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La increíble odisea de 'Bang Bang' Joan Barreda: antes 'partío que doblao' en el Dakar
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con la clavícula rota y sufriendo cada día

La increíble odisea de 'Bang Bang' Joan Barreda: antes 'partío que doblao' en el Dakar

Uno de los tres pilotos con mas victorias de etapa en el Dakar pero sin haberlo ganado aún está protagonizando una gran aventura... y sigue aspirando a la victoria de forma increíble

Foto: La épica historia de Joan Barreda. (EFE/EPA/Yoan Valat)
La épica historia de Joan Barreda. (EFE/EPA/Yoan Valat)

Séptima etapa del Dakar, camino de Al Dawadimi. El helicóptero seguía a Joan Barreda y, en ese momento, el castellonense saludó con la mano. La mejor señal para quien había salido a la etapa con espíritu espartano. En la madrugada del viernes su equipo le hacía el paseíllo entre aplausos cuando, renqueante y dolorido, salía de su caravana para subirse lenta y cuidadosamente a su moto. Llevaba la clavícula rota fruto de la caída dos días antes de la jornada de descanso. Barreda seguía rebelándose contra ese destino que parece negarle el Dakar. Si los pilotos de moto son de una casta aparte entre los deportistas del motor, Barreda se está posicionando en una categoría aparte en esta edición.

La semana pasada, el piloto de Honda marcaba otro hito en su carrera y en el Dakar: 29 victorias de etapa, a tan solo cuatro de dos leyendas, Stephane Peterhansel y Cyril Després, quienes con 33 encabezan la categoría de motos. Ya el pasado año superó a Marc Coma (25) y este a Jordi Arcarons. Pero a diferencia de los tres primeros, Barreda aún no ha logrado la victoria final en una prueba que le ha arrojado todo tipo de obstáculos e infortunios.

Pero en aquella séptima etapa Barreda logró la proeza de terminar tercero, a poco más de ocho minutos del líder, reenganchándose a la lucha por la victoria. Apretando los dientes y el dolor ("hasta las lágrimas") también completó la octava el lunes sufriendo otra nueva caída que le hizo ver las estrellas durante algunos momentos, porque se le salió de nuevo la clavícula. Aunque la carrera más dura del mundo no quiera dejarse conquistar por 'Bang Bang', el piloto tampoco está dispuesto a que esta le derrote a pesar de los sinsabores que está viviendo.

Botando entre las piedras

Ya en la primera etapa tuvo una caída que le provocó una tendinitis. El castellonense perdió cuarenta minutos por el error del libro de ruta como Ricky Bravec, Toby Price o el ganador del pasado año, Kevin Benavides. El lastre le obligó a atacar más de lo que quizás hubiera necesitado en algunas etapas clave. Barreda logró dos victorias más y se reenganchó al grupo de los líderes. Abriendo pista el quinto día y con un ritmo infernal, 'Bang Bang' salió botando entre piedras al caerse cuando miraba al 'tripmaster' para confirmar la ruta. La caída fue de tal calibre que su compañero, Pablo Quintanilla, que navegaba con él, quiso avisar al helicóptero médico. El chileno quedó tan impresionado que levantó el ritmo durante el resto de la etapa. Barreda siguió apretando los dientes y llegó dolorido y sufriendo a la meta. La duda por la noche era comprobar si Barreda podía seguir en carrera. Se había roto la clavícula.

El equipo le modificó la postura de conducción para encontrar una posición donde se aliviara el dolor de la lesión. En la moto tenía que apretar el cuerpo para no sentirlo Sus mecánicos le ablandaron las suspensiones para amortiguar los impactos y así volvió a la carrera. Pero el lunes volvió a salir por los cuernos de su moto al clavarse esta en una duna y hasta la máquina le cayó encima. Tuvo que conducir con una mano durante un buen rato. Increíblemente, llegó a cuatro minutos y medio respecto al ganador de la jornada, Sam Sunderland. Y eso que perdió algo más de diez minutos… por un error de navegación. Barreda es quinto antes de la novena etapa, a catorce minutos y medio de líder. Quedan dos grandes etapas como decisivas, especialmente la undécima. En sus condiciones, 'Bang Bang' solo busca acabar pero, por difícil e increíble que parezca, todavía puede ganar ese Dakar que tanto se le resiste.

