La incógnita del 'GOAT' Sebastian Loeb o cuando ganar el Dakar es como coser una piedra
Tras nueve participaciones, el destino de Loeb en el Dakar sigue tercamente en contra. Por unas razones y otras, se escapa la victoria a uno de los mejores de todos los tiempos
Juha Kankkunen, Ari Vatanen, Bruno Saby, Nasser Al Attiyah, Carlos Sainz… Todos comparten su participación en el Mundial de Rallies y la victoria en el Dakar. Sin embargo, el GOAT, el mejor palmarés de todos los tiempos, repite abandono en su noveno intento.
El Dakar se resiste a Sebastian Loeb, a pesar de un talento sublime y su gran polivalencia en cualquier tipo de coches de carreras. Con nueve títulos en el Mundial de Rallies, la victoria en pruebas en diferentes superficies (Mil Lagos, Suecia, Montecarlo…) y un segundo puesto en las 24 Horas de Le Mans… El Touareg sigue rechazándole.
El Dakar parece ya como coser una piedra para uno de los mejores de todos los tiempos. ¿Son su carácter como piloto y habilidades las que se vuelven en contra? ¿O son los dioses del Dakar y de la fortuna quienes con sus infinitas trampas se confabulan para negarle sus favores?
🚘 After Carlos Sainz, Sébastien Loeb had to abandon. How’s your team holding up on #RaceToWinByAramco?
— DAKAR RALLY (@dakar) January 8, 2025
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El mantra que no sale
Cuando Sainz salía del Mundial de Rallies, llegaba Loeb para ganar nueve títulos consecutivos. El español debutó en 2006 en el Dakar y lo ganó cuatro años más tarde. El francés aterrizó en 2016 con Peugeot, compartiendo equipo con el español. Sainz dejó al fabricante francés con un triunfo, a diferencia de Loeb, quien también estuvo tres años. Hasta hoy.
En sus nueve participaciones Loeb ha sufrido al menos cuatro accidentes, a pesar de que se le cuentan con los dedos de una mano sus errores en el Mundial de Rallies. En 2025 se marcha por otro golpe, aunque obligado por una decisión de la FIA cuestionada por el piloto y por Dacia que ha apelado el miércoles contra su exclusión.
"Es importante pilotar con inteligencia, no perder demasiado tiempo y no correr demasiados riesgos". Loeb se repetía el mantra del Dakar antes de empezar, consciente de la fórmula para ganar, pero tan difícil de aplicar. De extraordinario talento natural para el pilotaje, apasionado por conducir y la competición como un Sainz o un Alonso, algo debe estar fallando en Loeb para que el Dakar se le resista tan enconadamente.
😱 Here is how @SebastienLoeb and @FabianLurquin crashed earlier on Stage 3. Fortunately they managed to get back on track. 🚘
— DAKAR RALLY (@dakar) January 7, 2025
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Los fosos de cocodrilos
Ciertamente, el Dakar es la prueba más compleja del automovilismo deportivo. Por su dureza y la infinidad de factores fuera de control, emboscados para golpear durante dos largas semanas de cansancio acumulado, en todo tipo de terrenos y condiciones. Errores de piloto, de copiloto y navegación, fiabilidad mecánica, fallos de preparación o logísticos del equipo, condiciones ambientales, trampas imprevistas del recorrido (como a Sainz en 2009), incluso la mera mala fortuna… Son infinidad los fosos de cocodrilos en los que caer en el Dakar.
Quizás todos se están cebado sin respiro con el mismo piloto durante estos años, Los Peterhansel, Sainz, Al Attiyah y compañía han sufrido las mismas dosis en un momento u otro, pero con respiro, y tienen su Touareg. Loeb ya acumula estadísticas para especular con algún patrón personal que le impide ganar el Dakar.
Tímido y reservado, verdadera antiestrella a pesar de su condición de leyenda, fácil de trabajar con él a decir de sus mecánicos de Dacia, su enfoque es sencillo y directo: solo quiere estar a bordo de un coche de carreras, y ganar. Además de aplastar en el Mundial de Rallies, no ha tenido reparo en probar, como Alonso, cualquier "bicho" de carreras.
Terminó segundo en las 24 Horas de Le Mans en 2006, e incluso se planteó tentar con Toro Rosso en la Fórmula 1 en 2010, apoyado por Red Bull, aunque la FIA le denegó la superlicencia. Ha ganado en campeonato de turismos, y hasta la Carrera de Campeones batiendo a Sebastian Vettel. Puede y se atreve con cualquier volante y cuatro ruedas. Tras sus victorias, en ocasiones se marca mortales en el aire, recordando sus tiempos juveniles de gimnasta.
Del 95% para arriba
Loeb no ha competido con tantos proyectos oficiales como Sainz (cuatro) pero en los últimos años lo hacía con Prodrive, la estructura elegida por Dacia para su programa dakariano. Su palmarés es brillante en la prueba, con 28 victorias de etapa, y cinco podios en nueve participaciones, cuatro en los últimos cinco Dakares. Por qué no llega ese paso final es la gran incógnita.
En su afán por esa última vuelta de tuerca, Loeb incluso se deshizo hace dos años de su fiel Daniel Elena, su copiloto y amigo de juventud, porque ya carecía de la intensidad y concentración necesaria para el Dakar. Prodrive le puso sobre la mesa los datos y le obligó a elegir. Despidió a Elena.
El pilotaje de alta competición requiere una singular condición mental y física, un cableado cerebral que, en el caso de los grandes, es algo más que aprendizaje y experiencia. Dotados con un cerebro singular, además de disciplina y ética profesional, es indudable que Loeb ha sido bendecido por los dioses en este sentido, aunque no por los del Dakar, se está constatando.
En sus tiempos mundialistas, Loeb explicaba que necesitaba rendir en la horquilla del 95 a casi el 100% de su concentración y capacidad cerebral. Una intensidad que quizás salta con blips y cortocircuitos puntuales en largas etapas y horas de competición, durante días seguidos. Fallos que suelen resultar letales para el conjunto de la prueba. En el accidente de la tercera etapa reconocía que "iba muy despacio" y sin atacar.
En ocasiones, se escuchaba al propio Loeb echar pestes de los raids ante los micrófonos que se le acercaban junto a su coche pinchado, averiado o destrozado. Como si esta disciplina no encajaran en ese cerebro de alta intensidad al que cuesta mantenerla frente a los múltiples obstáculos que la carrera arroja cada día a quienes quieren conquistarla.
¿Es el Dakar una prueba para uno de los mejores pilotos de la historia del automovilismo deportivo? Con 50 años, tiene enfrente el ejemplo de Carlos Sainz, quien avisa que volverá con Ford en 2026. Llegará el momento de la victoria para Sebastian Loeb. Los dioses del Dakar dejarán algún día de tomarla con él.
Juha Kankkunen, Ari Vatanen, Bruno Saby, Nasser Al Attiyah, Carlos Sainz… Todos comparten su participación en el Mundial de Rallies y la victoria en el Dakar. Sin embargo, el GOAT, el mejor palmarés de todos los tiempos, repite abandono en su noveno intento.
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