El XV del León, lleno de 'afrancesados': la principal vía hacia el profesionalismo

Durante este largo mes y medio hemos visto el mejor rugby del mundo. Allí, lejos, en Inglaterra, los All Blacks han demostrado una vez más (cuatro años después) que son los mejores del momento y, probablemente, de la historia. La selección española está a años luz de encontrarse a un nivel cercano al de Nueva Zelanda, pero poco a poco, con trabajo y con la internacionalización de los jugadores, el nivel global sigue creciendo progresivamente.

Y si esto es así (es una realidad, no una opinión; España ha progresado mucho en los últimos años hasta competir de tú a tú contra selecciones mundialistas como Georgia y Rumanía) en buena medida a que la grandísima mayoría de los convocados con el XV del León juegan fuera de España. No vamos a engañar a nadie, el nivel de la División de Honor es el que es, no da para más. No va a competir contra los clubes que disputan la Heineken Cup (la Champions League del rugby europeo) y, por tanto, para crecer, los mejores jugadores de nuestro país se ven obligados a emigrar.

No es una mala noticia, no se debe interpretar así. Más bien al contrario. En baloncesto nadie podría criticar que un jugador español se marchase a cualquier equipo de la NBA, puesto que es indudablemente la mejor liga del mundo, eso teniendo en cuenta que con casi total seguridad, la ACB es la segunda mejor liga. Todo baloncestista español que se marcha a Estados Unidos progresa y hace, por tanto, mejor al combinado nacional. El objetivo en rugby es relativamente similar, aunque a un nivel inferior.

El objetivo que tienen muchos jugadores españoles (o nacionalizados, que hay varios casos, como el de Christopher Ruiz, 'robado' a Francia) es el profesionalismo. No hay prácticamente jugadores en la División de Honor española que sean profesionales y es un paso indispensable para progresar como jugador. No tiene nada que ver ser un estudiante o un trabajador y dedicar el tiempo libre a entrenarse cuando buenamente se pueda que dedicar la vida a jugar al rugby. Cambia absolutamente la vida del jugador, que va mejorando jugando con y contra otros que son también profesionales. Y la grandísima mayoría de los convocados por Santiago Santos disfrutan de ese profesionalismo.

De la última convocatoria ofrecida por el seleccionador, 19 de los 23 jugadores convocados juegan en alguna de las ligas francesas, y otro de los internacionales juega en Irlanda. Es decir, que la gran mayoría de los nuestros está en el principal foco del rugby europeo en sus diferentes categorías. Dos de ellos, incluso, están en el Top 14, la máxima división francesa, donde juega el Toulon, actual campeón de Europa donde están entre otros Ma'a Nonu y Bryan Habana, dos de las estrellas del Mundial.

El XV del León tiene entre ceja y ceja un objetivo para el próximo año: competir por el Campeonato de Europa de Naciones. Está claro que Georgia y Rumanía están un escalón por encima, pero la pasada edición evidenció un crecimiento de los nuestros que nos hace creer que pueden ganarles en un futuro próximo. Este 'internacionalismo' de los jugadores españoles es el camino a seguir. Y seguro que los chavales que han hecho a España campeona de Europa sub-19 acabarán por dar el salto al profesionalismo francés. El test contra Chile del próximo 21 de noviembre en Torrelavega será una fantástica piedra de toque. Los 'cóndores' jugarán el primer VI Naciones de América contra Argentina (semifinalista del Mundial), Uruguay, Brasil, Estados Unidos y Canadá, es decir, que no son un combinado cualquiera...