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Trabajo psicológico y al barro para llegar al Mundial de rugby: "No somos princesas"
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crónica del pase de las leonas desde dentro

Trabajo psicológico y al barro para llegar al Mundial de rugby: "No somos princesas"

Las chicas de Yunque han conseguido lo que debían lograr: el billete para viajar en agosto a Irlanda, pero la costumbre de jugar mundiales no le resta ningún ápice de emoción y nervios

Foto: Bárbara Pla trata de ganar la zona de ensayo (FERugby).
Bárbara Pla trata de ganar la zona de ensayo (FERugby).

"No había tanta gente como pensábamos". El comentario de la capitana Aroa González en la rueda de prensa no es tan negativo como parece. En Madrid hacía un día durísimo para estar al aire libre. A cualquiera que se atreviese a jugarse su estado físico acudiendo al Central de la Complutense se le iban a helar hasta los bigotes. Y llovía. O, al menos, había llovido durante toda la mañana, así como en la noche del viernes. El cemento estaba frío y húmedo y había que apañarse con bolsas, periódicos o cualquier utensilio más o menos impermeable para no mojarse las posaderas. Era un tiempo más escocés que español, ciertamente. Cuando resonaron las gaitas del 'Flor de Escocia', todo encajaba. Todo, menos el resultado. No eran las británicas las dominadoras. No, eran las que vestían de rojo y se hacen llamar Leonas.

Foto: Las Leonas siguen haciendo historia para el rugby español (FOTOS: ferugby.es)

"Nuestro secreto es jugar con el corazón y los sentimientos, es lo que nos hace más grandes. Nuestras charlas de antes de los partidos vienen del interior", dice Aroa con una sonrisa que no es posible arrancarle del rostro, mientras alrededor, unas cien personas disfrutan en el gimnasio del Central del tercer tiempo. La fiesta en el interior es global. Disfrutan incluso las jugadoras escocesas, algunas muy magulladas por la batalla previa. Una de ellas se tuvo que marchar directa al hospital con una clavícula rota. Ese festín constaba de unos treinta platos diferentes, desde trocitos de empanada, hasta salchichas estofadas y huevas de salmón. Al fondo, una barra de Heineken, patrocinador principal de la selección. La magnitud de estas viandas chocaba enormemente con la sencillez extrema del 'catering' del palco: unos sandwiches de salchichón y mortadela a repartir como buenos hermanos.

La sonrisa de Aroa es contagiosa, y la de todas las jugadoras, en realidad, que disfrutan con las familias de un momento de felicidad. Pero muchas de ellas marchan este domingo ya a Dubai para jugar un torneo de 'seven', la otra modalidad que ha dado también tantos éxitos este 2016, con el diploma olímpico en Río. "Era complicado preparar las dos cosas a la vez. Hemos tenido la suerte de que muchas jugadoras del XV ya habían tenido esta experiencia", dice María Ribera, precisamente una de esas veteranas.

Como una de esas 'rugbiers' que han vivido mil batallas, Aroa sabe lo que hay que hacer para ganar este tipo de partidos. "Yo a mi equipo le he dicho que defendiéramos, que nos embarráramos, que no éramos princesas". Declaración de intenciones. "A mí me dicen ya estoy curtida, que me tiene que dar igual, pero me hace la misma ilusión de siempre. Que España consiga una clasificación me provoca muchos nervios, yo lo paso muy mal. Pero una vez que me pongo las botas y salto al campo, se me pasa, me tranquilizo. Con mi experiencia, cuando las demás se bloquean, yo intento decirles dos palabras y volver a encauzarlas en el partido", añade.

"Aquí hay jugadoras que han ido a tres mundiales, otras que han estado en unos Juegos Olímpicos y otras más jóvenes que han debutado este año. Pero todas constantan que cuando tienen un objetivo, lo logran, y eso para un deportista es una cosa muy grande", al seleccionador le llaman 'Yunque'. José Antonio Barrio puede presumir de equipo. Pero también es consciente de la realidad que viven: "La eliminatoria contra Escocia, por ránking, era muy 'ganable', pero como empezamos a ser muy visibles en unos mundos en los que antes no lo éramos, parece que se valora más. Eso es una presión añadida para las jugadoras. Ayer -por el viernes- tuvimos una reunión con el psicólogo y les dijo que esto era un partido de rugby, que era para ellas y que no van a defraudar a nadie", dice el técnico.

