"La confianza entre hermanas da asco, pero para eso trabajamos el aspecto psicológico"

Llevan más de siete años en el pádel profesional y aunque han ganado en muchas ciudades, hay en una que les haría especial ilusión a las gemelas Sánchez Alayeto. Esta semana el circuito World Padel Tour llega por primera vez a Zaragoza, y a Majo y a Mapi les gustaría levantar el trofeo de campeonas allí. Ellas siempre quieren ganar, pero hacerlo en su casa, en su ciudad natal y con las gradas repletas de su gente siempre es un plus, y sino que se lo digan a Paquito Navarro cuando lo hizo en Sevilla hace unas semanas. Debutan el jueves 27 de octubre a las 19:00 horas y lo afrontan "con muchísimas ganas e ilusión". "De hecho, desde que salió en el calendario que había una prueba en Zaragoza, estábamos deseando que llegase. Trataremos de que jugar en casa no sea una presión y gestionaremos los nervios lo mejor posible", explica Majo Sánchez Alayeto a El Confidencial.

"Contamos con que vamos a estar muy arropadas, porque ya nos han dicho que la afición se va a volcar. Entre familia y amigos van a llenar la mitad de las gradas y esperamos poder devolver ese cariño con nuestro juego". "No sería un fracaso no llegar a la final en Zaragoza, porque el circuito está superigualado y cualquiera de las cinco o seis parejas de arriba del ranking puede ganar cualquier partido", se sincera la gemela.

Precisamente ahí arriba del ranking, en el número uno, están desde hace unas semanas Marta Marrero y Alejandra Salazar, relegando a Mapi y Majo a la segunda posición. Todavía quedan dos torneos antes del Master Final que cierra la temporada, sin embargo, la pelea por el número uno del ranking aún sigue abierta. "Sabemos que es complicado recuperar el número uno porque el año pasado ganamos muchos torneos (7 de 10) y este año iba a ser difícil mantenerlo, porque a nada que hiciésemos un resultado un poquito peor en algún torneo ya íbamos a restar puntos. Muy mal se les tendría que dar a Marta y a Alejandra para poder recuperarlo nosotras. Están muy fuertes, pero el año que viene trataremos de volver ahí", explica Majo. Las gemelas suman 8210 puntos cada una, mientras que Marrero y Salazar tienen 9700 cada una.

A pesar de ese cambio en el ranking, Majo confiesa que "la rivalidad en el circuito es muy sana". "Fuera de la pista el trato es muy cordial e incluso podemos ir a cenar o comer con algunas, sin embargo, una vez dentro no somos amigas. Cada una quiere ganar su partido", afirma. El mismo buen ambiente que hay con sus rivales también existe entre ellas. "Es complicado jugar con tu hermana, pero tenemos una complicidad que no llegaríamos a tener con ninguna otra pareja. Es verdad que muchas veces la confianza da asco, pero para eso también trabajamos el aspecto psicológico, para saber tratarnos como pareja dentro de la pista, no como hermanas. Además, también ayuda que el trato fuera es superbueno, somos 7 hermanos, pero la conexión que tenemos nosotras es superespecial y por mucho que nos hayamos cabreado dentro de la pista, fuera se nos ha olvidado en el minuto uno".

"Tener un psicólogo es imprescindible en la elite"

Es llamativa esa importancia que cuenta Majo Sánchez Alayeto sobre el aspecto psicológico, ya que en muchas ocasiones deportistas de élite como por ejemplo Rafa Nadal o Garbiñe Muguruza han rechazado esa ayuda extra. "Para nosotras la preparación psicológica es tan importante o incluso más que la física o técnica. Desde que pusimos una psicóloga (Iciar Eraña) en nuestra vida, nuestra vida deportiva cambió a mejor. A estos niveles de alta competición es fundamental para saber cómo gestionar determinados momentos, cómo hablar a tu pareja en la pista o cómo afrontar una gran cantidad de partidos. Para mí es imprescindible si quieres estar en la elite".

A esa élite del pádel las gemelas Sánchez Alayeto llegaron por casualidad. Habían sido tenistas hasta las 19 años, llegando a ser campeonas de España de dobles en 2003, entre otros títulos, pero se saturaron y lo dejaron. Quién les iba a decir que cuatro años y una diplomatura de Trabajo Social después volverían a coger una raqueta, pero esta vez de pádel. "Un amigo nos dijo de probar y no nos gustó absolutamente nada, ya que estábamos muy perdidas encerradas entre cuatro paredes, pero poco a poco nos fue enganchando. Nos volvió a picar el gusanillo de la competición y pusimos toda la carne en el asador. Dejamos todo, nos fuimos a Madrid y hasta hoy", confiesa Majo.

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No les salió mal la apuesta, ya que se han convertido en uno de los referentes de un pádel femenino que está cada vez más en auge. "Está creciendo muchísimo. Cada vez damos más espectáculo y la gente disfruta con nuestros partidos, y eso se agradece porque nosotras entrenamos cada día duro para llenar las gradas", dice una Majo que espera que poco a poco se iguale en todos los ámbitos al pádel masculino. "Tenemos los mismos gastos que los chicos, pero como en muchos deportes, el femenino sale perjudicado. Nosotras hacemos lo posible para hacer más vistoso el pádel, nos dejamos la piel en cada entrenamiento y competición. Poco a poco van mejorando las cosas y estamos creciendo. Con el paso del tiempo y si vamos todos a una, al final se terminará igualando".

Mientras ese momento llega, Majo Sánchez Alayeto no duda en el sueño que le gustaría cumplir: "Me encantaría que el pádel fuera algún día olímpico y poder jugar unos Juegos". Sabiendo lo complicado que es a día de hoy eso, el objetivo a corto plazo es simple: "Trabajar bien cada día y disfrutar, porque eso es lo que se refleja en los torneos. Luego los resultados llegan o no, pero sabiendo que hemos hecho ese trabajo diario tenemos la conciencia tranquila", concluye.