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Las verdades sobre el deporte español que Javier Gómez-Navarro no quiso llevarse a la tumba
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PRESIDENTE DEL CSD ENTRE 1987 Y 1993

Las verdades sobre el deporte español que Javier Gómez-Navarro no quiso llevarse a la tumba

Hace un mes, este "reformista", considerado el artífice de los éxitos logrados en Barcelona 92, hizo unas declaraciones sobre la situación actual que ya forman parte de su legado

Foto: Javier Gómez Navarro, en una foto de archivo. (EFE)
Javier Gómez Navarro, en una foto de archivo. (EFE)

En plena resaca de los Juegos Olímpicos de París, en los que España no logró el cacareado objetivo de superar las 22 medallas de Barcelona '92, Javier Gómez-Navarro, precisamente uno de los grandes responsables de aquel éxito, falleció a los 78 años de edad. Secretario de Estado para el Deporte entre 1987 y 1993, quienes le trataron de cerca creen que, "por su capacidad de diálogo, inteligencia y buen hacer, es de justicia identificarle como el reformista del deporte español".

No en vano, durante los años que estuvo al frente del Consejo Superior de Deportes (CSD) —los mismos en los que Sánchez suma cinco presidentas y presidentes—, también se elaboró la Ley del Deporte de 1990, la cual sirvió para que por vez primera se diera a esta materia la importancia social y económica que tiene, así como crear un marco jurídico que huía del excesivo protagonismo público, sin abdicar de la responsabilidad de ordenar un sector de la vida colectiva cuya notoriedad crecía día a día.

A diferencia de lo sucedido con la nueva Ley del Deporte, la de Gómez-Navarro trajo un ordenamiento que supo diferenciar y conciliar el deporte profesional y el no profesional. Sin quebrar el mundo federativo y otorgando autonomía funcional a las Ligas profesionales. Conciliando la actividad deportiva del ciudadano, lúdica, con fines educativos y sanitarios, con la organizada a través de las diferentes estructuras asociativas: federaciones, clubes y ligas.

Foto: Pedro Sánchez, junto a Alejandro Blanco, en París. (EPA/Chema Moya)

Suyo fue también el conocido Programa ADO, que, en colaboración con Carlos Ferrer Salat, el entonces presidente del Comité Olímpico Español (COE), nació con el objetivo de ayudar a los deportistas de alto nivel, premiar sus resultados y, tal y como quedó demostrado en los Juegos de Barcelona 1992, llevar al deporte español a los mejores resultados olímpicos de su historia. Normal que haya quien opine que "Gómez-Navarro fue un soplo de modernidad", algo que tanta falta haría ahora.

Considerado un "reformista", a él se debe la Ley del Deporte de 1990 y el Programa ADO, clave del éxito de Barcelona 92 y actualmente agotado

Pero hay más. Con el madrileño se crearon la Comisión Nacional contra la Violencia en el Deporte, la Comisión Nacional Antidopaje, cinco nuevas facultades de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF) y, en colaboración con las comunidades autónomas, diputaciones y ayuntamientos, numerosas instalaciones deportivas, fundamentales para el crecimiento del deporte escolar. Todo esto contribuyó al despegue del deporte español, sumido, salvo excepciones, en la mediocridad.

placeholder Javier Gómez-Navarro, a la salida de una reunión con Felipe González. (Sergio Beleña)
Javier Gómez-Navarro, a la salida de una reunión con Felipe González. (Sergio Beleña)

Sus últimas palabras, dignas de ser escuchadas

Hace poco más de un mes, Gómez-Navarro habló con el diario ABC a raíz de unas declaraciones de Eufemiano Fuentes a una cadena alemana, en las que acusaba al Gobierno español de haberle dicho "haz lo que tengas que hacer, pero en Barcelona queremos medallas". Aunque, como el propio Javier matizó, "no dice quién le dijo eso", se dio por aludido, pues "el responsable de la política deportiva del Gobierno era yo y eso es absolutamente falso". "Como el 90% de las cosas que dice Eufemiano, a quien yo no he visto en mi vida y ha sido una persona pringada en el dopaje", añadió.

