La lucha por lograr el monopolio del talento joven: así funciona el negocio de la NCAA
La promotora de estas competiciones factura 1.300 millones de dólares, a los que hay que sumar el llamado 'Power Five', que ingresan más de 3.550 millones
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El deporte universitario afronta la que, probablemente, sea la etapa más transformadora de su historia. Todo su modelo ha sido puesto en jaque tras la implantación del programa NIL y el último acuerdo judicial que pone fin a la figura del atleta-estudiante para ser considerados profesionales con derecho a cobrar por competir para su universidad y ceder su imagen.
Entender el sistema de la NCAA, sin embargo, es mucho más complejo, tanto en la articulación de su negocio, que ronda los 1.300 millones de dólares (1.202 millones de euros), como en la correlación de fuerzas con el denominado Power Five, las cinco grandes conferencias en las que juegan las principales universidades, con capacidad incluso para vender sus derechos audiovisuales de forma autónoma. Así se explica que estas cinco conferencias casi tripliquen en facturación a la propia NCAA, con un negocio que ya superaba los 3.550 millones de dólares (3.250 millones de euros) en 2023.
La NCAA se divide entre diferentes conferencias y grupos. El Power Five es el que genera el grueso de los ingresos, principalmente con el fútbol americano. Estas cinco divisiones son el Pac-12, Big Ten, ACC, SEC y el Big 12. Cada conferencia tiene el control total sobre su negocio, vende sus propios derechos audiovisuales y fija el reparto económico. Incluso compiten unas con otras para atraer a las mejores universidades, hasta el punto de dinamitar la estructura deportiva y comercial de sus rivales con estos movimientos.
*Artículo publicado originalmente en 2Playbook.com
Es precisamente lo que ha sucedido en el Pac-12 en los últimos años. De los doce integrantes, solamente se quedaron dos —Oregon State y Washington State— tras ser incapaces de alcanzar un consenso sobre la venta del siguiente ciclo audiovisual. Como resultado, ACC, Big Ten, y Big 12 sumaron nuevos miembros y pudieron revalorizar sus propios derechos. Es una dinámica habitual en la NCAA. También sucedió cuando Texas y Oklahoma dejaron el Big 12 para unirse al SEC después de que esta conferencia firmara un mega-contrato audiovisual con ESPN por 3.000 millones de dólares (2.775 millones de euros) en diez años. Los cambios, eso sí, deben ser aprobados por más de un 70% de los miembros de la conferencia a la que se adhieren.
Esta estructura es la que explica por qué el Power Five triplica la facturación de la NCAA. La liga, como gestora, cerró 2023 con unos ingresos de 1.280 millones de dólares (1.172 millones de euros). Su principal fuente son los ingresos audiovisuales y la organización de los campeonatos, por los que cobra un fee a universidades y conferencias. También tiene inversiones inmobiliarias o en otras empresas que le reportan ingresos adicionales, aunque menos relevantes.
El grueso de su facturación lo aporta la explotación del March Madness, el torneo con el que culmina la temporada y que genera en torno a 900 millones de dólares (826,7 millones de euros) anuales. Ahora bien, la organización reparte el 90% de los ingresos totales entre las 363 universidades de División I, II y III, y hace décadas que incluso tuvo que ceder la organización y gestión de la División I de fútbol americano, que gestionan directamente las conferencias y que genera un negocio de 470 millones (431,6 millones de euros) anuales a través del College Football Playoff.
Las escuelas del Power Five de la NCAA generaron 3.550 millones de dólares
Dentro de las divisiones, ¿cuál factura más actualmente? El Big Ten registró la mayor cifra de negocio, con 879,9 millones de dólares (805,7 millones de euros). Los otros cuatro que lo siguieron fueron SEC, con 852,6 millones (780,7 millones de euros); ACC, con 707 millones de dólares (647,4 millones de euros); Pac-12, con 603,9 millones de dólares (553 millones de euros); y Big 12, con 510,7 millones de dólares (467,6 millones de euros).
El deporte universitario no ha tocado aún techo en cuanto a ingresos. Las escuelas del Power Five generaron 3.550 millones de dólares (3.249 millones de euros) en 2023, 250 millones (228,9 millones de euros) más que en 2022, según los estados financieros de las conferencias. Esa cifra es mayor a la que generó la NCAA porque las conferencias tienen poder absoluto en cuanto a cómo generar ingresos y cómo se comparten entre cada división.
La NCAA es una organización sin ánimo de lucro que distribuye sus ingresos a fondos estudiantiles e institucionales. La asociación se divide en tres divisiones, división I, II y III. Durante 2022-23, registró 1.280 millones de dólares (1.172 millones de euros) a través de acuerdos por derechos audiovisuales y torneos de campeonatos. Por lo tanto, 1.170 millones (1.071 millones de euros) fueron distribuidos entre 363 escuelas de primera división, eventos de campeonato de primera división y escuelas de segunda y tercera división, entre otras cosas.
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La mayor parte de los ingresos vienen de distribuciones de las conferencias y la venta de los derechos audiovisuales. La cantidad de dinero distribuido a cada escuela es decidida estrictamente por las conferencias. Es decir, algunas escuelas pueden recibir más que otras por factores como la cantidad de tiempo que han pertenecido a la conferencia.
Las mismas han firmado distintos contratos con operadores como ESPN, NBC y Fox entre otros. Asimismo, ESPN y el College Football Playoff han acordado una extensión del actual contrato por los derechos audiovisuales, valorado en 7.800 millones de dólares (7.142 millones de euros). Junto con ABC, serán los únicos broadcasters de la competición hasta 2031-32. En 2023, las 68 universidades que formaron parte del Power Five recibieron un promedio de 47,2 millones de dólares (43,4 millones de euros) en reparto económico, según datos recopilados de USA Today. Es un importe equivalente al mínimo que suele cobrar por televisión un club de LaLiga EA Sports.
Las cinco principales conferencias de la NCAA facturaron más de 3.550 millones de dólares
Otra de las vías de negocio de las universidades son las donaciones, la venta de entradas, merchandising y publicidad. El promedio de ingresos a través de donaciones fue de 38,5 millones de dólares (35,3 millones de euros) en 2022-23, según los últimos datos disponibles en sus cuentas oficiales publicadas por Sportico. Mediante la venta de entradas se registró un promedio de 28,1 millones (25,7 millones de euros). Las licencias/anuncios produjeron un promedio de 15,6 millones (14,3 millones de euros) por college.
Tres programas deportivos lideraron el ránking de mayores ingresos generados en 2023. En primer lugar, estuvo Ohio State, con 279,5 millones de dólares (256,7 millones de euros). Estuvo seguido de cerca por Texas A&M, que generó 279,2 millones (256,4 millones de euros) y de la Universidad de Texas, con 271,1 millones (249 millones de euros) La que menos generó en el Power Five fue Washington State, con 79 millones de dólares (72,6 millones de euros).
El deporte universitario afronta la que, probablemente, sea la etapa más transformadora de su historia. Todo su modelo ha sido puesto en jaque tras la implantación del programa NIL y el último acuerdo judicial que pone fin a la figura del atleta-estudiante para ser considerados profesionales con derecho a cobrar por competir para su universidad y ceder su imagen.