"Ha visto el helicóptero y se ha venido arriba". Edgar Canet, el Verstappen del Dakar y los 'raids'
El debut del joven piloto catalán ha roto los esquemas por su singular talento y madurez en la prueba más dura del mundo, augurándole un futuro excepcional en la carrera y en el difícil mundo de los 'raids'
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Apareció el helicóptero en paralelo con su moto, a su vista Edgar Canet tiró de manillar y se marcó un largo caballito. Era tan solo el prólogo. Cuando se lo comentaban a Nani Roma, su descubridor y padrino, no pudo evitar el gesto resignado: "Ha visto el helicóptero, y se ha venido arriba…". Como el padre que no puede ya con las travesuras de su hijo.
El debutante del Dakar, efectivamente, se vino arriba, en todos los sentidos. Sin haber cumplido aún 20 años, con un debut inusual para los cánones del Dakar, Canet ha reventado las expectativas que despertaba al comienzo como piloto más joven del Dakar en moto.
Quienes le rodean desde hace años sabían de su excepcional talento, pero semejante madurez y resultado ha sorprendido incluso a aquellos, puede que hasta el mismo piloto. Que hubiera terminado anticipadamente y por los suelos resultaba hasta comprensible, como así ha ocurrido con los hoy grandes de la especialidad. "Cada día que llevo al campamento (de KTM) me aplauden", explicaba Canet. No era para menos.
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Tosha Shareina conseguía un fantástico segundo puesto y Canet se ha convertido el "Verstappen del Dakar y los raids". Con tal símil se entiende un talento excepcional, y la seguridad que destila en sus capacidades dentro de una precocidad inédita en la moto. Todo ello en el Dakar, disciplina donde la madurez y la experiencia son cruciales para rodar rápido y navegar bien en el desierto.
Como aquellos privilegiados que se sienten señalados con un dedo divino, Edgar Canet ha descubierto que el Dakar está en su mano. "Un día ganaré, seguro, aunque no sé cuándo…2000 y pico", confesaba estos días cuando se le preguntaba, con esa tranquila suficiencia de quien se sabe un elegido.
"El padre que tengo en el Dakar"
Roma se quedó asombrado cuando vio a ese chaval de 11 años sobre una montura de motocross que competía con su hijo Marc. Cuando se recuperan hoy las imágenes de aquel pequeñajo dominando una moto casi más grande que su cuerpo, se empieza a entender su excepcional talento. En el mundillo del motocross pronto se supo qué diamante se movía en los circuitos. Roma le tuteló, le guio con sus consejos y le puso ante los contactos adecuados
"Él es la persona que más me ha ayudado a nivel deportivo, a nivel personal, a nivel educativo, también, en todos los aspectos", explica Canet. "Y siempre que veía el Dakar era por él. Es como el padre que tengo en el Dakar, siempre me está ayudando en todo lo que puede".
Big smiles from @KTM_Racing's Rally 2 class winner Edgar Canet on the podium! 😁 #Dakar2025 #DakarInSaudi pic.twitter.com/veWOUKmbwa
— DAKAR RALLY (@dakar) January 17, 2025
Porque a Roma no le quedó otro remedio que asimilar el destino de su pupilo. "Cuando le dije que quería hacer rally raids, me dijo que estaba loco y que era un no". El doble campeón de moto y coche no quería para Canet los riesgos del desierto, pero el joven piloto llevaba tatuado en su corazón el Dakar y los raids como destino irreversible. Al igual que todo adolescente, pasó literalmente de su padre deportivo.
Tan pronto llegó a la mayoría de edad, se apuntó a un raid a escondidas. Conoció a Joan Barreda, uno de los pilotos más rápidos y con más victorias de etapa en la historia del Dakar. Con Barreda escribía su primer road book, a espaldas de Roma. Tras terminar su primer raid africano, sus padres quedaron inmediatamente avisados según llegó a casa: su vida iban a ser los raids.
Con la boca abierta
Entre Roma y Barreda hubo sus mosqueos por el joven. Aquel decidió que si no podía con el joven enemigo, mejor era unirse a él. Dirigió al chaval hacia Toni Viladoms, director deportivo de KTM. Con una moto de Rally2 de la marca, en 2024 Canet desembarcó en el Mundial de Raids. Dejó a todos con la boca abierta.
