Un medallista trata de batir un récord con 1.000 mortales hacia atrás en 24 horas

Nile Wilson es un conocido gimnasta británico que, además, se ha convertido en uno de los youtubers más conocidos del Reino Unido. Cuenta con cerca de un millón y medio de seguidores en YouTube y sus vídeos son muy comentados tanto por la dificultad que entrañan como por su dificultad, tal y como ha demostrado en su último reto.

Wilson, que fue medallista olímpico en los Juegos de Río 2016, convenció a su amigo Luke Stoney para llevar a cabo un reto complicado: dar mil mortales hacia atrás en menos de 24 horas. Pero querían hacerlo de una manera divertida: cada uno de ellos haría una tercera parte del reto, 334 mortales, y dejarían la otra tercera parte para sus seguidores en las redes sociales.

En el vídeo que ha subido a su canal de YouTube, y que superó las cien mil visitas en apenas 24 horas, Wilson reconoce que es un reto que cree que nadie ha hecho antes, aunque también se inventa una palabra inexistente para reconocer lo absurda de la situación. Después, analiza cómo llevar a cabo su parte del reto antes de entrar en materia.

Más difícil de lo esperado

El objetivo de Wilson era sencillo: si podía completar seis mortales en un minuto haría 60 en diez minutos y podría llegar a su objetivo en una hora. El plan de Stoney era diferente: quería terminar el reto en tres horas y para ello tenía que hacer 18,5 mortales cada 10 minutos; es decir, apenas 2 cada minuto.

Ambos lograron sus objetivos, pero no fue fácil y sufrieron un fuerte dolor abdominal tanto durante el ejercicio como en los momentos posteriores. Pero, además, reconocen que lo más duro fue su cabeza, ya que se quería detener y poner punto final al reto, aunque ahora se sienten totalmente felices de haber completado el desafío junto a sus seguidores.

No es el único vídeo que Neil Wilson ha subido a su canal de YouTube durante la cuarentena. Hace un par de semanas, el gimnasta grababa junto a su familia las imágenes sobre cómo superar la pandemia y convertía el jardín de su casa en un gimnasio improvisado en el que hacer sus ejercicios o donde jugar al golf junto a sus padres y hermana. Una demostración palpable de que estar encerrados en casa y pasarlo bien en familia es posible.