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Tras cada gran piñazo, la victoria: así responde Carlos Sainz a los infortunios del Dakar
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EL dolor del Dakar

Tras cada gran piñazo, la victoria: así responde Carlos Sainz a los infortunios del Dakar

Sainz se despidió del Dakar a las primeras de cambio un año después de llevarse el título. Este es un repaso a sus logros, pero también a sus caídas, en la prueba más dura

Foto: Sainz y Cruz, con el Ford accidentado, al que no se permitió continuar (- Photo Frédéric Le Floc'h)
Sainz y Cruz, con el Ford accidentado, al que no se permitió continuar (- Photo Frédéric Le Floc'h)

“Me encuentro muy, muy decepcionado, es una de las grandes decepciones de mi carrera, pero, al final, peino canas, y sé que las carreras son así, unas veces salen como uno quiere y otras no, es cuestión de detalles”. Un año después de su última victoria en el Dakar, Carlos Sainz ha revisitado el lado oscuro del Dakar, ese que tantas le ha engullido en la prueba más dura del mundo.

“No os podéis imaginar el disgusto, la decepción, solo dos días de carrera, y a casa…” se lamentaba el español en su video lanzado en las redes sociales para explicar su retirada.

“Tengo un gran ejemplo en casa con mi padre, que sigue ganando Dakares a los 61 o 62 años, así que sé lo que se necesita para tener en casa a alguien que todavía tiene hambre y está muy motivado por lo que hace, mi padre es un ejemplo perfecto. No pueden vivir sin competir”, comentaba Sainz hijo en el pasado Gran Premio de Estados Unidos, expresando en pocas palabras las claves de esa incombustible motivación de Sainz senior.

“Mi padre se despierta todos los días pensando en sus amortiguadores del Dakar, y sus neumáticos, y su equipo... Llama a su ingeniero todos los días. Y tiene 62 años. Podría estar en casa relajándose, jugando al golf conmigo. Pero todavía decide coger tres aviones para llegar a Marruecos en mitad de la noche, para probar, durante 24 horas un coche en medio del desierto, y alojarse en hoteles no muy buenos”.

Sainz las ha vivido de todos los colores en el Dakar, con momentos propicios para reconsiderar su continuidad en un deporte de riesgo y secuelas físicas, como ha sido su caso. Aunque con sus antecedentes, seguro que Sainz volverá en 2026 para el segundo año de su contrato con Ford. Porque, además, de sus cuatro victorias en el Dakar, tres fueron precedidas de grandes 'piñazos'. ¿Se repetirá la historia con Ford?

Perder un Dakar en las manos

Sainz ya había avisado que en la etapa de 48 horas del presente Dakar “ocurriría algo al cien por cien”. Le tocó a él y a Lucas Cruz. “Rodando a 20 km/h” al pasar una duna de gran corte, su Raptor volcó. La FIA no dejó seguir por el estado de las barras de seguridad, aunque el equipo aseguraba que era posible repararlas. Además, se resintió de las goteras que arrastra en la espalda después de décadas de competición y accidentes.

Sainz cuenta con un amplio historial de incidentes desde que debutara en el Dakar en 2006. Uno de los más espectaculares tuvo lugar en 2009, con Volkswagen. Cuando lideraba la prueba en Argentina con casi media hora de ventaja, y tras ganar seis de las diez etapas celebradas hasta el momento. Con su primera victoria en la mano, su montura salió por los aires en un cauce seco no señalizado y se precipitó al fondo, cinco metros más abajo.

Su copiloto Michel Perin se lastimó en un omoplato un poquito hacia la derecha, pero ya lo teníamos perfectamente localizado. El BMW del piloto ruso Leonid Novitskiy que venía a continuación, se quedó con las ruedas delanteras colgando del terraplén, y casi fue detrás Nani Roma. Esos “pequeños detalles” , en aquella ocasión una mala indicación del libro de ruta. Al año siguiente lograba su primer Dakar.

Más bizarro fue el accidente de 2014 en Sudamérica cuando competía con un buggie de SMG. Al ir justo de gasolina su montura, Sainz se desviaba para repostar. Fuera de carrera, se salió de la carretera cuando se ajustaba el cinturón de seguridad y sin casco. Había ajustado la velocidad a crucero de 115 km/h para cumplir con los límites de velocidad. De repente, llegó un cambio de rasante y, al levantar la vista, se comió la curva que venía a continuación. Tres vueltas de campana y magulladuras, algunos cortes, y un golpe en la cabeza al no llevar el casco. Hubo suerte.

