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Del cielo al infierno en apenas dos meses: la delicada situación del pádel en España
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"No entendemos por qué no podemos trabajar"

Del cielo al infierno en apenas dos meses: la delicada situación del pádel en España

El deporte de moda en nuestro país vive una situación comprometida consecuencia del coronavirus. El sector le pide al Gobierno, que prohíbe el juego en pareja, más empatía para evitar el quiebre total

Foto: Una empleado del Club de Pádel Soto desinfecta las pistas del recinto en Torrejón de Ardoz. (EFE)
Una empleado del Club de Pádel Soto desinfecta las pistas del recinto en Torrejón de Ardoz. (EFE)

El pádel, uno de los deportes más populares de este país durante los últimos años, ante su peor momento histórico. La crisis sanitaria desatada por el coronavirus le está pasando factura y de qué manera. Mientras que otros deportes, tanto colectivos como individuales, empiezan a retomar progresivamente su actividad, el pádel sigue encadenado por culpa de una desescalada del Gobierno tan necesaria como incongruente. Mientras los futbolistas de nuestra Liga de fútbol empiezan a entrenarse de manera grupal y ciclistas, nadadores o atletas retoman su actividad en soledad, el mundo del pádel, tanto profesional como aficionado, sigue paralizado, en tierra de nadie.

Su condición como deporte de dobles impide que pueda desarrollarse por el momento. Ni en fase 1, ni en fase 2. El sector tendría que esperar, de seguir así las cosas, a la demoninada 'nueva normalidad' (julio) para empezar a sacudirse el polvo, algo que federaciones y empresarios no están dispuestos a tolerar. El Ministerio de Sanidad, que redactó las normas, no tuvo en cuenta su particular naturaleza, condenándole por tratarse de un deporte a cuatro (las autoridades entienden que de equipo) sin mirar más allá. Así las cosas, mientras la raqueta del tenis, un juego con el que comparte parecidos, sí puede desenfundarse, los jugadores de pádel aguardan. Sus actores aseguran que se cumplen todas las medidas en cuanto a distanciamiento se refiere, pero continúan a oscuras, a expensas de que el CSD les aporte algo de luz.

Sin rentabilidad

Las demandas son claras: el pádel no es equiparable a otras activadades colectivas donde existe el contacto físico, por lo que su industria debe reactivarse cuanto antes para evitar el quiebre. Algunos clubes del territorio nacional que se encuentran en fase 1 ya han levantado la persiana, pero para peloteos de uno contra uno o clases individuales, algo que no es rentable: "De nada sirve agarrar a un determinado jugador profesional, por ponerte un ejemplo, y lanzarle bolas si a su lado no está su pareja habitual, con la que debe complementarse. No tiene sentido alguno y luego, las clases individuales para el aficionado medio o principiante son caras y hay personas que no pueden pagarlas. Normalmente se efectúan en grupo, de tal forma que la gran mayoría de interesados pueda acceder a la actividad. Puedes lanzar ofertas y bajar el precio, pero al final haces números y no compensa", cuenta a El Confidencial Horacio Álvarez, uno de los pioneros de este deporte en España, ex jugador profesional (y número uno), entrenador (llevó a los afamados Bela y Lima) y director de Novo Pádel y Pádel People, en la Comunidad de Madrid.

Álvarez aún no tiene permiso para abrir sus instalaciones, pues Madrid no ha cruzado fase, pero compañeros de otras provincias sí lo han hecho, desencantados. El avance a fase 2 no contempla modificaciones, hecho que pretenden cambiar para no alargar más la agonía. "Los clubes de pádel se sustentan gracias a las clases grupales. Un 60-70% de nuestros ingresos viene por ahí. Solo el 5 ó 10% de las clases son individuales, por los costes. El bocado restante, los alquileres para eventos o competiciones", afirma el argentino, afincado en nuestro país desde hace muchos años: "Interactuamos a través de una pelota, los jugadores se mueven en 200m2 y a una distancia entre ellos de entre dos y cinco metros. No hay contacto entre ellos, como mucho la celebración tras el punto. Vamos sobrados en relación superficie-aforo de personas en la pista. Además, en los clubes 'indoor' el techo suele estar a ocho metros de altura como mínimo, por lo que la circulación del aire es notoria. No pasa como en algunas tiendas de ropa que tienen un techo bajo y el aire está viciado. No entendemos por qué no podemos trabajar y otros sí".

placeholder El sector cree que se cumplen a la perfección todas las medidas de seguridad impuestas por el Gobierno
El sector cree que se cumplen a la perfección todas las medidas de seguridad impuestas por el Gobierno