El rugby español ha alcanzado una nueva dimensión. Ahora le importa a mucha más gente que hace unos pocos años. Hay niños que en vez de darle patadas a una pelota redonda, prefieren coger un oval y chocar contra sus amigos. Y ser más conocido implica mayor responsabilidad, que no necesariamente debe ser acorde a la situación real. Por tanto, el trabajo psicológico era imprescindible para mantener a las jugadoras en sus casillas. "Nos dijo que todo el trabajo estaba hecho, tácticamente hemos entrenado mucho y solo había que plasmarlo en el campo, y que pasara lo que pasara, mañana iba a salir el sol, que no teníamos toda la responsabilidad sobre nuestros hombros, que disfrutáramos y, si lo hacíamos, nos íbamos a llevar la victoria", así resume la charla del psicólogo Pablo del Río la capitana.

Foto: Pateando a palos en El Central. Opinión

El siguiente paso es jugar ese Mundial y hacerlo lo mejor posible. El objetivo es estar entre las seis mejores, para hacer bueno el ranking internacional que coloca a las Leonas sextas. Pero para eso es necesario algo fundamental: "A España le falta tener partidos contra grandes selecciones, es uno de los problemas que han tenido desde siempre. Para nosotros es diferente porque competimos en el VI Naciones. No sé qué hacen para conseguir partidos, pero necesitan jugar más a menudo. Cuanto más juegues, más mejorarás", el seleccionador escocés Shade Munro lo tiene claro, al igual que su colega español. "Si logramos tener una buena preparación con una competición para jugar contra buenos equipos, iremos a que nos ganen cada partido. Que nos gane Inglaterra, que nos gane Estados Unidos y que nos gane Italia", dice Yunque.

Es algo que todo el mundo dentro de la federación comparte. También se une María Ribera: "A mí lo que me apetecería es que me dieran cinco amistosos, la misma competición que al resto, e ir a Dublín a buscar entre las seis selecciones top, que sería increíble, pero es posible". La pelota está en el tejado del presidente Alfonso Feijóo, que también espera conseguir esos partidos. "Necesitamos jugar contra selecciones potentes para que nuestros jugadores se motiven". Él hacía más referenica a la selección masculina, "los siguientes en ir al Mundial". Jugar contra Tonga y contra Uruguay son partidos importantes que ayudan a progresar.

Según el técnico escocés, hay un motivo que explica por qué la selección española masculina de rugby todavía no ha dado ese paso hacia adelante, ese salto cualitativo que la asiente al menos en el segundo grupeto de grandes equipos mundiales. "Nosotros tenemos una competición local muy fuerte en el Pro 12, donde jugamos contra equipos de Inglaterra y Gales. En Francia sucede lo mismo. ¿Tiene algo así España? Probablemente no. Hasta que su liga no sea poderosa, sus equipos no se hagan competitivos internacionalmente, la selección no llegará al siguiente nivel". Eso ya es mucho más complicado, pero todo se andará.

"No había tanta gente como pensábamos". El comentario de la capitana Aroa González en la rueda de prensa no es tan negativo como parece. En Madrid hacía un día durísimo para estar al aire libre. A cualquiera que se atreviese a jugarse su estado físico acudiendo al Central de la Complutense se le iban a helar hasta los bigotes. Y llovía. O, al menos, había llovido durante toda la mañana, así como en la noche del viernes. El cemento estaba frío y húmedo y había que apañarse con bolsas, periódicos o cualquier utensilio más o menos impermeable para no mojarse las posaderas. Era un tiempo más escocés que español, ciertamente. Cuando resonaron las gaitas del 'Flor de Escocia', todo encajaba. Todo, menos el resultado. No eran las británicas las dominadoras. No, eran las que vestían de rojo y se hacen llamar Leonas.

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