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Driss El Mokarrabe: de los bajos de un camión a la selección gallega de rugby
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llegó a españa con 15 años

Driss El Mokarrabe: de los bajos de un camión a la selección gallega de rugby

El jugador de Mareantes Rugby llegó a España cuando tenía 15 años y hoy es un referente del rugby gallego. Desde la posición de 'flanker' apunta a lo más alto del rugby español

Foto: Driss El Mokarrabe, en un partido de la selección gallega.
Driss El Mokarrabe, en un partido de la selección gallega.

De vez en cuando en nuestras vidas nos encontramos con historias de superación personal que nos dejan boquiabiertos y nos enseñan que, con voluntad y determinación, se puede llegar a hacer grandes cosas pese a las trabas que te puedas encontrar por el camino.

Es el caso Driss El Mokarrabe. Siendo todavía un cadete tomó la decisión de cambiar su vida por completo, y no ha parado hasta conseguirlo. Hace algo más de un lustro, aquel camión que viajaba de Tánger hasta Algeciras no sabía que transportaba algo mucho más valioso que su mercancía. Llevaba en sus bajos el sueño de un chico que no tardaría en hacerse realidad.

De esta manera (acostumbrados a verla en las noticias tristemente) llegó aquel joven marroquí a España. Una vez aquí estuvo viajando por todo el país hasta llegar a un centro de protección al menor en Pontevedra. Fue allí donde tuvo su primer contacto con el rugby a través de las clases de educación física y del club gallego de Mareantes Rugby.

Dos integrantes de este equipo con casi treinta años de tradición oval en Pontevedra (entre ellos se encontraba Pablo Irago, uno de sus mentores) fueron a enseñar a esos chicos lo que es el rugby y sus valores. De la esencia de este deporte quedaron impregnados tanto Driss como un amigo suyo, y ambos comenzaron a entrenar con el club gallego.

Al poco de llegar, sin tener ni idea de los conceptos técnicos y tácticos de este deporte, Driss ya apuntaba maneras (sólo había visto partidos de rugby a través de canales franceses en Marruecos). Su físico siempre ha sido una de sus mayores ventajas para jugar al rugby, y hoy lo acompaña con gran destreza técnica.

Este chico se fue convirtiendo en la perla de la cantera del Mareantes Rugby, y eso se vio recompensado en la primera llamada de la selección gallega de rugby (en su segunda temporada jugando). Tras empezar a ser fijo de estas convocatorias, llegó uno de los momentos más emocionates de su carrera, según sus propias palabras). Se jugaba el Campeonato de España Rugby y la selección gallega llegó a la final gracias a la impecable actuación de Driss. Aunque el título de campeón no viajara hasta tierras gallegas, sí viajó el trofeo al mejor jugador, concedido a un chico que apenas llevaba dos años jugando, pero que ya se había metido al mundo del rugby nacional en el bolsillo.

Poco a poco la figura de este joven marroquí ha ido tomando mayor protagonismo tanto en su club como en la selección gallega, pasando por uno de los campus de formación mejor valorados de nuestro país y compartiendo entrenamiento con dos de las figuras del rugby español de la última década: los leones César Sempere y Pablo Feijoo.

Driss ya no es el cadete que llegó al Mareantes, sino que es un 'rugbier' mucho más formado tanto fisica como mentalmente. El joven 'flanker' es hoy una realidad que demuestra su valía en cada partido de la primera territorial gallega.

Por su parte, la selección gallega ha seguido contando con El Mokarrabe (estuvo presente en la última convocatoria sub-21 estuvo presente), a pesar de que no pudo acudir durante un año por motivos extradeportivos. Driss ha sido y es una apieza fundamental en el rugby gallego durante todo este tiempo.

En su equipo todo el mundo se deshace en elogios hacia su persona y su espíritu de superación, incluso definen sus cualidades como las de un futuro medallista olímpico. Su exentrenador y ahora compañero en el equipo senior, Pablo Irago, nos confiesa que Driss apunta muy alto y que en la actualidad es una parte básica del club.

Tal es la integración de este chico, que vive con un compañero de su equipo al que considera su padre, que cuando te cuenta su historia crees que estás hablando con un gallego que lleva veinte años viviendo en Pontevedra. Aun así, este segundo centro reconvertido a 'flanker' tiene los pies en la tierra, y sabe que esta pasión por el rugby se debe completar con un trabajo para poder seguir haciendo lo que más le gusta. Trabaja en una cafetería y dice que se le dan igual de bien los cafes del desayuno que las cañas del tercer tiempo, pero que le encantaría poder pasarse al otro lado de la barra y trabajar de carpintero.

Seguiremos muy de cerca la progresión de este joven que al conocer el juego del 'melón' dio con la horma de su zapato y hoy en día es un valor absoluto de nuestro rugby.

De vez en cuando en nuestras vidas nos encontramos con historias de superación personal que nos dejan boquiabiertos y nos enseñan que, con voluntad y determinación, se puede llegar a hacer grandes cosas pese a las trabas que te puedas encontrar por el camino.

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