La preocupación es palpable. Las federaciones territoriales han recogido cartas firmadas por sus clubes para tratar de convencer al CSD de que la solución es más sencilla de lo que parece. "Lo del aforo no se entiende. Es decir, limitan el uso deportivo de las pistas de pádel al 30% de su capacidad, proponiendo jugar en 5 pistas (200m2 x 5 pistas = 1.000m2) un total de 10 personas. Ahora, solo para pelotear uno contra uno o clases individuales, pero con respecto a los bares, aunque parezca increíble, esas mismas 10 personas pueden sentarse a tomar una cerveza en la terraza del propio club en unos 60m2. Vamos, que para practicar este deporte en malas condiciones se deben utilizar 1.000m2 y para tomarte algo con amigos 60m2 bastan", lamenta Álvarez, que tiene a cerca de 30 empleados en ERTE: "Con las ayudas que se prestan es imposible resistir. Más de la mitad de mis trabajadores aún no han cobrado estas prestaciones y yo sigo pagando los alquileres (los está renegociando), los seguros y las amortizaciones de capital, entre otras cosas. Me he acogido a los créditos ICO, como muchos, para que el golpe sea menos duro, pero con la intención de ponerme en marcha cuando antes. Ahora, si no puedo hacerlo pronto lo más normal es que mi economía colapse".

"Para practicar este deporte en malas condiciones y de forma individual se deben utilizar 1.000m2, pero para tomarte una cerveza con amigos 60m2 bastan"

La pelota, nunca mejor dicho, está en el tejado del CSD, que tarde o temprano tendrá que tomar cartas en el asunto. Ya intervino, recuerda el argentino, cuando la norma de la fase 1 dejaba en el aire qué pasaba con las instalaciones de pádel semicubiertas, pues solo diferenciaba entre las que estaban totalmente cerradas o no. Sin embargo, el órgano presidido por Irene Lozano no es el único responsable, las Comunidades Autónomas también tienen mucho que decir en este embrollo. "Yo solo sé que si no se abren los clubes no se venden palas, si no se vende material deportivo los jugadores no cobran los contratos, las empresas constructoras dejarán de construir si no hay demanda de terrenos y el consumo en los servicios de restauración en nuestras instalaciones caerá en picado por falta de público. Está todo relacionado y el pádel hoy en día es un sector muy potente, que genera empleo gracias a sus cuatro millones de practicantes en España. El movimiento que arrastra es como para hacernos caso. Solo pedimos más empatía. El Gobierno se mueve en la improvisación, no es criticar por criticar".

Se han perdido los meses prósperos

"Si no hay cambio de criterio para la fase 2 muchas empresas y familias dependientes de estos negocios van a sufrir la falta de ingresos y una situación muy crítica. Es necesario que el pádel pueda entrar en la siguiente fase en plena actividad, si no las consecuencias van a resultar irreparables para nuestro deporte", alertó la Federación en su web y redes tras cursar una petición a Sanidad para que la disciplina retome su actividad y modalidad de juego habituales en la fase 2, a las que algunas comunidades accederán este próximo lunes. "Esperamos una respuesta positiva, aunque yo mañana abro en condiciones normales, como las de antes, y soy deficitario porque ya he perdido los meses más rentables del año: marzo, abril, mayo y junio. No somos un deporte de doce meses, ni mucho menos", advierte Horacio Álvarez.

Mientras aguardan buenas nuevas, los clubes ya tienen preparadas una batería de medidas para garantizar la seguridad de los usuarios: "El protocolo lo tenemos hecho: tomas de temperatura, alcohol, demarcar todo el club con cintas para que se respeten los espacios, etc. Igual que entras a la farmacia con guantes y mascarilla, en la pista de pádel también. Luego, hay muchas más herramientas complementarias que se pueden llevar a cabo para evitar el riesgo lo máximo posible, como no permitir los intercambios de lado o el uso de bolas nuevas tras cada partido. Tenemos estructura para cumplir con lo encomendando. Todos necesitamos volver a trabajar, empezanzo por mí y mis empleados, pero también por los chicos profesionales a los que entreno, que están cansados de practicar solos en casa", concluye. Sin luz verde todavía, habrá que ver hasta qué punto se alarga el proceso. En una incertidumbre sin precedentes, el pádel ha pasado del cielo al inferno en apenas dos meses.

El pádel, uno de los deportes más populares de este país durante los últimos años, ante su peor momento histórico. La crisis sanitaria desatada por el coronavirus le está pasando factura y de qué manera. Mientras que otros deportes, tanto colectivos como individuales, empiezan a retomar progresivamente su actividad, el pádel sigue encadenado por culpa de una desescalada del Gobierno tan necesaria como incongruente. Mientras los futbolistas de nuestra Liga de fútbol empiezan a entrenarse de manera grupal y ciclistas, nadadores o atletas retoman su actividad en soledad, el mundo del pádel, tanto profesional como aficionado, sigue paralizado, en tierra de nadie.

Consejo Superior de Deportes (CSD) Ministerio de Sanidad Irene Lozano
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