Gómez-Navarro no tuvo ningún reparo en desmentir las graves acusaciones de Eufemiano Fuentes, "una persona pringada por el dopaje"

Como quiera que la mencionada entrevista tuvo lugar a pocos días de los recientes Juegos Olímpicos, el difunto Gómez-Navarro también fue preguntado por ellos y la machacona idea de que podían superarse las 22 medallas logradas en 1992. "El éxito de Barcelona fue, sobre todo, por el número de oros", comentó el madrileño, para añadir que ese botín "no se va a volver a conseguir nunca. Entre otras cosas, porque ahora hay más países participantes y con alto nivel deportivo". Dicho y hecho. En París, España solo pudo ganar 5 medallas de oro, las mismas que en Atlanta 1996 y Pekín 2008.

"El Programa ADO hay que actualizarlo, pues se ha quedado viejo y RTVE ya no es un monopolio", comentó en vísperas de los Juegos de París

Sobre su gestión al frente del CSD, lo que más destacó el madrileño fue "dar al deporte la importancia que tiene". "Fuimos conscientes de que el deporte tiene un impacto social enorme y moviliza a la gente. Nos dimos cuenta de que el Estado tenía que participar en el deporte profesional. Así, Ferrer Salat y yo creamos el Programa ADO, las empresas se involucraron y fue un éxito", explicó, para a continuación dejar un recado a navegantes: "Ahora hay que actualizarlo, pues se ha quedado viejo y RTVE ya no es un monopolio".

"A Sánchez el deporte le importa un carajo. Lleva cinco o seis presidentes del CSD. Tengo mala opinión de él, no soy sanchista", llegó a decir

"Cuando el deporte español habla de Javier Gómez-Navarro, todo el mundo, sea del color que sea, se pone de pie y firmes. Se lo ganó en activo y se lo ha ganado cuando revisamos la historia del deporte español". Aunque evidentemente fueron muchas las condolencias tras conocerse su fallecimiento, sirvan estas líneas de su tocayo Javier Lozano, presidente de la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS), para poner en valor a quien se pone a la altura de Juan Antonio Samaranch padre.

placeholder Pedro Sánchez, junto al presidente del COE en París. (EFE/Chema Moya)
Pedro Sánchez, junto al presidente del COE en París. (EFE/Chema Moya)

"En pleno debate existencial sobre qué hacer con el deporte español para despegarse de una vez de las excusas de supervivientes profesionales, resulta que la fórmula de la Coca-Cola ya la inventaron otros y solo tenemos que copiarla con la actualización pertinente", escribe Lozano, para añadir que "si prevaleciera la humildad ante el postureo y la soberbia, aprenderíamos de los que saben para hacer que el cohete volviera a despegar".

"En mi época, el Consejo Superior de Deportes era una institución fundamental, pero ahora es marginal. No pinta nada", fue su última sentencia

En esta línea, volviendo a la citada entrevista con ABC, Gómez-Navarro no tuvo pelos en la lengua para opinar sobre la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez en materia deportiva. "No se está ocupando en absoluto del deporte porque es un tema que le importa un carajo. Yo tengo mala opinión de Pedro Sánchez, no soy sanchista. En los años que lleva, ha habido cinco o seis —normal que perdiera la cuenta— presidentes del Consejo Superior de Deportes, lo que indica que no hay política deportiva".

"Cuando el deporte español habla de Gómez-Navarro, todo el mundo, sea del color que sea, se pone de pie y firmes", asegura Javier Lozano

"En mi época, era una institución fundamental, pero ahora es marginal. No pinta nada. Hoy nadie cuenta con el Consejo. En nuestra época, teníamos allí todos los días 10 o 15 periodistas... ¿Por qué? Porque las noticias se generaban allí", sentenció el que se considera uno, si no el mejor, secretario de Estado para el Deporte que ha tenido España, cuyo último servicio son unas declaraciones que sin duda forman parte de su legado. Para los que las quieran escuchar, claro está. Descansa en paz, Javier.

En plena resaca de los Juegos Olímpicos de París, en los que España no logró el cacareado objetivo de superar las 22 medallas de Barcelona '92, Javier Gómez-Navarro, precisamente uno de los grandes responsables de aquel éxito, falleció a los 78 años de edad. Secretario de Estado para el Deporte entre 1987 y 1993, quienes le trataron de cerca creen que, "por su capacidad de diálogo, inteligencia y buen hacer, es de justicia identificarle como el reformista del deporte español".

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