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Los cisnes negros que muerden tanto como Carlos Sainz: este Dakar aún no ha acabado
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GRAN ACTUACIÓN HASTA LA PRIMERA AVERÍA

Los cisnes negros que muerden tanto como Carlos Sainz: este Dakar aún no ha acabado

La tercera etapa se cebó con Sainz y Cruz, pero el nivel de forma de la pareja española, la singular dureza y la larga duración de este Dakar mantienen todavía abiertas las opciones

Foto: Sainz y Cruz pierden media hora tras una aciaga tercera etapa (Dakar Rally)
Sainz y Cruz pierden media hora tras una aciaga tercera etapa (Dakar Rally)

Las tres primeras etapas del Dakar ya se habían llevado a dos de los ganadores de las últimas tres ediciones, Sam Sunderland (2022) y Ricky Brabec (2020), líderes de las marcas GasGas y Honda respectivamente. El español Joan Barreda vuelve a competir con una fractura en el pie después de la segunda etapa, con otro calvario por delante, como lo ocurriera el pasado año con la clavícula y la pelvis. Brandley Cox, el hijo del legendario Alfie Cox también tuvo que abandonar por caída en la primera especial. El aperitivo de este Dakar para la categoría de motos.

La escena del lunes se hizo viral en las redes. Estos días, Carlos Sainz (el piloto de Ferrari) está acompañando a su padre (el piloto de Audi). Desde el helicóptero, sigue la ruta y aterriza en determinados puntos. Ante una especie de 'chicane' natural, subido a una piedra, el hijo le hacía gestos a su padre para que redujera el ritmo. A la salida del embudo, una enorme piedra/trampa para quien llegara con velocidad tan solo ligeramente superior a la necesaria. El Audi sorteó el obstáculo a velocidad de carrito de bebé. Casi toda la etapa, más de 400 km, tuvo que ejecutarse a ese ritmo.

Al final de la jornada, Carlos Sainz mostraba evidentes señales de un cansancio poco común. El nivel de concentración necesario para no pinchar había sido brutal. Aunque a veces se olvide, Sainz tiene sesenta años de edad, aunque exhibe palmito competitivo superior a pilotos diez y quince años más jóvenes. Dada la dificultad de la jornada, el binomio Sainz/Cruz había ejecutado el lunes una de sus mejores etapas de los últimos dakares. El miércoles sufrieron una concatenación de circunstancias inesperadas que forman parte también de los cisnes negros (hechos imprevistos e inesperados a pesar de los planes) que siempre están agazapados carrera.

Nasser Al Atiyyah reconocía al terminar que pocas veces en su vida había competido en una etapa semejante por las piedras y las dificultades para la navegación. Ganó ese día porque había salido varios puestos por detrás de Sainz. Sin embargo, Stephane Peterhansel, 14 veces ganador del Dakar en coche y moto, había perdido media hora con su Audi en la segunda jornada. Peor lo tuvo un desesperado Sebastian Loeb, que se había quedado sin ruedas y echaba pestes por quedarse nuevamente sin la victoria con más de una hora por el desagüe. Todo ello, al término de la segunda jornada. El miércoles, desde Alula a Ha'il, le tocó el turno a Sainz. Pero no todo ha terminado ante la demoledora edición que han preparado los organizadores. “Hemos escuchado la llamada para un Dakar más largo y duro”, proclamaba a los cuatro vientos David Casterá, el director de carrera, antes de empezar. A fe que lo está cumpliendo. Y lo que queda hasta el día de descanso, el próximo lunes.

Sainz y Cruz están en forma

"Mejor deberíamos escuchar a David en los briefings de la tarde", reconocía el americano Skyler Howkes, motero, tras la demoledora segunda etapa. Efectivamente, David Castera, el director de carrera, no había engañado a nadie desde el principio. "Este será el Dakar más duro desde que llegamos a Arabia Saudí. Quien quiera ganar, tendrá que ser primero en la primera semana, y no perder la victoria en la segunda". Pero si la dureza de la presente prueba no era ya suficiente, quedaban las trampas de siempre: la navegación y la mecánica. ¿Se ha terminado ya el Dakar para Carlos Sainz? ¿Tiene ya en sus manos Nasser Al Attiyah un nuevo triunfo en sus manos?

