La maravillosa lección del portero español de balonmano de la que habla todo el mundo
Gonzalo Pérez de Vargas evitó que el árbitro expulsara a un jugador sueco tras un lanzamiento de penalti en el que el balón pareció darle en la cara y él lo negó
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fe3d%2F91a%2F21e%2Fe3d91a21e7046e2d36bd9f4a0ab04b7b.jpg)
España se gana el respeto y la admiración en el Mundial de balonmano por el gesto de deportividad de Gonzalo Pérez de Vargas al revocar la decisión del árbitro de expulsar a un jugador rival. Un penalti que está dando la vuelta al mundo y que es el orgullo del deporte español por la reacción que tuvo el portero toledano y la humildad del árbitro para rectificar su decisión.
España estaba con el agua a cuello en el Unity Arena de Oslo, con un marcador de seis goles abajo (20-14) en el minuto 40 y el sueco Hampus Wanne se dispone a lanzar un penalti. El balón lo desvía Gonzalo Pérez de Vargas y el árbitro interpreta que el jugador sueco ha infringido la norma prohibida de disparar a la cara del portero. Saca la tarjeta roja y expulsa a Hampus Wanne. La reacción del portero español es ir rápidamente a explicarle al árbitro húngaro que el balón le pega primero en el brazo.
El efecto óptico le juega una mala pasada al árbitro y Gonzalo Pérez de Vargas no intenta sacar ventaja del error del colegiado. La imagen es la de un árbitro y el rival sueco dando las gracias al portero español por su honestidad y, por su puesto, la deportividad de no fingir algo que no había sucedido.
España acabó empatando (29-29) un partido complicado, ante un adversario competitivo, que le permite clasificarse para la segunda fase del Mundial y tener opciones para jugar los cuartos de final. Lo que queda, por encima de la remontada de los Hispanos, es la victoria del juego limpio del portero español.
🟥Gonzalo Pérez de Vargas perdona la roja al sueco Wanne tras afirmar que el lanzamiento no iba a la cabeza del portero. #HispanosRTVE #CRODENNOR2025
— Teledeporte (@teledeporte) January 20, 2025
📺Sigue el DIRECTO: https://t.co/fk4HCFLAt7 pic.twitter.com/DGQllWhS7d
El gesto tiene una enorme repercusión y se pone como ejemplo de valores que hace grande al balonmano y que, comparado con el deporte rey, habla mal de las triquiñuelas, engaños y trampas que se ven en el fútbol. "Por situaciones como esta, el balonmano es un deporte distinto. Estos son los valores que promulga nuestro deporte y que deben hacernos sentir orgulloso", declara Paco Blázquez García, presidente de la Federación Española de balonmano.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fc80%2F9eb%2F4a5%2Fc809eb4a53492ba56433d4783b75d7a3.jpg)
Hace pocos días hemos asistido a una pelea de barriobajeros en la Supercopa de España de fútbol que se ha disputado en Arabia Saudí. Una vergüenza. La semifinal entre el Real Madrid y Mallorca acabó con imágenes lamentables por los piques de los jugadores. Durante el partido, Maffeo intentó engañar al árbitro con una supuesta agresión de Vinícius. Una caída teatral y ridícula que retrató la antideportividad del jugador del Mallorca.
Los menosprecios de Gavi a un jugador del Getafe, diciéndole que se van a ir a Segunda división, como los que ha protagonizado Vinícius en Vallecas y Mestalla, son también ejemplos reprobables de lo que no debe ser el deporte limpio. El contraste con lo que ha sucedido en el España-Suecia, con la lección de Gonzalo Pérez de Vargas, sirve para reconciliarte con los valores deportivos.
España se gana el respeto y la admiración en el Mundial de balonmano por el gesto de deportividad de Gonzalo Pérez de Vargas al revocar la decisión del árbitro de expulsar a un jugador rival. Un penalti que está dando la vuelta al mundo y que es el orgullo del deporte español por la reacción que tuvo el portero toledano y la humildad del árbitro para rectificar su decisión.