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Sara García y la pesadilla de poder perderlo todo sin haber comenzado el Dakar
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EL COVID GOLPEA AL DAKAR

Sara García y la pesadilla de poder perderlo todo sin haber comenzado el Dakar

Después de 24 horas angustiosas, la piloto zamorana finalmente podrá participar en el Rally después de que el reglamentario test inicial de antígenos diera positivo

Foto: Sara García, en una imagen reciente. (EFE)
Sara García, en una imagen reciente. (EFE)

Cuando aún no ha comenzado el Dakar en Arabia Saudí, las jornadas previas se han visto salpicadas de noticias donde muchos participantes han visto truncado su sueño antes siquiera de haber empezado la prueba. Es esa sensación parecida a la que le ocurre a un atleta cuando se lesiona justo antes de una cita olímpica o un campeonato del mundo. Todos los esfuerzos centrados en un objetivo y enviados al cubo de la basura sin haber podido disputar un segundo de la competición. Esa es la pesadilla que vivió Sara García durante 24 interminables horas.

Foto: Sandra Gómez, esperanza española para el Dakar 2022. (Jesús Estepa)

Jose Luis Criado, que es el español que más participaciones en el Dakar acumula, por desgracia no ha tenido tanta suerte y ha visto como ha tenido que renunciar a la que sería su trigésimo segunda participación en la prueba, un mal trago por el que han tenido que pasar muchos otros pilotos. Afortunadamente en el caso de pilotos como Sara García u otros ilustres nombres como Danilo Petrucci o Giniel de Villiers que también dieron positivo inicialmente en un test de antígenos, finalmente podrán tomar la salida al haber dado negativo en la segunda prueba PCR.

La organización tuvo que dar marcha atrás en el proceso de exclusión de la carrera ante el alarmante número de casos y permitir la realización de un nuevo test con mayores garantías de fiabilidad. Si bien no puede sorprender un elevado número de contagios de COVID en esta época, sí que sorprendía el abultado número ante las extremas precauciones que han tomado todos los participantes antes de llegar a Arabia Saudí. Al ser todos muy conscientes de que en caso de contagio se volvían para casa nadie ha arriesgado lo más mínimo.

Carlos Sainz, reconocía que las semanas previas ha estado en absoluto modo burbuja, extremando también las precauciones a nivel familiar, para evitar todo tipo de problema y esto precisamente era lo que más extrañaba a Sara García, pues no podía entender como había podido contagiarse. Había algo muy extraño porque su pareja y compañero de equipo en la prueba Javier Vega no había dado positivo en el test y habían estado encerrados conviviendo juntos todas las semanas previas

“Es muy extraño, -comentaba Sara anteayer cuando cayó el jarro de agua fría del positivo en el test-, no tengo ningún síntoma y Javi no ha dado positivo. Tendría que haberse contagiado también porque hemos estado encerrados juntos y durmiendo juntos, pero bueno esperemos a ver el resultado del nuevo test”. Las 24 horas siguientes debieron de ser de auténtica pesadilla, hasta que poco después de que Javier Vega pasara las verificaciones administrativas llegaba la gran noticia de haber superado satisfactoriamente la segunda prueba.

placeholder Sara García in extremis pudo tener acceso a la prueba
Sara García in extremis pudo tener acceso a la prueba

Una excepción organizativa muy razonable

Hay que felicitar a la organización, que haya tenido la flexibilidad y el sentido común de haber permitido una segunda prueba que no estaba prevista en el reglamento, porque cada vez resulta más evidente que la fiabilidad del test de antígenos en muchas ocasiones es dudosa. Esta experiencia debe abrir un debate sereno sobre la cuestión de los contagios en los eventos deportivos, porque quizá la alarma derivada de lo duro que golpeó la pandemia en sus inicios, haya derivado en una especie de miedo exacerbado ante una circunstancia, con la que probablemente haya que convivir más que vencer.

No participar en un Dakar para muchos deportistas es haber perdido el año deportivo antes de empezar, porque tal es la dimensión de la prueba que muchos pilotos o viven de las rentas deportivas y económicas de su participación en la prueba, o gracias a esta participación logran los patrocinadores y visibilidad necesaria para financiar el resto de la actividad competitiva el resto de la temporada. Aparte del daño deportivo, está también el daño económico, pues la preparación de los vehículos, o el caro entrenamiento en dunas que realiza en los meses previos no sirve absolutamente para nada. Las motos o los coches tienen cierto aprovechamiento para la edición del año siguiente, pero es la única forma de obtener cierto rédito, pues muchas de ellas no son máquinas fácilmente reconvertibles o aptas para otras pruebas del mundo del todo terreno, especialmente en lo que respecta a las motos.

placeholder El Rebellion de Alexander Pesci incendiando antes de empezar el Rally. /Twitter
El Rebellion de Alexander Pesci incendiando antes de empezar el Rally. /Twitter

El sueño, en cenizas antes de empezar

Lejos empiezan a quedar aquellas épocas que cuando se abandonaba en mitad del desierto, los pilotos prendían fuego a sus vehículos con el objetivo que las cortinas de humo negro permitieran a los helicópteros de la organización avistarles (según las malas lenguas, también para poder cobrar el seguro). Hoy día, aunque el coste del rescate y repatriación corre a cargo del participante, es mucho menos gravosa esta circunstancia para los participantes que hacerlo en el pasado.

Sin embargo, aunque los incendios sean algo cada vez más del pasado en el Dakar, tuvimos un recuerdo hace dos días, cuando efectuando las pruebas previas se incendió uno de los Rebellion. Este fue otro drama con final feliz como el de Sara García, porque en este caso Nasser Al Attiyah, ha tenido el enorme gesto de cederles su Toyota de la edición anterior y que de esta forma puedan formar parte de la prueba. Un enorme gesto, que demuestra que pese a la enorme profesionalización que con los años ha ido descafeinando el espíritu aventurero de la carrera, sigue habiendo un espacio para la camaradería.

Para Sara García además, su cuarto Dakar no iba a ser una edición cualquiera, pues en esta ocasión es la primera vez que compite en categoría absoluta con asistencia, después de haber participado las ediciones anteriores en la categoría de motos de serie sin asistencia. En esta edición 2022 pilotará una Yamaha WRF 450, una moto creada específicamente para rally raid y lo hará además con apoyo oficial de la marca. Es el premio a haber quedado subcampeona de la Copa del Mundo de Bajas FIM 2021 y la confirmación de que la zamorana está lista para grandes retos.

Con la ayuda de Javi Vega y su padre que es un excelente mecánico, Sara había cumplido su sueño de participar en la prueba cumbre del Todo-Terreno piloto oficial de una gran marca como es Yamaha. En la primera participación tuvo que abandonar, en la segunda acabó en el puesto 86 y en la tercera en una magnífica posición 44. Afortunadamente, la pesadilla ha tenido un final feliz y Sara García partirá mañana con el sobresalto aún en el cuerpo pero con toda la fuerza y coraje que siempre ha mostrado.

Cuando aún no ha comenzado el Dakar en Arabia Saudí, las jornadas previas se han visto salpicadas de noticias donde muchos participantes han visto truncado su sueño antes siquiera de haber empezado la prueba. Es esa sensación parecida a la que le ocurre a un atleta cuando se lesiona justo antes de una cita olímpica o un campeonato del mundo. Todos los esfuerzos centrados en un objetivo y enviados al cubo de la basura sin haber podido disputar un segundo de la competición. Esa es la pesadilla que vivió Sara García durante 24 interminables horas.

Rally Dakar Arabia Saudí
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