Peterhansel y Ekstrom, los compañeros de Audi, también sufrieron con la navegación en la segunda jornada. No así Lucas Cruz, quien lo está clavando en su terreno. Además, el piloto español está mostrando el mejor ritmo medio de los tres Audi. El lunes, incluso abriendo ruta, Sainz consiguió mantener la primera posiciòn en una etapa que sacó de quicio a Sebastian Loeb, por ejemplo. En otra demostración de sus buenas sensaciones, el español incluso estaba a punto de superar a Al Attiyah en la carrera cuando surgieron sus problemas, con lo que habría incrementado su ventaja ante la etapa conservadora llevada a cabo por el catarí.

La primera reparación de la rótula sobre la marcha, con la tensión y el estrés del tiempo que se escapa...Pero luego Sainz le recuperaba al catarí casi siete minutos de la media hora perdida, ritmo truncado por dos pinchazos que costaron más de la cuenta solventar. El gato hidráulico que no funcionaba, una rueda que se pincha al arreglar la otra, una tuerca que no sale, un espárrago que se rompe...Todo lo que se podía torcer en las reparaciones, se enrevesaba. Ahora, Al Attiyah supera a Sainz en 33 minutos. En 2022, semejante diferencia se antojaba casi definitiva. No este año.

Los cisnes negros de este Dakar

La experiencia de Loeb el lunes ejercía como un buen botón de muestra de esos cisnes negros que este Dakar tiene ocultos a sus protagonistas. El francés ha participado en todo el Campeonato del Mundo de 2022, su equipo (Prodrive) ha llevado a cabo innumerables sesiones privadas durante esta temporada. Y a pesar de semejante bagaje, Loeb sucumbió en un recorrido inusual, y de baja velocidad. Durante gran parte de los 430 kilómetros de la segunda etapa el terreno fue un martirio rocoso, repleto de pistas sinuosas que pusieron a prueba la capacidad de absorción de suspensiones, neumáticos, y la paciencia y concentración de los pilotos. Nadie lo esperaba ese cisne negro.

"Fue un día realmente malo, fue una mala etapa. Sinceramente, no fue un placer pilotar. Fue ridículo. Conducía al 10% de lo que podía hacer y aun así tuve algunos pinchazos, y en la parte superior, así que pinché solo conduciendo en línea recta y a 60 km/h así que no sé qué más podríamos haber hecho. Estábamos conduciendo tan seguros como pudimos, tal vez más rápido hubiera sido mejor, porque algunos muchachos conducían más rápido que yo en las piedras y no sufrieron ningún pinchazo". "¿Qué hay que hacer para ganar un Dakar de una vez, si se pierden las opciones en circunstancias como estas?", parecía preguntarse con su lenguaje corporal el francés mientras su copiloto llevaba a cabo reparaciones campestres con palos metidos para tapar los agujeros de su última rueda. Porque el francés agotó todos los neumáticos de repuesto.

Una paliza brutal hasta el lunes

Al margen de Al Attiyyah, todos sus rivales directos han sufrido numerosos problemas, no tan habituales al comienzo de un Dakar, que han costado de promedio casi media hora en cada una de las jornadas. Ante la naturaleza de una carrera más larga y dura que en anteriores ediciones, estadísticamente queda margen para otros incidentes y cisnes negros, incluido el catarí. La menor dureza del Dakar 2022 le permitió cómodamente gestionar la carrera después de la ventaja adquirida en la polémica primera etapa con el error de la organización con los way points escondidos. En esta edición no parece que pueda confiarse a semejante margen ante la naturaleza del recorrido y tantísimos kilómetros aún por delante.

Solo en esta semana y hasta la jornada de descanso del próximo lunes resta una brutal paliza de etapas encadenadas por encima de los 400 kilómetros cronometrados, salvo la más corta, de 375. El viernes y sábado, llegarán dos seguidas de 466 y 472 kilómetros, enlaces aparte. Al día siguiente, y antes del descanso en Ryad, otros 406 kilómetros. Lo que viene por delante puede dejar en miniatura lo vivido hasta el momento.

Las tres primeras etapas del Dakar ya se habían llevado a dos de los ganadores de las últimas tres ediciones, Sam Sunderland (2022) y Ricky Brabec (2020), líderes de las marcas GasGas y Honda respectivamente. El español Joan Barreda vuelve a competir con una fractura en el pie después de la segunda etapa, con otro calvario por delante, como lo ocurriera el pasado año con la clavícula y la pelvis. Brandley Cox, el hijo del legendario Alfie Cox también tuvo que abandonar por caída en la primera especial. El aperitivo de este Dakar para la categoría de motos.

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