Las vueltas de campana con Peugeot

Más violento aún fue el accidente de 2015 en la etapa chilena que unía Copiapó y Antofagasta. Era el primer año con Peugeot —después de 25 de ausencia— con el 2008 DKR de línea técnica que le disgustaba profundamente. En el polvo que dejaba un quad no vio una piedra que hizo volcar su montura, y Sainz y Cruz dieron cinco vueltas de campana.

Por aquel entonces contaba con 52 años. El tiempo confirmaría después la cuerda que todavía alimentaba al español, vista su trayectoria desde entonces. Peugeot desestimó el concepto del 2008 para la siguiente edición.

En 2017, cerca de la localidad boliviana de Tupiza, Sainz y Cruz sufrían en la cuarta etapa otro impactante accidente. En aquellos momentos eran líderes virtuales del Dakar. Atacando en los kilómetros finales de la etapa, el 3008 DKR de la pareja española llegó demasiado rápido a una curva tras una rápida bajada, se cruzó al frenar, y salió volando para vueltas de campana más de diez metros de barranco, salvándose milagrosamente dos espectadores pegados a la pista. El Peugeot quedó totalmente destrozado. Al año siguiente, ganó el Dakar con la marca francesa.

Dolor de espalda, y de orgullo

Sainz ganaba etapas en cada edición desde 2006. Llegaría el mayor desafío tecnológico para el Dakar con el proyecto de Audi y su RS Q e-tron híbrido. La primera victoria de etapa de una montura eléctrica también fue de la pareja española. Era el primer año de Audi, y tras una jornada aciaga, Sainz se desafió a sí mismo: “Por mis cojones mañana ganamos la etapa”, declaraba al terminar aquella jornada. Ganó.

Aunque al año siguiente se produjo uno de sus peores accidentes dakarianos cuando, al salir de una duna, el aterrizaje terminó en vuelco. El chasis de carbono del Audi no ayudaba a sus tripulantes. En otro accidente del equipo, Sainz se había encontrado inconsciente a su compañero de equipo, Stephane Peterhansel. El español fue evacuado en helicóptero, aunque pidió que le devolvieran al lugar del accidente para llevar el coche al campamento. Sin embargo, el español había sufrido una fractura de vértebras, aunque se libraría de pasar por el quirófano.

placeholder Sainz, tras su accidente en el Dakar de 2023. Ganaría al año siguiente (REUTERS Hamad I Mohammed)
Sainz, tras su accidente en el Dakar de 2023. Ganaría al año siguiente (REUTERS Hamad I Mohammed)

¿Retirarse a sus 61 años? Al siguiente volvió para el último del proyecto de Audi. Logró su cuarta victoria, se batía a sí mismo en el récord de veteranía, y llevaba al triunfo los cuatro proyectos oficiales con los que ha participado en el Dakar (Volkswagen, Peugeot, Mini y Audi).

¿Retirarse a los 62 años? Venga, hombre. Sainz aceptó la oferta de Ford para el Dakar, cuyo primer capítulo ha terminado en accidente y abandono forzoso. Con dolores de espalda, aunque más en el orgullo y el plano moral por no poder completar la carrera y adquirir más experiencia con el Raptor.

“En todo caso, súper motivado para volver al año que viene más fuertes, y tratar de conseguir la victoria con esta marca, con Ford”, declaraba al anunciar su retirada del presente Dakar. Ya dió la respuesta. "Hasta el 2026, Dakar", se reafirmaba nuevamente un día más tarde. De cumplir con la tradición, en 2026 tocaría la victoria.

“Me encuentro muy, muy decepcionado, es una de las grandes decepciones de mi carrera, pero, al final, peino canas, y sé que las carreras son así, unas veces salen como uno quiere y otras no, es cuestión de detalles”. Un año después de su última victoria en el Dakar, Carlos Sainz ha revisitado el lado oscuro del Dakar, ese que tantas le ha engullido en la prueba más dura del mundo.

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