Se acaban las oportunidades

Durante el resto del año, Joan Barreda mantiene un perfil bajo para el gran público. Con Honda mantiene fidelidad mutua desde 2014. Es uno de los mejores pilotos de la última década en el Dakar. Pocos pueden seguir su elevadísimo ritmo medio, ese que algunos le reprochan para justificar algunas de las caídas que han mermado sus opciones a la victoria y le han cargado de un enorme catálogo de lesiones. El Dakar ha castigado su cuerpo y mente durante varios años. Resulta increíble que el quinto puesto sea su mejor resultado, en 2017.

Barreda llegó al Dakar en 2011, pero abandonó en la segunda jornada. Desde entonces, ha ganado etapas en todas las ediciones. Entre la fiabilidad, las caídas, algún despiste y una buena dosis de mala fortuna en momentos clave, el Dakar se ha ido escapando año tras año. Con 39, le quedan ya pocas oportunidades. En 2022 se está revolviendo como un poseso contra el propio Dakar. Ciertamente, el propio Barreda reconoce que había llegado magníficamente preparado para la cita del año, y a bordo del equipo ganador de las dos últimas ediciones. De aquí su brutal espíritu de rebeldía contra la prueba y su crueldad para con el castellonense. Porque 'Bang Bang' se está revolviendo hasta las lágrimas, literalmente.

Hasta sal en el motor

Líder de Honda desde 2014 y durante varios años, Barreda lideraba a la marca nipona en el Dakar cuando sus monturas no estaban a la altura de KTM. Aquel primer año ganó cinco etapas pero terminó séptimo por un problema en la horquilla de su motor debido a una caída. En 2015, en la mítica etapa del Salar de Uyuni, le entró sal a su motor y la avería le hizo perder tres horas y media cuando lideraba la prueba. En 2016 se rompió otra vez el motor. Cuando optaba a la victoria al año siguiente fue sancionado con una hora de penalización por un repostaje no permitido, así como a otros pilotos de la marca. La sanción sería retirada meses después, pero el daño ya estaba hecho. Fue el año de su mejor clasificación.

En 2018 se retiró cuando era segundo por problemas en la rodilla y la muñeca. En 2019 se salió de ruta tercera etapa al perder el rumbo y cayó a un precipicio de rocas cuando era líder. En 2020, llegó al Dakar condicionado por una fisura de costilla en un accidente previo a la carrera. En la pasada edición había reducido a falta de dos etapas las diferencias a solo 15 minutos del líder, a Kevin Benavides, cuando un error de cálculo le impidió repostar y se quedó sin gasolina, sumando otro abandono.

La historia de Barreda en el Dakar es digna del espíritu cruel de la prueba, que se ha cebado particularmente con el castellonense. Decía en una ocasión que le gustaría contarles a sus hijos que un día ganó el Dakar a pesar de tantos avatares y problemas. Sería un milagro que, en sus actuales condiciones, 'Bang Bang' pudiera ganar este Dakar. Le restan varios días de sufrimiento. Si para un amateur terminar es el extásis, para Joan Barreda supondrá que, a su manera, también habrá derrotado a la carrera más dura del mundo.

Séptima etapa del Dakar, camino de Al Dawadimi. El helicóptero seguía a Joan Barreda y, en ese momento, el castellonense saludó con la mano. La mejor señal para quien había salido a la etapa con espíritu espartano. En la madrugada del viernes su equipo le hacía el paseíllo entre aplausos cuando, renqueante y dolorido, salía de su caravana para subirse lenta y cuidadosamente a su moto. Llevaba la clavícula rota fruto de la caída dos días antes de la jornada de descanso. Barreda seguía rebelándose contra ese destino que parece negarle el Dakar. Si los pilotos de moto son de una casta aparte entre los deportistas del motor, Barreda se está posicionando en una categoría aparte en esta edición.

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