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Cuando se busca preparar los JJOO y se acaba ayudando a luchar contra un ciclón
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los sevens de españa regresan de fiji

Cuando se busca preparar los JJOO y se acaba ayudando a luchar contra un ciclón

Ninguno de los integrantes de la selección de rugby seven que se marchó hace tres semanas a Fiji olvidará la ayuda que ofrecieron al pueblo fijiano durante el fuerte ciclón

Hace no muchos años, el rugby recibió la mejor noticia que le han dado en las últimas décadas: iba a volver a tener su espacio reservado en los Juegos Olímpicos. Era en la modalidad de 'seven', mucho menos conocida globalmente que el tradicional 'rugby union', de quince jugadores, pero bastante espectacular si se le dedica la atención que merece. Desde ese día, la Federación Española de rugby vio cómo se le abría el cielo. Creyeron que era posible estar en Río de Janeiro, y han estado peleando durante mucho tiempo por conseguirlo. Dentro de las limitadas posibilidades de la FERugby, encontraron un camino fantástico para prepararse para el preolímpico: entrenar en Fiji con algunos fantásticos equipos en unas condiciones ideales. Lo que no tenían ni idea es que iban a volver "más hechos como personas".

Hace dos semanas, a Fiji arribó un enorme ciclón. Es tierra firmemente candidata a sufrir este tipo de inclemencias climáticas, pero ya es casualidad que por una vez que la selección española visita las antípodas se encuentre con una situación extrema de estas. Este jueves, los chicos que dirige Tiki Inchausti llegaron al aeropuerto de Barajas y El Confidencial fue a recibirles para que nos contasen cómo vivieron esa experiencia que les cambió la vida. El seleccionador, con una evidente cara de cansancio, llegaba de la escala de Seúl liderando la expedición, y pese a querer llegar a casa a coger la cama y habituarse al cambio de horario, nos atiende encantado.

La idea era probarse contra unos equipos que realmente les pusieran a prueba, para comprobar si en realidad España tenía opciones de estar en los Juegos de Río. Y se consiguió, porque necesitaban "mucha carga física" y la han obtenido de cara al torneo de Hong Kong de abril y al Preolímpico de mayo en Mónaco. "Necesitábamos competición y hemos ganado un torneo (lo obtenido monetariamente con ese torneo, 2.000 euros, se donó a los más desfavorecidos de la isla, por cierto) con buenos equipos de Fiji", recuerda el entrenador. Pero al final, lo más importante que se traen no es sólo el fantástico rendimiento deportivo obtenido allí, tan lejos. "El ciclón fue una experiencia de vida para todos nosotros. Vinimos más hechos como personas", dice Inchausti.

En repetidas ocasiones hemos oído que el rugby, como deporte en sí, aporta unos valores humanos muy significativos tanto a los aficionados, como sobre todo, a los jugadores. Se dice que son generosos, solidarios, con un gran sentido del compañerismo y de la implicación. "Pero cuando llega el momento de la verdad es cuando tienen que salir. Hablar es muy fácil, en los momentos difícil te das cuenta si un deporte tiene esos valores de los que habla. Y el rugby, una vez tras otra, lo está demostrando, ya no por hablar de nosotros, que nos pusimos a ayudar al pueblo fijiano, porque eso es lo que hacen las personas, ayudarse entre sí, sino por los gestos de grandes equipos como Nueva Zelanda, que limpia su vestuario, los pasillos, el tercer tiempo...", recuerda el seleccionador.

"Nos pidieron ayuda y volvimos a cargar sacos"

¿Por qué fue tan traumática esa experiencia? Porque la selección española de seven, en un gesto de absoluta despreocupación y solidaridad, salió de su cómodo hotel y ayudó a los fijianos a amontonar sacos para evitar la crecida del mar. Para Inchausti, hubo dos momentos que fueron de una importancia enorme para ellos como personas. "Cuando llegamos al mediodía de entrenar y vemos a todo el mundo haciendo barricadas y con cara de preocupación y nos pusimos a hacer las barricadas con ellos"

Y posteriormente, el agua, traicionera como siempre, y el fortísimo viento les jugó otra mala pasada. "Después de cenar, los vientos eran muy distintos y vimos lo que era en realidad un ciclón. El mar nos echó abajo todo lo que habíamos construido y nos volvieron a pedir ayuda, volvimos a salir a cargar sacos, a sujetar el mar como podíamos. Queríamos ayudar, pero fue muy complicado", nos comenta emocionado el seleccionador, que ha podido vivir de primera mano que "la naturaleza puede hacer lo que quiera con nosotros".

Hace no muchos años, el rugby recibió la mejor noticia que le han dado en las últimas décadas: iba a volver a tener su espacio reservado en los Juegos Olímpicos. Era en la modalidad de 'seven', mucho menos conocida globalmente que el tradicional 'rugby union', de quince jugadores, pero bastante espectacular si se le dedica la atención que merece. Desde ese día, la Federación Española de rugby vio cómo se le abría el cielo. Creyeron que era posible estar en Río de Janeiro, y han estado peleando durante mucho tiempo por conseguirlo. Dentro de las limitadas posibilidades de la FERugby, encontraron un camino fantástico para prepararse para el preolímpico: entrenar en Fiji con algunos fantásticos equipos en unas condiciones ideales. Lo que no tenían ni idea es que iban a volver "más hechos como personas".

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