Premier Padel cierra su primer año con sorpresa: Tapia y Coello pierden cinco meses después

Y 168 días después, Arturo Coello y Agustín Tapia volvieron a perder. La pareja dominadora del pádel mundial durante los dos últimos años, en los que han destrozado a todos sus rivales, perdió la final del Tour Finals, el torneo que reúne a las ocho mejores parejas del año en el circuito, ante Jon Sanz y Jorge Coki Nieto en un duelo que lo tuvo todo. En el cuadro femenino no hubo sorpresas: Ariana Sánchez y Paula Josemaría, las números uno, impusieron su ley una vez más.

Fue el broche de oro a la primera temporada completa de Premier Padel, que el año pasado convivió todavía con World Padel Tour. El circuito, impulsado por la Federación Internacional de Pádel (FIP) y por QSI, el fondo soberano a través del que Qatar articula también el control del PSG, completa así un año con luces y sombras, pero con un fin de fiesta que puede considerarse un éxito.

Lo fue de público, con más de 14.000 personas en las gradas del Palau Sant Jordi de Barcelona tanto en la jornada de semifinales como en las finales del domingo, y también lo fue en lo deportivo, con un alto nivel de pádel y varias sorpresas, que empezaron el mismo viernes con la eliminación de Federico Chingotto y Alejandro Galán, dupla número 2 del mundo, en su primer partido.

No es que eso desluciera el cuadro masculino, porque la pareja formada por Edu Alonso y Momo González se mereció el triunfo ante Chingotto y Galán y luego regaló un par de buenos partidos, aunque no pudiera superar a los, a la postre, campeones en la semifinal. Alonso y González cedieron incluso en el tercer y cuarto puesto ante Juan Lebrón y Martín di Nenno, que jugaron, y ganaron, compartiendo lado de la pista por última vez.

Esa fue, precisamente, una de las novedades. Se disputó por primera vez un tercer y cuarto puesto tanto en categoría masculina como en femenina, un duelo en el que la organización puso en juego 200 puntos y algo más de 7.000 euros extra para el vencedor. Incluso se entregaron medallas de bronce a los terceros clasificados, porque el pádel ya no sabe qué más hacer para llamar la atención del Comité Olímpico Internacional. Quizás un arbitraje de alto nivel ayudaría más que la entrega de unas medallas.

Un triunfo histórico

En cualquier caso, bastante relevante fue lo que pasó en pista como para fijarse en lo que sucedió más allá del 20x10. En lo deportivo, todo parecía ir sobre ruedas para los números uno del mundo. Tapia y Coello llegaron a la final despachando a sus rivales con cierta comodidad, siempre en dos sets, mientras el resto de parejas se dejaba la vida en el lento tapete barcelonés.

Saturados tras más de 90 partidos y con 14 títulos a sus espaldas, el argentino y el español tenían todo a su favor para llevarse el título de maestros, ese que nunca han ganado juntos y que se les escapó el año pasado en semifinales, en el mismo escenario, tras una sorprendente derrota ante Paquito Navarro y Federico Chingotto.

Decir todo a favor no es faltar a la verdad. Habían ganado el primer set y en el segundo estaban 5-4 y 40-15 con el saque a favor. Casi hecho. Casi. Porque a partir de entonces el torbellino Jon Sanz se apoderó de la pista, bien acompañado por Coki Nieto. La pareja española, a la que rodean rumores de separación que quién sabe si van a desaparecer ahora que son maestros, llevó al límite físico y moral a sus rivales.

Tapia y Coello, que siempre parecen tener respuesta a todos los dilemas que se les presentan, se encontraron de repente en blanco. Sin fuerzas para levantar la situación y arrollados por el hambre de los rivales, los pasos por banquillo eran fiel reflejo del contexto tras la victoria en el segundo set de Nieto y Sanz: los números uno apenas articulaban palabra, quizás preguntándose cómo no estaban ya en la ducha, mientras que los aspirantes eran un hervidero de ideas y ánimos.

Con esa dinámica arrancó el tercer set en el que lo que había sido hasta entonces sorpresa se convirtió en costumbre. Aciertos por parte de Sanz y Coki, sobre todo del primero, habitualmente errante y en la noche del domingo muy inspirado, y miradas al horizonte de Coello y Tapia.

El triunfo de los primeros, la pareja cinco del mundo, supuso el mayor logro en las carreras de ambos y así lo celebraron. No era para menos: Tapia y Coello llevaban desde el 7 de julio sin perder un partido.

Las reinas no fallan

Antes de la sorpresa del cuadro masculino tuvimos la costumbre del femenino. Ahí, Ariana Sánchez y Paula Josemaría no dejaron muchas opciones y confirmaron que son la mejor dupla femenina de la actualidad, opositando de paso a ser las mejores que el pádel ha visto.

Claudia Fernández y Gemma Triay, las que más problemas han planteado a lo largo de la temporada a Sánchez y Josemaría, no tuvieron demasiadas oportunidades. Tras un prometedor inicio, break mediante, terminaron por apagarse. La idea de evitar la participación de Josemaría, la jugadora más determinante del mundo, terminó por encender a Sánchez hasta el punto de que, cuando se intentó apagar la llama, aquello era ya un incendio.

Controlando el juego, el ritmo que exigía la pista era el perfecto para Sánchez. Esta pareja, muy bien entrenada por Claudio Gilardoni y Ángel González, se sabe este guion de partido mejor que nadie. Como si estuvieran recitando su canción favorita, Sánchez jugaba y Josemaría definía. Al final, la pista tiene los metros que tiene y a la extremeña la puedes evitar un rato, pero no para siempre.

El tercer puesto en el cuadro femenino se lo quedaron Delfina Brea y Verónica Virseda, una pareja de circunstancias tras la lesión de Bea González, habitual compañera de Brea. El tercer puesto redondea un año brillante para la argentina, que ha tenido que pelear contra los muchos obstáculos que han supuesto las diferentes lesiones de González. Esta pareja, que también está envuelta en rumores de separación para el curso 2025, estaba llamada a asaltar el trono, pero no les ha dado la salud.

Con su triunfo, Josemaría y Sánchez cierran un ejercicio espectacular. Sería difícil encontrar a alguien que sea capaz de cuestionar que son las mejores, pero es que además tienen una importante virtud: no fallan en los días grandes.

Con el confeti cayendo sobre los jugadores en el Sant Jordi, Premier Padel cierra el año de despegue. Desde la organización siguen explicando que este primer curso ha sido de construcción de las bases, pero lo cierto es que no se puede olvidar que están recogiendo los frutos que durante una década sembró World Padel Tour. Solo así se explica que 14.000 personas abarrotaran el coliseo en la Montaña Mágica. ¿Más pádel? Habrá que esperar a febrero.