Le sobra descaro a Edgar Canet #Dakar pic.twitter.com/2LcZWTfrV2
— Iván Fernández (@fernischumi) January 6, 2025
En su debut en Portugal fue tercero en el prólogo (como en el Dakar), undécimo en la general y tercero en Rally2. En el Desafío Ruta 40 en Argentina, de nuevo undécimo absoluto y en Marruecos terminó séptimo, por delante de muchos veteranos. Sin graves caídas ni lesiones, y relativa exigua experiencia en la navegación.
Ante semejante descaro y desparpajo, todos los que rodeaban a Canet y KTM, Roma incluido, le tenían como el bebe a acunar en este Dakar, taladrándole la cabeza una y otra vez para que se limitara a rodar, no tener caídas, navegar. En definitiva, acabar el Dakar para conocer su dinámica y aprender para el futuro. Como con el caballito del helicóptero, el joven Edgar se vino arriba según avanzaba la prueba, con esa cara de niño que disfruta jugando con su pelota. Como Roma con el caballito, le daban por imposible
Espectacular sobre una moto
"Ir rápido en una moto es una habilidad ya adquirida y pienso que saldrá por sí sola en carrera", afirmaba Canet antes de debutar, amparándose en el elevado ritmo natural que le ha proporcionado el motocross. Así quedaba acreditado cuando se apreciaba su espectacular dominio sobre la moto en el desierto y las rocas, considerando su edad y experiencia, sorprendiendo por su extraordinario control natural, con margen cerebral para centrarse en la navegación.
El propio Canet reconocía que en algunas etapas se puso a distancia de los Sanders, Shareina y compañía, y que se sorprendía por poder seguirles el ritmo. Hubo despistes de navegación, como en la primera etapa, y un accidente en la quinta en la que Canet pensó que se había fracturado una mano. "Hoy no he soltado ninguna lágrima, pero sí hubo un día que lloré encima de la moto", confesaba en la meta del Dakar, cuando revelaba su peor momento en estas dos semanas. Hasta para caerse hubo suerte.
Edgar Canet is on fire in Rally 2, owning the category since the prologue with style and speed! 🔥
— DAKAR RALLY (@dakar) January 16, 2025
The Spaniard still holds a 34'52'' lead over Tobias Ebster, despite conceding a few minutes to the Austrian yesterday.
Romain Dumontier remains in pursuit, but his deficit now… pic.twitter.com/ynyBO2ROO7
"El día que me caí, porque cuando me subí a la moto sí que no sabía si podía continuar, sí que lo pasé mal durante veinte kilómetros, no sabía si llamar a qué me vinieran a buscar o no, lo pasé un poco mal y ahí sí me desfogué. Tuve que desfogarme, fue volver a empezar y creo que salió todo muy bien". Desde aquel día, rebotar como un muelle, y hacia arriba.
"Hoy hace cuatro años de ese 17 de enero en el que tuve un accidente haciendo motocross en el que me rompí cinco vértebras", contaba al terminar la prueba. "En ese momento no sabía si podía volver a andar o volver a subirme a una moto. Tuve que pasar por tres operaciones, y si ese Edgar pudiera charlar con el Edgar que soy yo, le diría que no se lo creería, que estaría muy orgulloso y que significa que todo el trabajo que he hecho durante estos cuatro años han valido la pena".
El debutante y benjamín del Dakar terminó ocho etapas entre los diez primeros, octavo absoluto de la general, con media hora de ventaja con su triunfo en Rally2, superando a pilotos de la categoría con varios años de experiencia. Ha llegado una estrella fulgurante al Dakar y al mundo de los Rallies. Como aquel Verstappen de sus comienzos de la Fórmula 1. Cuestión de tiempo.
Apareció el helicóptero en paralelo con su moto, a su vista Edgar Canet tiró de manillar y se marcó un largo caballito. Era tan solo el prólogo. Cuando se lo comentaban a Nani Roma, su descubridor y padrino, no pudo evitar el gesto resignado: "Ha visto el helicóptero, y se ha venido arriba…". Como el padre que no puede ya con las travesuras de su hijo.