"Antes partido que doblado": así volvió a ganar Nani Roma en el Dakar diez años después

3.655 días, el equivalente a diez años y dos días, ha tardado Nani Roma en volver a ganar una etapa en el Dakar. El catalán y su copiloto, Álex Haro, daban la primera victoria al proyecto de Ford en el Dakar. Si alguien merecía tal privilegio, era el propio Roma. Hubo lágrimas, quizás también perlas, que nacían de los golpes del destino y de la vida que ha recibido Roma y su familia en los dos últimos años.

El Dakar exprime las emociones tan al límite como lleva a sus participantes física y mentalmente en la carrera. Una escuela de la vida también y brújula de ruta acumulada por las experiencias desde que Roma llegó al Dakar, allá por finales de los noventa.

"Un día como hoy hace olvidar todo el resto", declaraba un emocionado Roma al terminar en Shubaytah. Un duro cáncer y el accidente de motocross de su hijo Marc han jalonado su dramático camino esos dos años, hasta llegar a esa merecida victoria de alto octanaje emocional del pasado miércoles. "¿Por qué volver al Dakar? Porque esto (el triunfo) compensa todo lo demás".

"Te voy a joder, tumor"

Roma empezó a sentir un extraño dolor a mediados de 2022: cáncer de vejiga. De extraordinaria condición física, ejercicio constante y vida sana, relativamente joven, el mazazo hizo tambalearse a Roma quien, acostumbrado a todo tipo de desafíos, afrontaba ahora su futuro sin ningún tipo de referencias. Un durísimo tratamiento le obligó a explorar en lo más profundo de su mente de deportista curtido.

"Yo estaba muy enfadado con lo que me pasaba, con el tumor. Te preguntas mil veces por qué te ha tocado a ti. Estaba muy cabreado contra el tumor. Lo comparo con el deporte. A tus rivales quieres ganarlos a toda costa", contaba en su día el propio Roma a El Confidencial. "Y esto lo hice con el tumor".

"¿Que tengo que aguantar el dolor? Pues te voy a joder, tumor". Te lo juro. Era mi día a día: 'Vale, tú me has jodido, pero tú espérate'. Esto es lo que he hecho, he intentado darle fuerte y que no me pudiera esto. Al final, el efecto de la quimio fue muy bueno, el sufrimiento valió la pena". Pero el sufrimiento fue enorme, la quimioterapia puso a prueba a quien las había pasado de todos los colores en el Dakar.

Ford viene en su busca

Roma se recuperó del cáncer y las revisiones periódicas confirman que sigue a raya. En lo profesional, pagó un precio. Prodrive, la estructura con la que competía en el Dakar, a la que había contribuido desde el nacimiento del proyecto, decidió no renovar el contrato. El catalán se quedaba en el limbo.

Con el de 2025, Nani Roma ha competido en 28 Dakares. Es uno de los tres pilotos de la historia que ha ganado en coche y moto. Su extraordinaria experiencia y un espíritu generoso y apasionado no pasaron desapercibidos para Ford que, a través de M-Sport, volvía a la competición al Dakar y la Fórmula 1. Fue fichado para iniciar el proyecto desde cero. En 2024, participó como conejillo de indias para que la estructura británica conociera la experiencia del Dakar sobre el terreno.

Roma pasó incontables horas en la sede del equipo, en Cumbria. El Raptor era tan solo un boceto virtual en los ordenadores. Roma les acompañó en el proceso de crear una máquina que tuviera en cuenta el factor humano al volante en su creación. Horas y horas de pruebas en un circuito privado de M-Sport, luego en el desierto. Horas interminables.

"Los diseñadores tienen una perspectiva muy alejada de lo que es competir. Un ingeniero te hace un coche perfecto de centro de gravedad, a nivel de reparto de pesos, pero siempre, siempre, se olvida que hay un piloto y un copiloto dentro", explica el propio Roma. "Siempre les digo: 'Aunque creas que tu coche es rápido, si a final de etapa estoy cansado, seré más lento. Por tanto, vamos a empezar por aquí'". Su trabajo fue crucial hasta la llegada de Carlos Sainz.

"Para quien es padre..."

Sin embargo, otra tragedia, quizás más cruel y dolorosa, golpeó a la familia. Marc, el hijo de Nani y Rosa, lleva la moto en la sangre, no podía ser de otra forma con semejantes progenitores, ambos Dakarianos. Pero el 11 de mayo, un accidente en el Campeonato de Europa de Motocross en Lugo provocó una lesión de vértebras en Marc y una paraplejia que le ha dejado en silla de ruedas. "Si te ocurre a ti... pero cuando le ocurre a tu hijo, para quien es padre, tú sabes lo que significa, ¿verdad, Javier…?". Donde más duele.

"Ha habido momentos malos, los hay, pero Marc es un fenómeno…", te cuenta el propio Roma cuando reflexiona ante el brutal impacto del accidente de su hijo y el proceso de rehabilitación que está siguiendo. Una nueva vida en la que toda la familia se ha volcado. Recientemente, Marc ha emprendido un programa de rehabilitación con un costosísimo y sofisticado exoesqueleto que le ha permitido ponerse de pie y mover las piernas.

Durante semejante proceso, Roma ha sabido compartimentar la dura experiencia familiar y el intenso trabajo con Ford. La cúpula de la multinacional americana se volcó en su apoyo, hasta extremos que le dejaron sorprendido.

La doble victoria

La victoria del miércoles era muy buscada por Roma, Álex y todo el equipo en esa etapa concreta, la primera en el desierto del Empty Qarter y la última flecha. Antes, la carrera también se había mostrado cruel con la pareja española. En la etapa de 48 horas, recién iniciado el Dakar, se rompía el motor de su Raptor. Pudo seguir en carrera, pero fuera de clasificación y como de mochilero de los dos Ford restantes. Días más tarde, otro vehículo que llegaba en sentido contrario provocó un accidente que destrozaba su montura. Ninguna recompensa para tanto esfuerzo en semejante paréntesis vital. Hasta el miércoles.

"Tengo dos prioridades, ganar con Ford, y mi hijo", proclamaba a los cuatro vientos antes de empezar la prueba. No será en el Dakar, pero sí la primera victoria para Ford. Un triunfo que valía por dos. "Es una victoria para Marc, Rosa y para las niñas, Abril y Julia, que están en casas trabajando duro. Marc está trabajando muy duro y esta victoria también es parte de ellos".