, antes de cenar, de una "quick beer". Y ahí los kiwis se decantan por la Alhambra, la cerveza local que les ha seducido a todos. Como el palacio del mismo nombre.

Cuando el pelirrojo Abu al-Ahmar, conocido como Muhammad I, tomó la ciudad de Granada allá por 1238, aún no habían llegado los maoríes a Nueva Zelanda en sus canoas. Lo recordaba Peter Harold durante la visita de los All Blacks a la Alhambra. Pedro, como le conoce todo el mundo en el All Blacks Clinic, miraba absorto las bóvedas y las estancias de los palacios nazaríes. "Es increíble que hicieran esta maravilla hace tanto años con los medios que tenían", comentaba a María José Rienda el técnico neozelandés, que iba acompañado de un grupo de compatriotas entre los que destacaban el embajador Nigel Fyfe, los jugadores Anthony Tuitavake, Hosea Gear y Brad Linklater y el abogado de la New Zealand Rugby Union y entrenador Stuart Doig.

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