De tener asumida la derrota a salir contra Rusia y pensar: "Voy a ganar a estos tíos"

Este puede ser el primer día del resto de la vida de los 'Leones'. En realidad, lo va a ser pase lo que pase sobre el césped del Central de la Complutense. El rugby español empieza a decidir este sábado si podrá dar ese salto cualitativo que tanto añora, que tanto necesita para que el impulso que ha cogido en esta época reciente se multiplique exponencialmente hacia cotas aún inesploradas. Un partido contra Rusia, el primero de los ocho que van a marcar el camino de España hacia el Mundial de Japón de 2019. O lo que también es lo mismo: será un termómetro muy sensible para medir en qué estado real se encuentra esta selección de buenos jugadores que están convencidos de que son capaces de conseguir el sueño mundialista.

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Jesús Garrido

"Ni si ganamos este partido va a querer decir que vamos a estar seguro en el Mundial ni si lo perdemos significará que estamos eliminados", dijo Santiago Santos, seleccionador nacional, en la rueda de prensa de presentación del partido en Guadalajara. Lo dice sabiendo que perder puede que sea hasta lo normal, pero que si ese extremo se produce, no debe suponer una caída de moral que pueda hundir las opciones clasificatorias. Rusia es un equipo superior al español, siempre hablando desde la teoría que luego debe confirmarse sobre el campo. Tiene mejor preparación, una convocatoria mayor, jugadores más fuertes...

"Pero es verdad que el año pasado fuimos allí y perdimos solo de cuatro puntos", dijo el técnico. Y en la anterior ocasión, cuando Rusia visitó el Central, España se impuso, en uno de esos dos partidos que los Leones les han ganado a los rusos. "Antes era una ventaja jugar al principio, pero ahora al jugar el Enisey —club que aporta la grandísima mayoría de jugadores a la selección— jugar la Challenge Cup —la segunda competición europea—, llegarán bien, quizá hasta sobrecargados. Rusia tiene delanteros muy grandes, tres cuartos muy rápidos, una touche muy buena tanto en ataque como en defensa, son peligrosos en los últimos 15 metros", opina.

En la selección nadie trata de engañar a nadie. Todos tienen claros los números. "En cuanto a datos históricos, los porcentajes no han cambiado. Otra cosa son las sensaciones que tenemos", añade Santos, confiado de que juegan en igualdad de condiciones por un motivo claro: "En los Mundiales anteriores, Nueva Zelanda o Sudáfrica metían 100 puntos a Japón, pero en Inglaterra, Japón le ganó a los Sprinboks. El Tier 2 se ha acercado al Tier 1. Lo normal sería que se abriese la brecha, pero será que los de abajo lo estamos haciendo bien, porque se va acortando. Me sorprende que sea así".

Uno de los capitanes de la plantilla, Jaime Nava, opina de manera muy parecida, dejando claro que el mensaje del entrenador ha calado hondo. "Puede que esté pecando de ser demasiado optimista, pero yo veo a Rumanía y Rusia como dos iguales. Lo único que me da un poco de repelús es que son selecciones que tienen más medios a su alcance que nosotros. Pero yo, que ya he vivido muchas etapas diferentes, sé lo que es entrar en un campo sabiendo que soy inferior y que probablemente pierda, y sé que ahora me enfrento a Rumanía y a Rusia y pienso «voy a ganar a estos tíos»".

¿Por qué es esto? Porque se ha producido un trabajo de base de tres años muy importante. "Hemos mejorado en nuestro juego colectivo a base de persistencia y de unas cuantas horas de vuelo, que siempre pueden ser más, porque la selección española, en comparación con el resto de equipos de este torneo, vamos más cortos de preparación por una cuestión de recursos", dice Nava a El Confidencial. El ejemplo de esto es la imposibilidad de conjuntar una plantilla acorde con los gustos del entrenador.

"El 70% de los jugadores estamos jugando en ligas extranjeras, sobre todo en Francia. Eso es una dificultad que convertimos en virtud. Debido a ese problema, Santi se ha visto obligado a hacer uso de otro tipo de jugador que no tenía en mente en ese momento y, sin embargo, ha ido encontrando nuevos elementos que se han ido sumando al grupo. Cuenta ahora con un grupo amplio, de unos tres jugadores por puesto de una gran calidad. Es algo complicado porque hay que negociar con clubes, pero le ha servido para encontrar nuevos jugadores que sumar al proyecto". Y pese a la cantidad de variaciones que ha debido hacer el técnico, el amplísimo y heterogéneo grupo del que dispone, Santos cree que tiene un equipo "muy sólido" y de hecho cree que no se ha perdido fuerza ni liderazgo. "Empezó Pablo Feijóo, luego Jesús Recuerda y ahora Jaime Nava. Pero no trabajamos con un único líder, sino con un grupo de liderazgo. Tenemos cuatro o cinco jugadores que manejan al grupo de una manera excelente", asegura el técnico.

"Estamos muy conjuntados, cada vez más. Son menos necesarios entrenamientos en los que retocar detalles, porque las cosas ya nos salen de manera natural". "La concentración en San Cugat —previa a la de Guadalajara— nos ha permitido avanzar muchísimo en el plano táctico con un gran volumen de trabajo para que esta semana podamos disminuir la carga y apuntar más a la calidad", afirma el capitán de los Leones.